El debate de Vozpópuli, este viernes, fue entre Francisco Martínez (PP), Andrés Perelló, Óscar Guardingo (En Comú Podem) y Melisa Rodríguez (Ciudadanos). Y lo fue, porque nadie reivindicó un protagonismo fuera de lugar y porque todos hablaron de "diálogo"; pero de del de verdad, no de la impostura de un diálogo que se sabe de antemano imposible entre el Estado español y una suerte de nuevo Estado catalán, para fijar el día y la hora de la separación.
A partir de ahí, matices los que se quiera. ¿Nueva financiación? Sí unánime, pero sin que eso suponga crear nuevos agravios. ¿Reforma constitucional? PSOE y Podemos, al unísono, favorables; PP y Ciudadanos... pues depende para qué. ¿Necesidad de adaptar la Carta Magna a los nuevos tiempos después de haber contribuido a "40 años de bienestar de los españoles"?. En esto estuvo de acuerdo hasta el comú Guardingo, que el entrecomillado anterior es suyo.
El encuentro, por tanto, al que el hoy independentista PDCat excusó su asistencia, resultó un reflejo de las posiciones que estamos viviendo en los últimos meses, si acaso rodeado de la preocupación porque la jornada de este domingo se desarrolle en Cataluña sin incidentes que reseñar.
De hecho, el socialista Perelló mostró un apoyo al Gobierno popular matizado. Le pidió que por retirar las urnas allí donde sean instaladas por los independentistas el domingo no obligue a la Policía a forzar altercados de orden público. Total, "todos sabemos, los primeros los independentistas, que eso no es un referéndum y nadie les va a reconocer al día siguiente".
Al lado en muchas cosas -enfrente en algunas otras, esa una de ellas- tuvo al portavoz del Grupo Popular en la Comisión Constitucional del Congreso, Francisco Martínez, ex secretario de Estado de Seguridad, que se marcó una defensa del "derecho" de todo español a decidir sobre cualquier parte del territorio, Cataluña incluida. Martínez recordó que las fuerzas de seguridad no actúan a las órdenes del Ejecutivo de Mariano Rajoy, en este caso, sino del Tribunal Superior de Justicia catalán.
Ambos destilaron complicidad hasta que Perelló le dijo que si sobra Carles Puigdemont en el diálogo que se va a tener que abrir, igual también sobra Mariano Rajoy, por aquello de que los que participan del problema "no pueden ser solución".
Martínez saltó como un resorte y reprochó a su aliado socialista circunstancial que la equidistancia de la que estaba haciendo gala igual tenía que ver con la brecha que exhiben Sánchez y Díaz
En ese momento, Martínez saltó como un resorte y reprochó a su aliado socialista circunstancial que la equidistancia de la que estaba haciendo gala igual tenía que ver con la brecha que exhibe el PSOE entre Ferraz y el PSOE-A, entre Pedro Sánchez y Susana Díaz, a quien no le importó votar el jueves con Ciudadanos lo que el Grupo Socialista había rechazado diez días antes en el Congreso.
Los momentos más chispeantes, como ocurre siempre en este tipo de debates, los protagonizaron el portavoz de En Comú Podem y la de Ciudadanos, con la inestimable colaboración de Martínez que no cejaba de repetir a Guardingo que Podemos tiene un problema de aceptación de la legalidad y que no acierta a comprender cómo una formación de izquierda puede salir en defensa de una secesión que si va en contra de algo en de la "solidaridad" entre personas.
Óscar Guardingo negó que los morados quieran poner por encima de los derechos ciudadanos los de "los territorios", como le acusó el portavoz del PP, pero admitió que si en 1978 se incluyeron derechos históricos forales y se diferenció entre "nacionalidades" y regiones fue por algo.
En este punto, Melisa Rodríguez reprochó a Podemos y, en particular a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, su ambigüedad, que le esté haciendo el juego a un soberanismo que pretende fracturar la convivencia y que pone en el punto de mira a quien no piensa como ellos. Contó su experiencia vital de 25 años en Barcelona, asegurando que "en la facultad no hablábamos de política para no complicarnos la vida".