Podemos ha despedido a su equipo informático de manera fulminantes el pasado lunes 2 de agosto. La nueva cúpula del partido, capitaneada por Ione Belarra e Irene Montero, ha decidido cesar a los seis trabajadores que se encargaban de las tareas informáticas tras enviar una carta que apunta a razones de seguridad interna, tal y como desvela este miércoles Vozpópuli. Fuentes moradas aseguran, no obstante, que se trata de una operación orquestada para “echarles la culpa” de los presuntos amaños en las primarias (investigados por la Justicia) y espiar los ordenadores de todos los miembros del partido.
El partido sostiene que los despidos se deben a razones disciplinarias por brechas de seguridad. La formación apunta a que el sistema interno ha sido atacado desde fuera y culpa de negligencia a sus trabajadores. Alega que se realizó una auditoria que determinó esos problemas, aunque internamente se difunde la sospecha de que la empresa pudo incluso manipular parte del sistema.
La auditoría se contrató en mayo de 2020, y luego Podemos pidió que hiciera un estudio general, cuyos resultados se publicaron en junio de 2021. Uno de los argumentos esgrimidos para justificar el despido es que los informáticos permitieron que las contraseñas pudieran ser hackeadas fácilmente. Podemos esgrime el "motivo disciplinario" para el despido, aunque también apunta a una presunta intencionalidad de sus informáticos en debilitar el sistema interno, lo que puede acabar en responsabilidad penal.
Espionaje interno
En la formación, sin embargo, pocos se creen esa tesis. El grueso de las fuentes consultadas apuntan a la búsqueda de chivos expiatorios ante futuras condenas de pucherazos en las primarias, alegando falta de profesionalidad de sus trabajadores, que permitieron presuntos ataques externos a su red. “Es una excusa para protegerse”, explican.
Fuentes internas de la formación morada sostienen, por ejemplo, que, en el caso de las contraseñas, fue la cúpula morada la que pidió a los informáticos entregar todas las contraseñas a dicha sociedad. Mientras que la empresa contratada para la auditoría, R5 Personal and Corporative Services, despierta más de una sospecha en el partido por sus presuntas relaciones con Izquierda Unida y su afinidad con el dirigente morado Juanma Del Olmo.
Mientras que en el trasfondo de la operación se puede hallar otro asunto muy delicado. En el partido recuerdan que hace un año responsables del partido como Del Olmo se interesaron por lo que internamente se llamó el backup de todo el sistema informático de Podemos, es decir, entrar en todos los ordenadores del partido para descubrir posibles filtraciones. Para ello era necesario tomar el control del equipo informático.
Operación "pilotada" desde hace tiempo
La operación ha sido “pilotada” desde hace tiempo, aseguran dentro de Podemos. Este diario, en efecto, supo de maniobras en el pasado verano, cuando se filtró una carta anónima, supuestamente firmada por informáticos de Podemos, en la que se describía el “sistema” de “fraude” de las primarias. En aquel momento la carta frustró el cese masivo de los informáticos. Y el hecho de que el plan se haya ejecutado en este mes de agosto, cuando el flujo informativo está más bajo de lo habitual, refuerza esta tesis.
En aquel verano de 2020, el partido fue sacudido por varias polémicas sobre las votaciones internas. Los perdedores denunciaron pucherazos en Valencia, Cataluña y La Rioja. Se detectaron votos repetidos y los afectados sospechan que se hayan podido anular algunas preferencias para decantar los resultados. Las quejas llegaron directamente a los tribunales, donde están siendo investigadas.
A la vez, fuentes de Podemos recuerdan que en ese momento estalló el caso de la consultora Neurona, ahora bajo la lupa judicial (y con tres imputados del partido). Y que la intención de la cúpula del partido era impedir filtraciones o descubrir presuntos chivatazos sobre el asunto judicial más delicado para la formación. El caso de la niñera de Irene Montero, con la filtración de emails de dirigentes, ha alimentado la tensión. Montero, según explican en el partido, está muy preocupada por esta investigación judicial.
Posible demanda laboral
Cabe señalar que los informáticos de Podemos tenían un papel central en la vigilancia de las primarias (aunque era limitada tras la salida de la empresa externa fiscalizadora Agora Voting), en las campañas en redes sociales y en el proceso de recaudación de fondos. Sin ellos, la cúpula puede proceder a intervenir los ordenadores y tener el control absoluto de la organización, incluso en su dimensión informática y digital.
De los ocho trabajadores de esta sección, solo quedan en el cargo dos profesionales. Se trata de dos ayudantes, que “no tenían responsabilidades”, afirman fuentes internas. Los cesados formaban parte en mayoría de los anteriores equipos de Íñigo Errejón durante su etapa al mando de la organización (2014-2017), con lo que el cese también asume un significado político: “Juanma siempre ha estado receloso de ellos”, sostienen fuentes conocedoras de la operación.
Lo más probable es que los trabajadores afectados decidan demandar el partido, que podría tener que pagar varias indemnizaciones que se irán sumando a las de las purgas de los últimos años. Aunque el hecho de que en su misiva la formación morada hable de dolo (o sea, de actuación intencional), con posibles derivadas en el ámbito penal, puede asustar a esos profesionales para que presenten una denuncia. Esta parece ser, en efecto, la esperanza de los que han ejecutado el cese.