El primer reto que tiene por delante Pablo Casado es cerrar la herida de un PP que se ha dividido por la mitad en estas sus primeras primarias para elegir presidente. Porque el sucesor de Mariano Rajoy ha llegado a la cumbre del poder orgánico mediante un siempre tenso procedimiento de competición al que los populares no estaban acostumbrados... y se ha notado en ese 57% (1.701 votos) que le han aupado al sillón de la calle Génova, frente a los 1.250 que ha recibido su rival, Soraya Sáenz de Santamaría.
En las caras de los compromisarios se ha podido ver este mediodía, nada más conocer la abultada victoria del joven dirigente popular, la huella de la tensión vivida, sobre todo en estas últimas dos semanas, tras la votación de los más de 66.000 militantes que, no hay que olvidar, ganó la que fuera vicepresidenta en el Gobierno de Rajoy.
Habrá que ver cómo reacciona esa militancia que le hizo ganar a ella el 5 de julio en las urnas y, sobre todo, ese más de 40 por ciento de compromisarios que ha votado este sábado a Santamaría. Esta es la principal "preocupación" que admiten a esta hora barones populares de toda condición consultados por Vozpópuli.
Casado ha dejado la lista del Comité Ejecutivo Nacional abierta para ver si es posible integrar a pesos pesados de la lista de su rival
Pablo Casado ha prometido integrar a gentes de la candidatura rival, pero lo primero que tendrá que despejar Sáenz de Santamaría es si continúa en su escaño del Congreso de los Diputados o abandona la vida política después de la contundente derrota sufrida.
Hasta que eso no se despeje, el futuro de los Javier Arenas, Fernando Martínez Maillo, Alfonso Alonso, Fátima Báñez o Alicia Sánchez Camacho no estará claro. Ni el de el exministro Íñigo Méndez de Vigo, que aspiraba a ser con Santamaría cabeza de cartel en las próximas elecciones europeas para volver a Bruselas.
Y una de las figuras que va a emerger -ya se ha encargado el nuevo presidente de resaltar que "va a tener un papel importante"- es el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo; de hecho, aunque él no pidiera el voto expresamente para Casado, el resto de los barones gallegos sí lo han hecho.
Para barones de otras regiones, Feijóo puede ejercer un papel "mediador" entre esas dos mitades en que el PP sale dividido de este su 19 Congreso extraordinario. De entrada, la exvicepresidenta dejó claro el viernes que no se ve de secretaria general de Casado, y no parece que el nuevo presidente vaya a elegir a Báñez, la que era candidata de Sáenz de Santamaría para ese puesto si hubiera ganado.
Dolors Montserrat, que apoyó a Cospedal en la votación del 5 de julio, está llamada a jugar un papel fundamental en el nuevo PP de Casado
La que sí parece que puede jugar un papel fundamental en la nueva formación popular es la exministra de Sanidad Dolors Montserrat, que apoyó a María Dolores de Cospedal en la primera vuelta de este sistema de elección, la votación de los militantes, y cuando no salió elegida se pasó a defender a Casado.
Algunas fuentes especulan desde hace días con que podría ocupar bien la secretaría general o la Portavocía del Grupo Popular en el Congreso. Y el hecho de que el nuevo presidente haya querido dejar abierta la lista de la Comisión Ejecutiva Nacional va a acrecentar las especulaciones en las próximas horas.