Mariano Rajoy telefoneó el lunes a Javier Fernández, presidente de la Gestora socialista para felicitarle por su nombramiento. Una llamada de mera cortesía. Fue el PSOE quien difundió la novedad. En Génova y Moncloa se mantiene un silencio absoluto con relación a la crisis socialista. En su breve charla, acordaron ambos dirigentes mantener una línea de contacto, algo que apenas funcionó con Pedro Sánchez.
Fernández había comentado a los periodistas que no tiene inconveniente alguno para verse con Rajoy cuando el jefe del Ejecutivo en funciones le convoque. El presidente en funciones le telefoneó de inmediato. Se verán cuando el PSOE haya superado sus dudas y decidido sus posiciones. Posiblemente, después de la reunión del Consejo Regional, con los barones, o del Comité Federal. Cuestión de una o dos semanas, respectivamente.
En el Partido Popular se confía en una negociación rápida que despeje el camino a la investidura. Fernández, que también es presidente de Asturias, dejó muy claro este lunes que siempre se ha mostrado contrario a la celebración de terceras elecciones. Un apunte, además, que funcionó como una pista: "Abstención no es apoyo", mencionó.
Vuelta al punto de partida
Rajoy pretende transmitir durante estos próximos días la imagen de un PP que se va a esforzar por huir de las terceras elecciones. "Estamos en el mismo punto que el 20-D", declaró el lunes Dolores Cospedal en un acto en Toledo. Gobierno de gran coalición, acuerdos de Estado para los grandes asuntos o regreso a las urnas. No hay más opciones. El equipo del PP quiere una negociación 'breve' y 'rápida'. No está ahora dispuesto a demasiadas concesiones.
Rajoy pretende transmitir durante estos próximos días la imagen de un PP que se va a esforzar por huir de las terceras elecciones
Mientras el PSOE se aclara, desde la cúpula de los populares se machaca insistentemente la idea de que los españoles quieren un gobierno que dé 'estabilidad, seguridad y confianza'. Un tuit de Génova, con la foto de Rajoy y su Comité de Dirección, así lo reseñaba. Andrea Levy, en un acto en Denia, insistía este fin de semana en la política 'de brazo tendido' para que haya Gobierno cuanto antes en España.
El presidente del PP quiere mantener ese 'perfil bajo' hasta que pasen las réplicas del terremoto socialista. Ni declaraciones ni interferencias. Los populares llevan ya una semana en silencio, salvo algunas declaraciones estrambóticas de García Margallo, titular de Exteriores. Así van a seguir. Las instrucciones de Rajoy son precisas. Los portavoces y dirigentes del PP tan sólo mencionarán la crisis socialista para insistir en la necesidad de formar un gobierno estable
