Isabel Díaz Ayuso sacó la bandera blanca el pasado sábado en la convención del PP en Valencia. La presidenta de la Comunidad de Madrid afirmó ante Pablo Casado que su única meta era Madrid, descartándose como alternativa, y rechazando cualquier enfrentamiento para adelantar el congreso regional. En Génova, sin embargo, no se creen su discurso.
"No lo leyó, pero se lo sabía de memoria". Así describen en la gestora que dirige el PP de Madrid desde hace más de tres años el anuncio realizado por la presidenta de la Comunidad el pasado fin de semana: "No fue fruto de la improvisación. Estaba preparado y sus palabras totalmente medidas".
Las mismas fuentes consultadas por Vozpópuli afirman que Ayuso acudió a la convención y rebajó sus presiones para celebrar cuanto antes el congreso regional porque "recibió un mensaje claro" de que debía actuar así por parte del entorno más cercano a Pablo Casado: "Se le pidió que parara porque no se podía preparar una convención así".
El discurso de Ayuso en Valencia, sin embargo, no tranquiliza ni en la primera ni en la séptima planta de Génova 13: "Anunció una tregua, nada más. Quiere ser presidenta del PP de Madrid cuanto antes y además desgasta a Pablo Casado descartándose como alternativa, pero solo hasta las generales".
En el PP de Madrid lo tienen claro: "Ha querido dar imagen de lealtad, pero ella tiene sus propias ambiciones y no va a renunciar a ellas".
Ocho meses de 'guerra'
Así las cosas, en la gestora de los populares madrileños se preparan ya para ocho meses de guerra fría, hasta la celebración del congreso: "Ella va a seguir presionando para que se celebre cuanto antes, pero la idea de Casado es convocarlo justo antes del congreso nacional, por lo que nos iremos a mayo o junio".
En Génova, además, dan por concluida la 'tregua' de Ayuso, que esta semana volvió a la carga con sus reivindicaciones.
El jueves aprovechó su entrevista en Onda Cero con Carlos Alsina para asegurar que el congreso debería celebrarse pronto "para cerrar el debate y dar normalidad a la casa", y para que su equipo y el partido "vayan caminando en la misma dirección”.
Esa misma tarde, en la Asamblea de Madrid, se situó, de nuevo, como alternativa a Pedro Sánchez: "Madrid es el Gobierno que España se está perdiendo hasta que haya una alternativa en La Moncloa a la que puedan mirar los españoles como referencia".
La gestora se moviliza
Ante este discurso de la presidenta de la Comunidad, en la actual dirección del PP de Madrid reivindican que "ha sido la gestora la que ha dado normalidad al partido tras la marcha de Cifuentes" y afirman que no van a estar parados: "No somos un sujeto pasivo y lo vamos a demostrar".
En ese sentido, no descartan la celebración de convenciones locales y actos con alcaldes, además de seguir blindando la interlocución con Sol: "Nadie puede decir que desde Génova no es esté dando respaldo a la Comunidad".
En paralelo, el PP de Madrid asume "duras negociaciones" para llegar a un acuerdo de cara al congreso regional. El objetivo, tal y como se informó en estas páginas, es convocar el cónclave cuando se haya pactado una lista de unidad.
José Luis Martínez-Almeida ya se ha descartado como candidato, pero las fuentes consultadas advierten que, en la futura ejecutiva liderada por Isabel Díaz Ayuso, "debe haber integración" con el equipo del alcalde y la gestora.
Paralelismo con Aguirre
Los cargos del PP de Madrid contactados por Vozpópuli afirman que existe cierto paralelismo entre la actuación de Isabel Díaz Ayuso y Esperanza Aguirre y que, incluso, Mariano Rajoy habría comentado en privado que los pasos de la actual presidenta regional le recuerdan a los que él mismo 'padeció' por parte de la exlideresa.
Estas fuentes recuerdan "los movimientos de Esperanza para desbancar a Rajoy en el congreso de Valencia en 2008" después de haberse hecho con la presidencia del PP de Madrid en 2004 y sus "conspiraciones en casa de Cayetana Álvarez de Toledo". Y advierten a Ayuso: "Presionó mucho, y al final no logró su objetivo".
En ese sentido, recuerdan que, tras ganar las autonómicas de 2003, Aguirre exigió ser presidenta del PP de Madrid y lo logró al año siguiente. Después, en 2008, "descubrió que no tenía apoyo orgánico para desbancar a Rajoy". Ya en 2012, diez meses después de la victoria del PP en las generales, dimitió. "Ayuso debería recordar todo ello y recapacitar", concluyen.