El líder de Podemos, Pablo Iglesias, insiste en aprovechar su llegada al Gobierno para debilitar a los sectores de la izquierda alternativa al PSOE que tanto dentro como fuera del partido morado le pueden hacer sombra. Después de encajar la salida de los Anticapitalistas, en la diana del Vicepresidente del Gobierno ha entrado el sector afín a Mónica Oltra en Compromís, el partido de izquierda valenciano que pactó con Íñigo Errejón en las últimas elecciones generales.
Fuentes de Podemos revelan a Vozpópuli que el plan consiste en “convencer” a personas del sector de Oltra en Compromís de la misma manera que se hizo con los de IU en Andalucía. Con Andalucía el partido morado apostó por fichar a decenas de dirigentes de IU a cambio de consolidar el control de Podemos en la región. Teresa Rodríguez, la líderesa de los Anticapitalistas, se quedó rápidamente sin oxígeno, lo que la obligó a salir de Podemos como única alternativa a tener un simple papel residual en el partido después del Congreso de Vistalegre 3.
En el caso valenciano, la ofensiva contra Oltra consistiría, según las fuentes consultadas, en ofrecer puestos de trabajo y contratos ministeriales para aislar a los que en su día se decantaron por Errejón. No sería una ofensiva a gran escala contra Compromís, pero sí una maniobra dirigida a restar apoyos a la actual vicepresidencia de la región, para promover a sector afines a Podemos. “Quiere comprar puestos de trabajo”, resumen algunas fuentes.
Podemos 3.0
Las relaciones con Oltra son sustancialmente malas desde al menos hace tres años. La dirigente valenciana siempre fue muy cercana a Errejón, con quien en 2016 trabajó para romper un tabú del Podemos de entonces, que era negociar con los socialistas un pacto de gobierno. Errejón, de hecho, trabajó en la sombra incluso con Sánchez en la negociación frustrada de ese año, que acabó con un duro enfrentamiento con Iglesias y la repetición electoral que dio pie al segundo Gobierno de Mariano Rajoy. Ahora, a cuatro años de distancia, el líder morado quiere cobrar su venganza.
Con la entrada en el Ejecutivo, Podemos ha entrado en una fase totalmente nueva. “Nacimos para gobernar”, comentan fuentes del partido morado a los que preguntan si ahora les puede pasar factura su paso por las instituciones. “Estás en el Gobierno o no estás”, reconocen incluso miembros más críticos con Iglesias, que reconocen que la presencia institucional solo puede reforzar a Iglesias.
“Pablo está encantado”, añaden desde el partido morado, donde aseguran poder aguantar el grueso de la legislatura. La escasez de las competencias tampoco preocupa a la cúpula morada, que de momento se dedica a aislar a los díscolos internos y blindar su control del partido, a través de cargos (en Madrid y sedes ministeriales fuera de la capital) y prebendas.
Salida del Gobierno en tres años
Según las fuentes consultadas, además, los sondeos internos del partido son positivos. De tal manera que entre los dirigentes de Podemos se empieza a barajar una estrategia que pasa por mantenerse en el Ejecutivo al menos tres años, y salir de él meses antes de los nuevos comicios.
De hecho, los más optimistas aseguran que la idea del sorpasso al PSOE no está en absoluto descartada. La doble táctica de garantizar la cohabitación de un “Podemos de gobierno”, institucional y dirigido a convertir al partido en una formación que demuestra que sabe gestionar, y “de lucha”, liderado por Rafa Mayoral y dirigido a no perder protagonismo en la protesta callejera, permitirá, a su juicio, superar incluso a los socialistas en el futuro.
Este último encaje no deja de ser a largo plazo, aunque en las últimas sesiones parlamentarias y en algunos encuentros (el último, el del martes con las organizaciones agrarias en el que Iglesias les dijo de “seguir apretando”) el propio Iglesias ha dado muestra de su estrategia. Quizás sea por ello que a la salida de la reunión con sector del campo del martes algunos asistentes comentaban: “Es muy inteligente. Este [Iglesias] se los va a comer a todos los del PSOE”.