Pablo Casado cruzó este mediodía el Rubicón de su rechazo a la investidura de Pedro Sánchez al asegurar que "nadie va a cambiar el sistema por las bravas con la excusa de que no hacemos presidente" al "peor socialista en 40 años" que amenaza con "volar" la Constitución por indicación del presidente de la Generalitat, Quim Torra, y del primero secretario del PSC, Miquel Iceta. Un discurso que viene a blindar su decisión de ir a terceras elecciones si al PSOE le fracasa la investidura con ERC y no cambia de candidato.
"Algo de esa negociación ya hay", ha añadido Casado en un discurso en el que ha anunciado también que no habrá cordón sanitario contra Vox este martes en las votaciones para la conformación de la Mesa del Congreso. Los populares proponen una negociación con ese partido y con Ciudadanos para que el PP tenga dos representantes en el órgano de gobierno de la Cámara, los de Santiago Abascal uno y los de Inés Arrimadas, otro.
Porque el principal partido de la oposición no quiere participar en ese juego de deslegitimación del PSOE de Sánchez, dispuesto a blanquear a la extrema izquierda de Podemos hasta el punto de meterla en el Gobierno y en las instituciones. Y con el voto de los afiliados, ha recordado, que han pasado a ser cómplices de la maniobra de su secretario general.
El líder del PP cree que Sánchez quiere "demoler" la Constitución, y ha avisado a PNV, ERC y Junts pel Cat, que si se revisa la Carta Magna, se revisará hasta el régimen foral
A su juicio, el presidente del Gobierno en funciones está en una operación de "ingeniería política y demolición" de la Constitución de 1978 salida de la Transición en la que, advierte Casado a los nacionalistas tanto catalanes como vascos, nada quedará igual que antes. "Si todo se pone en cuestión, todo significa todo", advierte al PNV, temeroso del futuro del sistema foral, porque "el sistema no se va a mover un metro más porque Torra e Iceta quieran".
Ya en la "cumbre constituyente" de Pedralbes la primavera pasada -que tanto ERC como Junts pel Cat reclaman como punto de partida en la negociación de la investidura-, dijo Casado, el PSOE dejó entrever su estrategia: cuestionar la Carta Magna vigente y al único partido que ahora mismo la defiende, dice, el PP. Pero no es la Constitución la que determina la existencia de la Nación española, ha avisado el líder de la oposición en un durísimo discurso a sus diputados y senadores en el Congreso.
La nación española es previa a la Carta Magna, y "el constituyente", el Pueblo español, seguirá ahí pase lo que pase en esta negociación de incierto futuro. "Sánchez no va a comprar la presidencia al precio de la soberanía nacional", ha insistido, dando poder "a políticos que quieren destruir la nación española".
"Si desaparece el PP, la Constitución también"
Ahora mismo, ha recalcado Pablo Casado en ese durísimo discurso con el que pretende cerrar las puertas a cualquier viso de abstención in extremis, la única esperanza de que sobre viva la Constitución, es el PP. "Si el PP desaparece, la Constitución también", ha llegado a decir.
Y lo que busca el PSOE de Sánchez no es una mayoría coyuntural para ser investido, sino continuar el cordón sanitario contra el principal partido de la oposición que instauró José Luis Rodríguez Zapatero en 2003 con el Pacto del Tinell por el cual ERC y el PSC gobernaron en Cataluña y el PSOE se garantizaba el apoyo de los republicanos en Madrid.