Sin horizonte electoral a la vista y preparado para afrontar una legislatura larga, Alberto Núñez Feijóo se ha lanzado a por el Poder Legislativo. Una rara avis habida cuenta de que el PP, pese a ser el partido mayoritario en el Congreso y el Senado –donde tiene mayoría absoluta–, está en la oposición. Así es la endiablada mayoría parlamentaria que sostiene a Pedro Sánchez, tan frágil que con que sólo Junts o PNV voten 'sí' a una proposición de ley que a propuesta del PP también apoye Vox será norma. Y saldrá en el BOE, aunque no guste al Gobierno. La misión del PP, por tanto, es afinar sus propuestas para poner entre la espada y la pared a ambas formaciones nacionalistas (y soberanistas). "Tenemos capacidad para legislar", repiten una y otra vez en Génova.
En ese contexto, la Ley de Conciliación anunciada este lunes por Feijóo será el próximo ochomil parlamentario que el líder del PP tratará de escalar. Una medida cuyo "pilar" –según dijo desde un parvulario en Alicante junto a Carlos Mazón, presidente de la Comunidad Valenciana, este lunes– será la gratuidad de la educación infantil entre 0 y 3 años. Algo que el propio Feijóo implantó en 2022 en Galicia, en las postrimerías de su larga etapa al frente de la Xunta, ya vigente en Castilla y León y Comunidad Valenciana y que el resto de autonomías populares están introduciendo gradualmente.
¿Su propuesta? Que Estado y CCAA sufraguen al 50/50 dicha medida con, según los cálculos de su equipo económico, 4.000 millones de euros en total. "Es algo que afecta a todo el mundo, independientemente de su ideología", dicen desde el entorno del líder del PP para arrimar a PNV y Junts a su sardina. No obstante, también apelan al resto del arco parlamentario. "Será difícil que la izquierda se pueda oponer", dicen sobre una proposición de ley minada para aquellas formaciones que defienden un programa progresista. Porque por mucho que lo proponga el PP, votar en contra podría ser manifiestamente impopular.
La estrategia del principal partido de la oposición, explican desde la sala de máquinas de Génova, pasa por "impactar en temas de ámbito cotidiano y social que trascienden el foco netamente emocional de la amnistía y Cataluña". Temas "transversales". Por ello, al alimón, el PP carbura en el Congreso también la Ley de Vivienda. Un proyecto ambicioso para los populares y que la vicesecretaria del ramo, Paloma Martín, prepara desde hace meses a través de decenas de reuniones y conversaciones con los principales actores del sector. En el PP tienen claro que con ambas medidas captan la atención de diferentes tags poblacionales –desde los 20 a los 60, focalizan–, pero sobre todo uno: los jóvenes.
"Lo captamos porque hablamos de los dos principales anhelos de los jóvenes de este país", aseguran, en relación a la dificultad para tener hijos y lo a menudo imposible de acceder a una primera vivienda. "Yo sólo puedo decir que el problema de la vivienda en algún momento hay que solucionarlo, porque es el mayor problema para nuestra generación [entiéndase para los jóvenes] que ha habido en décadas", decía también este lunes David Broncano en su late night de TVE 'La Revuelta'; sólo por poner un ejemplo del calado del debate, capaz de aparcar el humor en un programa hilarante.
No obstante, ambas medidas, juntas, suponen para el PP acercarse a la idea de familia, tan presente en el argumentario conservador. Por ello, fuentes de Génova defienden que "esto también es batalla cultural". Un concepto del que rehúye la actual dirección nacional del PP, más cercano al universo semántico de Vox, y cuya principal (y solitaria) defensora en la bancada del Congreso es Cayetana Álvarez de Toledo. Feijóo, eso sí, remarcó que la medida ayudaría a "todas las familias: a las numerosas, a las monoparentales, a las LGTB".
"La maternidad es la que muchas veces conlleva la brecha salarial. Es invertir en conciliación para que los hijos no sean una motivación para abandonar la carrera laboral", argumentó el líder del PP, que en su alocución apeló a la bajísima tasa de natalidad [del 6'7‰ en 2023, lo que significa 1'16 hijos por mujer] que tiene España. Una idea que los populares han potenciado en su argumentario en los últimos meses. Porque si bien la promesa de una Ley de Familias y Conciliación constaba en el programa del 23-J y Feijóo anunció el pasado junio que el PP la llevaría al Senado, cada vez ha cobrado más intensidad y ahora hablan de ella como una "prioridad de Estado".
"La marca del PP va a estar unida a la gratuidad de las escuelas infantiles. El Estado del Bienestar lo vamos a ampliar en cuestiones que son fundamentales", apuntó el líder del PP. "Alfombra roja para quien quiera tener hijos", exageran en Génova.