Política

El equipo de Casado teme una 'escabechina' si gana Soraya

La integración es una ensoñación. En el equipo de Pablo Casado teme una venganza  si gana Soraya. "No quedaremos ni uno", aventuran

  • Pablo Casado, en el Congreso del PP

Pablo Casado no hará público su organigrama de dirección del partido hasta pasado el congreso. Caso de ganar. Hasta la celebración del primer comité ejecutivo desvelará cargos y nombres. Se da un margen para la posible integración, para la posible incorporación de elementos de la candidatura rival. "Va en serio", señalan con convicción. Más recelos despierta la actitud de la plataforma de Santamaría. Al menos en este lado de la trinchera. 

Al cierre de la primera jornada congresual, la exvicepresidenta aseguró por los pasillos del hotel que "sigo esperando a Pablo, se lo he dicho". La actitud de siempre, la misma con la que arrancó su campaña. Sin embargo en el equipo del exportavoz del PP se sospecha que, caso de que gane su rival, "no quedará ni uno de los nuestros, ahí nos huele a que se prepara una venganza", puntualizan. "Habrá integración una vez que hayan hablado las urnas", insiste Casado. En sus filas había reticencias con la afabilidad mostrada por el presidente saliente hacia quien fuera su número dos. Defensa acérrima del problema catalán, cuya estrategia y ejecución corrió a cargo de Santamaría. "Se estaba defendiendo él mismo, y de paso, a la vice", dicen fuentes neutrales del partido. 

No hay dudas en esta parte sobre la poca sinceridad en la mano  tendida de Santamaría, de quien hasta ahora tan sólo han recibido ofertas concretas para quitarse a Pablo de en medio, apostillan. Involucran incluso a Fernando Maíllo, el coordinador general del PP, a quien le atribuyen una participación activa en la elaboración de la Ejecutiva de Santamaría. "Pone nombres, señala cargos, como si tomara parte de la candidatura", apuntan, muy recelosos con la supuesta equidistancia del aparato de Génova. Hay algunos huecos para la gente de Casado, si al final se rinde. Lo que ocurra luego, es una incógnita, señalan.

Las cábalas sobre la posible integración de candidaturas proseguían ya entrada la noche en el hotel madrileño donde se celebra el congreso del relevo del PP. Todo el mundo lo descarta salvo en una situación de empate técnico. "De madrugada pueden pasar cosas, será una noche muy larga", dice un diputado imparcial, que observa la carrera electoral en forma desapasionada.

Pose y sensiblería

Rajoy, en su mensaje de despedida, destacó la 'voluntad de concordia, prudencia y moderación' entre los méritos del político. Tras arremeter sin demasiados remilgos al actual gobierno socialista, habló de que hay que elegir "entre lo que se debe hacer aunque no resulte cómodo ni mediático, ni popular", y bromeó sobre determinadas formas de hacer política, rebosante de "mucha pose, sensiblería y poca sustancia". Besó con enorme afecto a Santamaría, en tanto que a Casado le saludó con una esticta corrección. Su cariño hacia Soeraya es bien sabido, al gual que hacia Dolores Cospedal. A mabas las respeta y les está muy agradecido por su entrega en las labores que tuvieron encomendadas bajo su mandato. 

En los corrillos del congreso, espasmódicos y descontrolados, se da por hecho que el resultado será muy apretado, aunque sin llegar a lo que ocurre en el PSOE, donde el secretario general resulta elegido a veces por una diferencia de tan sólo siete u ocho papeletas. "Esto puede quedar en una victoria con cien votos de diferencia", señalan. Un resultado poco favorable a cualquier movimiento integrador una vez consumada la liturgia de las urnas.

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