Martes 10 de noviembre. La presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, lanza por la mañana un órdago a Pedro Sánchez: exige que el presidente se comprometa por escrito a que no habrá un referéndum secesionista en Cataluña. La noticia sacude los despachos de los asesores en La Moncloa, y también el cuartel general de Podemos, que trabaja activamente desde hace meses en buscar un pacto con los nacionalistas para que los Presupuestos salgan adelante sin los naranjas.
Sectores de Podemos y del PSOE se mueven de inmediato. Centran el tiro en Bildu, el partido vasco dirigido por Arnaldo Otegi y que ha reiterado su disposición a apoyar las Cuentas ya en varias reuniones secretas con Nacho Álvarez y la ministra de Hacienda, María Jesús Montero.
El tiempo corre rápido. En la mañana del miércoles se debe celebrar la primera votación importante del debate presupuestario con las enmiendas a la totalidad. El Gobierno entiende que Arrimadas quiere convertir esa sesión en uno de los momentos centrales de la legislatura, con la lideresa naranja dispuesta a ofrecer su mano a Sánchez, para que sea él quien la rechace.
Los de Iglesias toman la iniciativa y dan el pistoletazo de salida a una operación que en el cuartel morado se conocerá como uno de los momentos más brillantes desde la entrada en el Gobierno. Activan los móviles y organizan una reunión que, según ha podido saber Vozpópuli, se celebró de forma telemática, y a la que acudieron dirigentes de Podemos, el PSOE e incluso Bildu. Más concretamente el propio Otegi, en conexión desde Bilbao.
Bildu se había quedado algo molesto con las reuniones que se habían celebrado la semana anterior entre Montero, Álvarez y los portavoces de varios partidos como Ciudadanos y ERC. Aunque antes el Gobierno se había reunido en secreto con Bildu pero no con Ciudadanos, como desveló Vozpópuli, la foto del primer encuentro oficial irritó a Otegi. Ese día la ministra de Hacienda dio prioridad a Ciudadanos, mientras que Bildu se quedó como el último interlocutor y Moncloa difundió las imágenes del encuentro ya pasadas las nueve de la noche.
La espera de Otegi
Otegi dio la orden de esperar. Para Bildu, apoyar las cuentas de Sánchez es estratégicamente fundamental: quieren legitimarse y difundir la idea en el País Vasco de que son influyentes en Madrid igual o más que el PNV.
El líder de Bildu esperó hasta el martes por la noche, cuando desde el Ejecutivo llegó la llamada esperada. Miembros de Podemos y del PSOE comunicaron a Otegi que si Bildu se comprometía a respaldar las Cuentas, el Ejecutivo acordaría una serie de cesiones en ámbito de política laboral útiles a los vascos para explicar su apoyo a Sánchez. Otegi no perdió la oportunidad y rápidamente se mostró favorable a firmar el trato. Pronto, las delegaciones acordaron un texto conjunto, que presumiblemente se dará a conocer en los próximos días.
Mientras Arrimadas preparaba su discurso en el Congreso para el día siguiente, primeras espadas de Podemos y PSOE, entre ellos ministros, negociaban en secreto con Bildu. La sorpresa llegó cuando Otegi informó de que estaba dispuesto a anunciar el acuerdo públicamente a primera hora de la mañana siguiente. Los de Iglesias, en constante contacto con el secretario general, comprendieron la importancia de ese gesto. Iglesias también, y los socialistas dijeron que adelante.
"Reuniones públicas y privadas"
A primera hora de la mañana siguiente, miércoles, en la emisora vasca Radio Euskadi, Otegi rompió todos los planes de Arrimadas. Adelantó su posición favorable a aprobar los Presupuestos Generales del Estado y dijo mantener con PSOE y Podemos una "relación muy fluida con reuniones públicas y privadas". Otegi habló de "receptividad importante por parte del Gobierno a las propuestas que estamos haciendo", y dijo que Bildu “considera de forma sólida facilitar la aprobación de los PGE, si las cosas no se tuercen". Aunque subrayó que "las cosas están bien encaminadas".
Todos los planes de Arrimadas fracasaron ante el anuncio de Bildu. Ciudadanos evitó igualmente votar en contra de las Cuentas, pero el malestar va in crescendo en el partido. Fuentes de Ciudadanos reconocen que la sangría interna es imparable, y que incluso donde gobiernan hay dirigentes que están sondeando al PP para acercarse al partido de Pablo Casado en los próximos comicios.
El día siguiente de la votación en el Congreso podía apreciarse el júbilo entre las filas moradas. La sensación era la de haber ejecutado una jugada maestra esencial para dejar a Arrimadas en la estacada en el último minuto. A la vez, los dirigentes de Podemos vieron la complicidad de los socialistas, y también de ERC, interesado al igual que Bildu en sacar de la ecuación presupuestaria a Ciudadanos, incómodo tanto en Cataluña como en el País Vasco. El martes por la noche fue el "momento clave" en la aprobación de los Presupuestos para el año que viene, asumen varias fuentes gubernamentales.