Tras varias jornadas de huelga, los maquinistas de Renfe y la empresa ferroviaria pública llegaron el pasado jueves a un acuerdo para desconvocarla. Ambas partes pactaron las demandas del Sindicato Español de Maquinistas y Ayudantes Ferroviarios, que en suma pretendía "recuperar el servicio público que antes del covid prestaba la compañía a los ciudadanos", dado el recorte de los servicios y la merma de la plantilla desde 2020. Renfe atribuye a la pandemia los retrasos en la incorporación de nuevos maquinistas, que se encuentran inmersos en un proceso costoso y ya de por sí alargado en el tiempo.
Para ser maquinista de Renfe, los aspirantes deben, en primer lugar, hacer un importante desembolso. La empresa pública, al igual que otras operadoras privadas, ofrecen el curso preceptivo para conseguir el carné de maquinista. Los precios oscilan en función de la escuela, pero rondan los 20.000. A este montante hay que añadir los gastos que comportan las prácticas de conducción, pues es el estudiante el que debe afrontar los desplazamientos y pernoctaciones que conllevan.
Una vez aprobado el curso, habiendo ya conseguido el carné de maquinista, el conductor de trenes puede trabajar en las diversas empresas privadas que operan en España -mayoritariamente, de tráfico ferroviario de mercancías- o bien hacerlo en la pública. En este último caso, el aspirante deberá superar las oposiciones de Renfe: una oferta pública de empleo que consiste en un examen psicotécnico y otro de reglamentación, fundamentalmente teórico.
De becario a maquinista de Renfe
Pero aprobar la oferta pública de empleo no garantiza trabajar en Renfe. Superar las dos pruebas abre tres posibles escenarios a quienes se enfrentan a estas oposiciones. Solo aquellos que rebasan la nota de corte consiguen una plaza fija. Otros -los que más- entran como conductores en reserva y acceden a una beca de formación -específica para una línea y un tren en concreto- antes de convertirse en trabajadores con contrato de obras y servicios. Y el resto permanecen en una bolsa de empleo a la espera de ser llamados para la beca.
Una vez que el maquinista consolida su plaza, pasa a cobrar unos 3.300 euros netos al mes, cifra a la que hay que añadir complementos
Los maquinistas becarios perciben unos 850 euros el mes durante un máximo de medio año. Una vez que les asignan su plaza, pasan a cobrar alrededor de 24.000 euros. En estas circunstancias pueden permanecer años hasta conseguir el gran objetivo: convertirse en maquinistas propios de Renfe, lo que supone un importante salto en sus condiciones, pues a la base de 55.000 euros -unos 3.300 netos al mes- por conducir alrededor de 200 minutos al día se suman complementos salariales e importantes descuentos y beneficios sociales.
Superar dos ofertas públicas de empleo
Es el 'más difícil todavía'. Para conseguirlo, lo más habitual es que los maquinistas deban enfrentarse a dos ofertas públicas de empleo: una para acceder a Renfe con la beca y otra para consolidar su plaza y así convertirse en trabajadores fijos de la empresa pública. "En condiciones normales, entras de becario... Los que ya han sido becarios tienen más experiencia y eso les da más puntos cuando se presentan a las segundas oposiciones, y eso les facilita consolidar su plaza", explica un maquinista ejerciente a Vozpópuli.
Las dificultades que comporta el camino hasta convertirse en maquinista fijo de Renfe ha llevado a muchos a buscar acomodo en operadores ferroviarios privados: "Hay que ampliar miras"
Las condiciones que ofrece Renfe a quienes consiguen una plaza fija hacen que la competencia sea elevada. Y esa misma alta demanda está provocando la redirección de maquinistas a otros operadores ferroviarios privados. "Todo el mundo está obsesionado con Renfe, que está muy bien, pero hay que ampliar miras", apunta un conductor de trenes que trabaja en un operador privado, el cual ha optado por otra vía alternativa a la empresa pública por la dilatación del proceso: "Hasta que vuelves a tu casa, estás cuatro o cinco años fuera".