En Comú Podem, el ala catalana de Podemos, busca sellar un acuerdo con ERC para un gobierno en minoría que aleje a la "derecha" de Junts de la ecuación. Los de Jessica Albiach quieren aprovechar el alejamiento entre los hasta ahora socios en la Generalitat para que ERC cambie sus prioridades y vea con buenos ojos repetir, con distintos equilibrios, las alianzas en Madrid.
"Ya dijimos que el acuerdo con Junts estaba condenado al fracaso", explica una fuente de Podemos en relación a las malas relaciones que exhibieron los dos partidos independentistas en la anterior legislatura. En este sentido, se postulan como la garantía de que en Cataluña haya un "gobierno estable" y progresista.
Además, señalan desde la órbita del partido morado, representaría un "golpe de efecto" para sus intereses, después de la debacle electoral sufrida en Madrid el pasado 4 de mayo. En el partido son conscientes de que estar en la Generalitat les puede ser útil para marcar la agenda pública y recuperar la "autoestima" después del golpe electoral y la marcha de Pablo Iglesias.
En sintonía con esta línea está el portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, que como adelantó Vozpópuli ha impuesto su estrategia de pactos con Pedro Sánchez ante las presiones de Junts de buscar una "coordinación" y "unidad" en Madrid. Este mismo lunes Rufián se reunía con Yolanda Díaz, nueva vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra de Trabajo, para volver a poner sobre la mesa la necesidad de buscar "soluciones" para Cataluña y la situación de los presos del 1-O.
Podemos quiere sumar al PSC
No obstante, la dirección de ERC sigue imponiendo su particular 'cordón sanitario' al PSC, y tampoco Salvador Illa parece dispuesto a ceder sus votos para evitar una repetición electoral. "Para evitar las elecciones hay una solución, que es hacer presidente a Salvador Illa. Todo lo demás, será responsabilidad de aquellos que no quieran trabajar en esta alternativa", afirmaba Alicia Romero, portavoz del PSC en el Parlament, en rueda de prensa este lunes.
Con todo, en la dirección de recoser el "frente de izquierdas" está En Comú Podem, que pide a los socialistas un "cambio de etapa". El portavoz del partido en la Cámara catalana, Joan Mena, instaba a abordar una "negociación rápida" para sellar un acuerdo y pedía un esfuerzo al PSC, ya fuera cediendo sus votos en la investidura o participando en la geometría variable una vez avance la legislatura.
De este modo, los comuns no vetan ni al PSC ni a la CUP, con quien ERC ya tiene un acuerdo para que los anticapitalistas apoyen la investidura de Pere Aragonès. Su única línea roja es Junts: "Son incompatibles con nuestro planteamiento", apostillaba Mena.
Tensiones internas en Junts
Las acusaciones mútuas entre ERC y Junts por la falta de entente conviven con las tensiones internas de Junts. Los dirigentes procedentes del antiguo aparato convergente son más partidarios a pactar con ERC y entrar en el Ejecutivo, mientras que los 'fichajes' que hizo la formación con su reconversión bajo el liderazgo de Carles Puigdemont amagan con quedarse en la oposición o ir a elecciones.
Estas tensiones internas están llevando al límite las negociaciones. Si antes del 26 de mayo no se llega un acuerdo, los catalanes volverán a tener una cita con las urnas. Una situación a la que ERC se opone por completo. Desde Podemos saben que solo hay dos probabilidades para desencallar este escenario: que el PSC y ERC pacten, o que Junts y ERC lleguen, finalmente, a un acuerdo. Pero esta segunda opción les deja a ellos en la oposición y con poco margen para volver a ganar protagonismo.
Alaentristecida
ERC es poco radical para JxC. Puigdemont pretende ejercer de reina madre desde Waterloo, con las prevendas que ello comporta. ERC quiere ejercer el poder sin la supervisión de Puigdemont, que es ahora mismo quien otorga credenciales de buen catalán independentista. ERC se encuentra atrapado en un buen dilema. Para liberarse de Puigdemont ha de pactar con los Comunes y con el PSC-PSOE, lo que le deslegitima como buen independentista. Al final ERC aceptará las exigencias de Puigdemont para poder seguir presentandose como buen independentista ante su tropa fanatizada.