Política

El PP ve una provocación que el nuevo decreto mantenga el palacete para el PNV y votará en contra

Fuentes populares aseguran que en una semana nadie del Gobierno se ha puesto en contacto con ellos para consensuar el apoyo al nuevo texto

  • Feijóo, este martes en un desayuno en Madrid. -

Negociación sobre la bocina, Consejo de Ministros, comparecencia de Pedro Sánchez y... el decreto 'ómnibus' que naugrafó hace una semana en el Congreso de los Diputados, por el bloqueo de PP, Vox y Junts, vuelve a estar aprobado. Eso sí, con los cambios que ha dictado Carles Puigdemont. Y con el regalo del palacete en París valorado en doce millones de euros para el PNV intacto. Una provocación para la dirección de Alberto Núñez Feijóo que, a falta de leer la letra pequeña del texto, se decanta por votar 'no'. Otra vez.  

La prebenda del Gobierno a su aliado nacionalista en el anterior escudo social fue el motivo por el que el grupo que comanda Miguel Tellado montó en cólera. Los populares entendieron que se trataba de la consumación de un matrimonio irrevocable. Una "compra" de voluntades que añade una derivada más a la política nacional: la exclusividad del PNV con el PSOE. O lo que es lo mismo: la aceptación de que el PP no podrá contar con el apoyo de los vascos para hacerse con el poder. Ni a corto, ni a medio y, quién sabe, puede que ni a largo plazo. Además de una "trampa" legislativa. 

Por eso, y por mezclar toda una amalagama de medidas en un documento de 140 páginas, los el PP, después de un debate intenso, decidió apretar el botón del "no", lo que provocó unacontienda del relato que ha durado cinco días. Todo para echarse las culpas a la cara. A fin de sacudirse las responsabilidades, los populares pusieron una oferta sobre la mesa desde el minuto uno: retirar la concesión del inmueble parisino y trocear las medidas sociales en un nuevo decreto que sí estaban dispuestos a apoyar. 

Pero el Gobierno ha hecho oídos sordos y ha desdeñado la mano tendida del primer partido de la oposición. El pasado lunes, Feijóo ya vaticinó: "Sánchez no busca votos debajo de las piedras para ayudar a los pensionistas o a los valencianos. Los busca en Suiza para seguir en el Gobierno".

Para salvar un decreto que se ha convertido en cuestión de vida o muerte, el presidente ha optado por recoger cable el expresidente catalán, que ahora ve colmadas sus satisfacciones. Finalmente, la Cámara Baja tramitará la iniciativa de Junts que le insta a someterse a una cuestión de confianza. Papel mojado, puesto que no tiene ninguna validez ejecutiva. Por otro lado, el Gobierno acepta retirar algunas de las medidas que incluía el anterior decreto. Una receta al gusto de Junts, que firma una suerte de armnisticio y regresa temporalmente al redil del mal llamado bloque progresista. 

Desde que el Hemicicló tumbó el decreto, el Gobierno ha puesto en marcha toda la maquinaria para incriminar a la oposición en el desaguisado. Durante días, han estado en vilo cuestiones de mucho calado. El PP también ha movido los hilos para que no cale la percepción de que, por su postura, no suben las pensiones en España. O no hay transporte público gratuito para los jóvenes. 

"Mudarnos a Waterloo"

En estos días, nadie de la Moncloa ni del PSOE ha descolgado el teléfono para tratar de consensuar una alternativa con el PP, según aseguran en el gabinete de Feijóo. Eso sí, tampoco en las filas populares han querido ponerse en contacto la Moncloa, porque entienden que era el Gobierno el que debía mostrar algún interés y no al revés. 

"Para que el Gobierno nos busque tenemos que mudarnos a Waterloo", ironizan fuentes próximas al presidente popular. "El Gobierno, a la hora de visitar ciudades europeas es más partidario de Ginebra que de Génova", añaden, con sorna gallega. Lo cierto es que el desenlace del decreto no pilló por sorpresa a Feijóo, que hace tiempo asumió que la tramoya es la tónica principal de la legislatura. Mucho lirili y poco lerele, que se dice en el sur. Este fin de semana, cuando en los mentideros madrileños se empezó a especular con un adelanto electoral, la apuesta de la cúpula popular era que habría acuerdo y que todo quedaría en nada. 

Una vez conocidas las líneas principales del nuevo decreto y a falta de tenerlo íntegro, el PP se inclina por repetir el no. Entre otras cosas porque, como publicó este periódico, en las filas del partido no ven un desgaste. Y eso que hasta los sindicatos se han movilizado en su contra. "Querer vender que la culpa de que no salga un decreto la tiene el partido que no gobierna es de aurora boreal", opina un destacado dirigente. 

Ayer, al tiempo que Sánchez comparecía en Moncloa, Borja Sémper, hacía lo propio: "Sánchez ha preferido pasar por la humillación a la que le ha sometido Puigdemont y plegarse a sus imposiciones, como es la cuestión de confianza que le exigía". El portavoz popular eludió confirmar el sentido del voto de su formación. No hay mucho misterio. Los populares consideran que el Gobierno ha elegido compañero de viaje. En todo caso, siguen vigentes las palabras premonitorias que pronunció Feijóo durante la investidura de Sánchez: "Cuando le fallen sus socios, no me busque". 

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