La Secretaría General de Instituciones Penitenciarias ha enviado un oficio a los directores de las cárceles para que extremen las medidas de seguridad ante los envíos de paquetes bomba. Todo ello se produce a raíz de que un funcionario de CSIF del Centro Penitenciario de Zuera (Zaragoza) recibiera un paquete explosivo que fue desactivado por los artificieros de la Guardia Civil sin que hubiera que lamentar daños personales aunque la investigación sigue abierta.
Este paquete explosivo fue localizado el pasado 25 de enero aunque no fue remitido a la prisión. Lo recibió un trabajador de penitenciario de esta agrupación en las instalaciones pertenecientes a la organización sindical en la que este desempeña sus funciones. La investigación policial sobre este suceso aún no ha concluido, según el oficio de la Secretaria General de Instituciones Penitenciarias.
Desde CSIF se ha valorado "positivamente" este recordatorio de seguridad para preservar la estabilidad de los funcionarios de prisiones. Sin embargo, afirman que aún siguen sin tener la condición de agentes de la autoridad, tal como expresa a Vozpópuli Sergio García delegado de CSIF Prisiones.
Solo paquetes de familiares o amigos de los presos
En un documento al que ha tenido acceso Vozpópuli, fechado el pasado 22 de febrero y dirigido a los directores de las cárceles, la administración recuerda a todos los funcionarios que los paquetes que se reciban tendrán que estar sujetos a la Instrucción 3/2010 y en el Plan de Seguridad del establecimiento. "Únicamente deben admitirse paquetes dirigidos a los internos que hayan sido depositados directamente en ventanilla por familiares o amigos", apunta este oficio de Prisiones.
Por ello, no se admitirán, como bien especifica, los paquetes dirigidos a internos a través de empresas de transporte o mensajería. Además, los envíos con destino al personal o las áreas del centro penitenciario deberán llevar adjunta una contraseña que previamente habrá sido consensuada por el destinatario con la entidad remitente. Esta contraseña, así como otros datos que ayuden a la identificación del paquete, tales como la fecha prevista de recepción, datos del remitente y datos del destinatario, será facilitada a la Oficina de Seguridad. A su vez, la Oficina de Seguridad hará llegar esta información al departamento de comunicaciones y paquetes de Prisiones.
Móviles y drogas ocultos en el calzado
Los paquetes que cumplan estos requisitos después tendrán que ser revisados conforme al siguiente procedimiento. Previamente a su registro, inexcusablemente, serán revisados a través del escáner de inspección de rayos X, descartando la presencia de posibles artefactos explosivos, así como de objetos prohibidos ocultos en artículos de apariencia normal. Entre estos artículos se encontrarían teléfonos móviles, sustancias estupefacientes o armas. Muchos de ellos podrían estar camuflados en el interior del calzado, tal como advierte Prisiones en su oficio.
Los funcionarios deberán a continuación pasar la raqueta detectora de metales para descartar la presencia de objetos metálicos de pequeño tamaño, por ejemplo, agujas, que pudieran poner en peligro la integridad física de los funcionarios durante la manipulación del paquete. Una vez llevado a cabo los dos pasos anteriores, se procederá a un registro manual del contenido del envoltorio. También se contempla que la correspondencia recepcionada en el centro penitenciario, deberá ser revisada a través del escáner.
En el caso de que los funcionarios detecten un paquete o carta sospechosa tendrán que avisar al Jefe de Servicios, quien comunicará la situación al Mando de Incidencias. Se aislará el paquete sospecho en un recipiente homologado, sin moverlo, tocarlo o perforarlo, ni pasar objetos metálicos cerca de él ni emplear emisoras de radio en
sus proximidades. Se procederá a además a aislar la zona de la forma más amplia posible impidiendo que nadie permanezca en la misma.
Cartas a domicilios de funcionarios de Prisiones
Posteriormente, el Mando de Incidencias será el encargado de analizar la situación y dará las ordenes de aviso al Cuerpo de Guardia para que soliciten la presencia de las unidades de intervención especiales que correspondan. Una vez evaluado el riesgo por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado se seguirán sus indicaciones.
El oficio enviado por prisiones solicita a los funcionarios que aquellos paquetes o cartas que pueden recibirse en los domicilios particulares se tendrá que comunicar de la forma más inmediata posible a la Policía Nacional o a la Guardia Civil para que abran una investigación.
El año 2022 cerró con 453 agresiones a funcionarios de prisiones en los centros dependientes del Ministerio del Interior, con una docena de casos graves y el restante 97% de incidentes clasificados como sucesos leves o sin lesiones por Instituciones Penitenciarias. El único episodio registrado como agresión muy grave con lesiones ocurrió en la prisión de Zuera (Zaragoza).