Óscar Puente defendió por escrito los “méritos” del presidente de Adif una semana antes de cesarle

Entre el lunes, 2 de septiembre, y el viernes, día 13, el Gobierno dio un giro de 180 grados a la dirección de Adif (Administrador de Infraestructuras Ferroviarias). En la primera de las fechas, el Ministerio de Transportes, dirigido por Óscar Puente, defendía por escrito los “méritos” que su director, Ángel Contreras Marín, acumulaba para liderar la institución. En la segunda -semana posterior-, se filtraba su cese fulminante por una “reestructuración” interna, en plena polémica por la gestión ferroviaria, y poco después de comparecer en la comisión de investigación del Senado por el caso Koldo, al aparecer una foto suya en el sumario policial junto al exministro de Transportes, José Luis Ábalos, y su exasesor, Koldo García.

La defensa a ultranza del ahora exdirector de Adif figura en una respuesta parlamentaria tramitada a través del Congreso de los Diputados a la que ha tenido acceso Vozpópuli. El PP requería información al Gobierno sobre Ángel Contreras, con una batería de preguntas relacionadas con su gestión y el caso Koldo.

En concreto, los populares interpelaban al Ejecutivo sobre la “posible manipulación” en un contrato de Adif por valor de 20 millones de euros, por un proyecto en el tramo Zafra-Los Rosales. También preguntaban al Gobierno sobre “cuántos contratos” adjudicados por el ente público ferroviario “están siendo objeto de investigación”, así como sobre la postura del Ejecutivo en torno a Ángel Contreras: “¿Va a cesar el Gobierno al presidente de Adif, bajo sospecha de corrupción?”.

Respuestas sobre Adif

El Ministerio de Transportes respondió por escrito a la batería de preguntas formuladas por el PP, en un documento fechado el pasado 2 de septiembre y que se ha incorporado este lunes, día 16, al Boletín Oficial de las Cortes. En él, presentaba un enlace a la página oficial del Ministerio de Transportes con el currículum de Ángel Contreras, defendiendo sus “méritos” y “experiencia” en el sector que, a su juicio, avalaban su gestión al frente de Adif.

El currículum, aún disponible en la página web de Transportes, destaca los “23 años de carrera profesional dedicada al transporte ferroviario”, especificando los diversos cargos ocupados por Contreras en el sector, en especial en Adif, antes de llegar a la presidencia.

El Gobierno también afirma en la respuesta parlamentaria que en el contrato de Zafra-Los Rosales se recibió una notificación sobre el expediente procedente de INECO en el año 2022. A consecuencia del mismo, “el Comité de Ética de Adif analizó y valoró los hechos, conforme al
Procedimiento de Gestión del Canal Ético”.

También especifica que durante el proceso se recabó información sobre la gestión interna del expediente y, en especial, se analizó la tramitación del procedimiento de valoración de ofertas y la justificación de las valoraciones realizadas por el equipo de Adif. “Asimismo, se mantuvieron reuniones con las principales personas involucradas en el proceso y se solicitaron explicaciones sobre las comunicaciones para comprender su alcance, credibilidad y virtualidad”.

“Como resultado del análisis -indica el Gobierno-, el Comité de Ética concluyó que no existían indicios racionales de actuación ilícita ni de incumplimiento o irregularidad que hiciese necesario adoptar medidas correctoras; razones por las que archivó el expediente”.

Una defensa del presidente de Adif que no ha aguantado el paso del tiempo, a tenor de los acontecimientos que se han vivido después de la remisión del documento al Congreso de los Diputados. El pasado viernes, el Ministerio de Transportes, dirigido por Óscar Puente, cesaba a Ángel Contreras al frente del organismo público ferroviario, que apenas llevaba nueve meses en el cargo.

Fuentes gubernamentales citadas entonces por El País atribuían la decisión a “una reestructuración en Adif”, negando que la decisión guardase ninguna relación con el caso Koldo. El cese, eso sí, se producía en una nueva jornada de caos ferroviario, tras una batería de incidencias que dificultaron la fluidez del tráfico en algunos de los nódulos más significativos, tanto en Atocha (Madrid) como en Sants (Barcelona).