En su mensaje de Nochebuena, Felipe VI apeló al "diálogo", pidió "lealtad" a la Constitución y encumbró el ritmo de vacunación en España. Pero no mencionó el posible regreso de su padre, Juan Carlos I, el asunto más polémico en la Corona en las últimas semanas. El silencio del Rey sobre la posible vuelta del Emérito ha molestado a Unidas Podemos, compañero de coalición del PSOE en el Gobierno, y al resto de socios parlamentarios. "Cambiar el escenario y las fotos no es suficiente", le han criticado.
Unidas Podemos, EH Bildu, Más País y el PNV han afeado este sábado al monarca que haya evitado hablar sobre el regreso del Emérito en plenas negociaciones de Moncloa y Zarzuela sobre su futura residencia. Son las segundas navidades que Juan Carlos I pasa fuera de España, a la espera de si la Fiscalía del Tribunal Supremo archiva su investigación.
"Felipe VI eligió una habitación pequeña pero el elefante en ella es gigante. Ni una sola palabra de autocrítica. Ni una sola palabra sobre el emérito fugado en Abu Dabi. Ni una sola palabra sobre la Casa Real. Felipe VI habla sobre todos los temas, excepto uno: la monarquía", ha señalado en Twitter el portavoz de Unidas Podemos en el Congreso, Pablo Echenique.
"¿Para qué sirve un rey que demuestra su impotencia cuando dice defender principios contrarios a lo que representa? ¿Para qué sirve una corona que impide el cambio por su propia naturaleza; que calla sobre su corrupción y es incapaz de reformarse? ¿Para qué sirve la monarquía?", se ha preguntado. Su compañera de partido, Isa Serra, coportavoz estatal del partido morado, ha insistido en la misma idea: "No puede ser que el Rey siga eludiendo referirse a lo sucedido".
En este mismo sentido, Jon Inarritu, diputado de EH Bildu en el Congreso, ha cuestionado la utilidad del monarca si no menciona los "escándalos" de Juan Carlos ni las "anunciadas medidas de transparencia en la Corona". Aitor Esteban, portavoz del PNV en el Hemiciclo, ha manifestado su sorpresa al escuchar que Felipe VI pedía a los responsables institucionales ser un "ejemplo de integridad pública y moral". "Parece que pone deberes a todo el mundo y pasa de puntillas sobre el grave problema que afecta a la Corona. Su padre también lo repetía constantemente, y ya vemos en qué andaba y cómo se comportaba. Cambiar el escenario y las fotos no es suficiente", ha declarado en una rueda de prensa.
Las críticas de ERC han ido por otro sentido. Para Ernest Maragall, líder de ERC en el Ayuntamiento de Barcelona, la defensa de la Constitución que hizo el Rey es "cartón piedra". "Oímos un poco los de siempre, pero más cartón piedra: lo que es aferrarse a una Constitución que ya no dice nada de nada a nadie", ha explicado Maragall. A juicio del presidente de la Generalitat, el repúblicano Pere Aragonès, el discurso estuvo vacío de contenido: "Esperaba muy poco y ha dicho muy poco".
Por parte de Más País, el rechazo a las palabras del Rey lo ha manifestado Pablo Perepinyà, senador de Más Madrid: "Me encantaría que Felipe VI nos explicara a todos a qué se refiere cuando dice que las instituciones deben ser ejemplo de integridad pública y moral. Eso sería mojarse. Lo otro es un brindis a sol leído en un teleprompter y no vale nada".
La economía marca el discurso
En su octavo discurso televisado, Felipe VI pronunció un mensaje acorde con los ejes del principal partido del Gobierno, el PSOE. Además de mostrar su "satisfacción" por el proceso de vacunación, el monarca resaltó que la economía "ha vuelto a crecer y a recuperar la gran mayoría de puestos de trabajo que se habían visto temporalmente suspendidos". Sus palabras coinciden con el discurso económico que marca Moncloa. Aun así, el Rey sí que alertó de la "preocupación" que existe en "muchos hogares" por la "subida de precios, el coste de la energía por las dificultades para encontrar un empleo estable, especialmente para los jóvenes".
En otro momento del discurso, reclamó "lealtad" y "respeto" a la Carta Magna porque "ha sido y es la viga maestra que ha favorecido nuestro progreso, la que ha sostenido nuestra convivencia democrática frente a las crisis". "Su espíritu nos convoca a la unidad frente a la división, al diálogo y no al enfrentamiento, al respeto frente al rencor, al espíritu integrador frente a la exclusión", añadió.
En los algo menos de doce minutos y medio que duró el mensaje, Felipe VI recordó también a los ciudadanos de La Palma, resaltó el trabajo de los sanitarios y pidió "mayor responsabilidad y colectiva" ante la sexta ola. Todos tenemos que hacer lo posible para no dar pasos atrás en esta crisis sanitaria que tanto sufrimiento ha causado", afirmó.
Respecto a la clase política, el monarca llamó al "entendimiento y la colaboración" como actitudes frente a las "diferencias de opinión", que "no deben impedir consensos que garanticen una mayor estabilidad, mayor bienestar en los hogares y den la necesaria tranquilidad a las familias ante su futuro".
