Tres semanas después de que estallara en la coalición la crisis del 'sí es sí' tras trascender que Igualdad se abría a retocar la su ley estrella, en Podemos apuntan directamente al presidente del Gobierno como responsable del ataque. Pedro Sánchez decidió tomar cartas en el asunto tras constatar que el agujero de las rebajas de penas a los condenados por abuso sexual supone una amenaza directa a los intereses electorales de Moncloa. Pese a que en el PSOE señalaron a Yolanda Díaz como urdidora del golpe mediático, los morados, que también pensaron en principio en la vicepresidenta segunda, ven a Sánchez como gran causante de una guerra abierta sin visos de terminar.
Los morados, en definitiva, asumen que aunque no abandonarán Moncloa, el PSOE ya ha iniciado las hostilidades ante la inminencia del ciclo electoral que arranca el próximo 28 de mayo con las elecciones municipales y autonómicas. En verdad, el socio menor del PSOE considera, según las fuentes consultadas, que Sánchez "necesitaba quitarse presión" tras dos meses negociando con la ministra de Igualdad, Irene Montero, el cambio en la norma. El líder socialista, en efecto, veía que la bola de la ley de Montero no haría más que crecer y trató de precipitar el choque de trenes para partir de un marco argumental ganador ante la opinión pública. Y es que los sondeos que maneja el Gobierno apuntan que una inmensa mayoría de españoles, también votantes del PSOE, son partidarios de rectificar la ley.
El presidente, al ver que no había avances, decidió desatar la tormenta pública pese que ya el pasado 6 de diciembre advirtió a los periodistas en una conversación informal que Moncloa se abría a posibles "retoques técnicos" en la ley de Igualdad. Pero durante las conversaciones entre socialistas y morados imperó el relato cocinado: la ley era una buena ley y se tenía que esperar a que el Tribunal Supremo unificara criterio. Eso sí, la decisión de retocar la "chapuza", en palabras de algunos dirigentes del PSOE, ya estaba tomada.
Llop atrastocó los planes
En efecto, en Moncloa siempre pensaron que tenían la partida ganada. Pero la entrevista en la Cadena Ser de la ministra de Justicia, Pilar Llop, trastocó los planes del núcleo duro de Sánchez. Llop defendió su contrarreforma, que supone volver al marco punitivo previo al ‘sí es sí’, advirtiendo que es sencillo determinar si una mujer sufre violencia o no durante una agresión, porque basta con buscar "una herida". Podemos, al escuchar esas palabras, olió la sangre. Y se lanzó a la calle a arropar a Montero bajo el lema: ¿Consentiste? Solo sí es sí. La ministra de Justicia les sirvió en bandeja la victoria de su mensaje: el PSOE quiere volver al Código Penal de la 'La Manada'. Y los socialistas vieron el gol en propia puerta.
Ese mensaje de Podemos es toda una bomba política que busca destrozar el feminismo socialista a menos de un mes del 8-M, la jornada de reivindicación en pro de la igualdad entre hombres y mujeres. Esa fecha es tremendamente simbólica para ambos partidos. Cabe recordar que Sánchez llegó a Moncloa en 2018 subido a la ola morada que aquel año inundó las calles de España, en parte, por el conocido caso de agresión de La Manada. El desliz de Llop se tradujo rápidamente en soledad. Y es que la ministra de Justicia defendió este miércoles sola, en el Congreso, su contrarreforma. Es más, asumió toda responsabilidad por lo que pueda pasar de ahora en adelante. Además, el presidente del Gobierno la ha apartado de la negociación con Igualdad.
La clave Bolaños
Sánchez ha designado al ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, para ese cometido. Fuentes moradas, no obstante, insisten en que el problema no es que la ministra de Justicia esté o no en las conversaciones, sino que los socialistas mantengan la propuesta de contrarreforma en los términos en los que salió del despacho de Llop y que según Podemos implica reventar el consentimiento, es decir, el espíritu de la ley. Eso sí, según fuentes socialistas, la ministra de Justicia aún se encarga de la parte técnica y jurídica en la mesa de conversaciones. "Sigue en eso para las negociaciones que sigan ahora", zanjan.
En mitad de la disputa está la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz. La líder de Sumar, la tercera pata de la coalición, trabaja para evitar una ruptura que reviente sus planes electorales. Su obsesión es sentar en serio al PSOE y a Podemos. Es más, la titular de Trabajo, que hace gala de su prudencia, achaca el fuerte desencuentro a ruido, mero ruido amplificado por la cercanía de las elecciones municipales y autonómicas. Algunos dirigentes socialistas consultados por este diario, no dudan en reconocer en privado que las urnas complican todo y que la legislatura está en tiempo de descuento por mucho que el Ejecutivo se esfuerce en lanzar el mensaje de que aún quedan leyes por aprobar.
Davidoff
¿Pero a que no tienen redaños para plantarlo saliendo del Gobierno... ?