Política

Junts tuvo el control del Gobierno dos horas con una decena de ministros 'retenidos' en una sala

Vozpópuli reconstruye las horas en las que Carles Puigdemont movió, más que nunca, los hilos de un Ejecutivo al que obligó a modificar su agenda

Las agendas de los ministros son complejas. Susceptibles de muchos cambios. Pero hay un momento de la semana, los martes por la mañana, en que solo un compromiso internacional o que no dependa del Gobierno puede alterar su cita semanal con el Consejo de Ministros. Pero este martes, el presidente, Pedro Sánchez, responsable de convocar semanalmente la reunión ministerial, también dio poderes a Carles Puigdemont para cambiar los planes del Gobierno. Obligando a una decena de ministros a permanecer encerrados, más de dos horas, en una sala adyacente en la que deberían haber estado reunidos desde las nueve y media de la mañana. Allí permanecieron hasta que el prófugo, desde Waterloo (Bélgica), diera el ‘sí’ a aprobar el decreto ‘ómnibus’ troceado a los negociadores socialistas.

Los miembros del Ejecutivo llegaron a La Moncloa puntuales, como ya es costumbre cada martes, incluso con tiempo para tomar un café. Un desayuno informal, en el que hablan de temas personales y profesionales que habían quedado pendientes, y que da paso al Consejo de Ministros como tal. Pero ayer, cuando iba a empezar la cita del gabinete, todo saltó por los aires. Sánchez, sin dar muchas explicaciones, modificó el orden de las reuniones previstas. Avanzando la del Consejo de Seguridad Nacional que habitualmente se celebra tras la ministerial. A primera hora de la mañana, los contactos entre los negociadores del PSOE y Junts se habían retomado. Y ante las perspectivas de que nada iba a cambiar, que las posiciones seguían siendo las mismas, Sánchez optó por cambiar de opinión y ceder con Puigdemont a lo que dijo que nunca iba a ceder. En ese momento empezó el Consejo de Ministros. Tres horas más tarde de lo previsto y con algún receso para que uno de los ministros pudiera acabar de cerrar algún fleco.

El expresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, lideró las conversaciones con Junts. Pero también participaron en ellas Santos Cerdán, número tres del partido, la vicepresidenta María Jesús Montero y el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños. Por parte de los junteros, al otro lado del teléfono estaban Carles Puigdemont, Jordi Turull y Miriam Nogueras. Algún dirigente de Sumar, en algún momento de la mañana, también hizo algún tipo de gestión, aunque lo mollar lo llevaron entre socialistas e independentistas. Ya casi al mediodía, Moncloa daba el ok a todo lo que había negado hasta ese momento y que ha retrasado la entrada en vigor de la revalorización de las pensiones o las ayudas al transporte: sí a trocear el decreto 'ómnibus', como pedía Junts, y sí a tramitar la cuestión de confianza. Como contrapartida Puigdemont les daba el 'sí' a la convalidación del decreto y dejaba sin efecto la suspensión de las negociaciones sectoriales que anunció hace dos semanas.

Las presiones de Yolanda Díaz

Una de las grandes beneficiadas con que el PSOE y Junts retomen las negociaciones es la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, que casi con toda seguridad podrá dar luz verde a su reducción de la jornada laboral. Este lunes, tras semanas de reproches mutuos, Díaz alcanzó un acuerdo con Carlos Cuerpo para que el Consejo de Ministros del miércoles apruebe esta medida. Durante estos últimos días llegó a tachar de "mala persona" a su compañero y ministro de Economía, pero este lunes, tras darle la razón empujado por Sánchez, rectificó y aseguró que Cuerpo es "una buena persona". Esa rectificación del presidente, una más en su larga lista de cambios de opinión -o bulos, mentiras, si lo dijera él de otra persona-, se produjo después que la vicepresidenta amenazara con abstenerse el martes 4 en la tramitación de la cuestión de confianza que finalmente se debatirá.

Evacuación de los periodistas

Oficialmente el Gobierno había convocado una rueda de prensa tras el Consejo de Ministros ordinaria con la ministra portavoz, Pilar Alegría, y los ministros de Economía, Carlos Cuerpo, y Transformación Digital y Función Pública, Óscar López, que iban a dar cuenta del nuevo cuadro macroeconómico, según anunció el propio Cuerpo este lunes, y de las nuevas condiciones de Muface, respectivamente. Eso sí, la hora prevista eran las 13, más tarde de lo habitual, lo que ya indicaba que se preparaba algo.

A media mañana este periódico pudo avanzar que se negociaba con Junts y que había un principio de acuerdo. Poco después, que éste estaba cerrado y que el propio Pedro Sánchez iba a defenderlo. Sin confirmación oficial, los medios fueron desalojados de la sala de las conferencias de prensa de los Consejos de Ministros para prepararla para una comparecencia de Sánchez siguiendo un prompter, formato habitual en muchas de ellas y que aconsejaba la premura e improvisación de la jornada.

Los nervios afectaban al equipo técnico de Moncloa, que se quejaba de que algún medio se había dejado la señal conectada en la sala y podría grabar sus preparativos. Mientras, los periodistas esperan apilados en las cabinas de radio y en los pasillos. Poco antes de las 14.30 empezaba un Sánchez visiblemente satisfecho su intervención, a tiempo para el telediario. Sólo hubo tiempo para dos preguntas "dada la hora"...

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