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Profesores ante los nuevos criterios de evaluación: "Menosprecia el trabajo del docente"

El mundo educativo ha vivido este mes unos días de agitación, tras la aprobación del nuevo sistema de evaluación. La decisión del Ministerio de Educación ha generado fuertes críticas no

  • Imagen de archivo de un aula.

El mundo educativo ha vivido este mes unos días de agitación, tras la aprobación del nuevo sistema de evaluación. La decisión del Ministerio de Educación ha generado fuertes críticas no solo en la oposición, sino también entre profesores y profesionales de la educación. "Con esta ley se rebaja la calidad de enseñanza y se pone en tela de juicio la profesionalidad de los docentes", apunta a Vozpópuli Rocío Rivilla, profesora de Primaria y psicopedagoga.

El debate empezó cuando el Ministerio de Educación y Formación Profesional informó de que los criterios de evaluación, promoción y titulación para la Educación Primaria, Secundaria, Bachillerato y FP se iban a modificar, medida que entrará en vigor este mismo curso 2021-2022. Este Real Decreto aprueba en resumen los siguientes puntos: los alumnos de 2º de Bachillerato podrán acabar la etapa escolar teniendo una asignatura suspensa, se contempla la repetición de curso como algo excepcional y que no dependa del número de asignaturas suspensas y se eliminan las pruebas de recuperación de junio en Secundaria.

La decisión ha generado opiniones diversas dentro de los profesionales de la educación. Ignacio San Román, director de colegio, apunta que "como educador no puedo estar más de acuerdo con que se busque lograr un carácter integrador y poner el foco en personalizar los procesos de aprendizaje, pero me da miedo que estemos buscando soluciones que maquillen los problemas sin atajar de verdad a las causas". Este es precisamente uno de los problemas que destacan, que se trate de una medida un poco "utópica". En una línea parecida habla Pablo García docente en primaria, que explica que "no se pueden dar por supuesto las cosas. Si este nuevo sistema de evaluación se quiere integrar bien, entonces se debe preparar bien".

Las medidas más polémicas

En el Real Decreto se establecen varias medidas, unas más criticadas que otras. Las dos que más debate han generado son la de que se podrá terminar segundo de bachillerato y la de eliminar los exámenes de recuperación de junio.

Por lo general, todos los docentes consultados por este periódico se muestran contrarios a estas dos medidas concretas. Lucía Calvo, maestra de inglés y directora de un colegio explica en relación al primer punto que decir que un suspenso no tiene importancia es "engañar al alumno" y una decisión que "menosprecia" la asignatura y el trabajo del docente. Ella misma también apunta que suspender a veces es necesario para asegurarse de que los conocimientos que se necesitan se han retenido adecuadamente: "El suspenso en educación es un indicativo de que no se ha adquirido la competencia básica para desarrollar independientemente trabajos de más complejidad. Es muy complicado innovar sin tener conocimiento previo".

Aparte de ser un engaño para el alumno, ya que hace que se olvide de que aprender es necesario para la vida, los profesores critican esta medida porque la etapa educativa de bachillerato te está preparando para la universidad y si no se logra aprobar todo en ese curso, es probable que el alumno "no esté preparado para acceder al grado universitario o de Formación Profesional". San Román, que también es profesor en la universidad, defiende que en general los docentes universitarios solicitan que se mejoren los niveles de los programas de bachillerato antes que facilitar el acceso con medidas de promoción.

En relación a la segunda polémica, la de eliminar los exámenes de recuperación en secundaria, Calvo apunta que es una medida injusta para el alumno: "No darle una nueva oportunidad al alumno o alumna para que -después de estudiar- vuelva a comprobar que ha aprendido lo que debía es quitarles oportunidades".

Cultura del esfuerzo en la educación

Tras hacer público el Real Decreto, la ministra de Educación, Pilar Alegría, señaló entonces en rueda de prensa que se trata de "un nuevo sistema de evaluación que impulsa la cultura escolar basada en la confianza, el trabajo colaborativo y la participación". En este punto, también hay división en el mundo de los profesores. Mientras algunos se posicionan a favor de la ministra, otros, como Rivilla, se muestran totalmente en contra porque "lo que fomenta es la laxitud y eliminar el esfuerzo por conseguir unos objetivos". En líneas similares se manifestó la oposición del gobierno de Pedro Sánchez, pues creen que con esta norma se echa por tierra la 'cultura del esfuerzo'.

Todos los expertos y profesores consultados coinciden en que desde los centros educativos se debe enseñar a los menores a esforzarse por las cosas. "Los docentes tenemos que garantizar que nuestros jóvenes sean capaces de esforzarse de forma continuada para lograr los objetivos que se propongan en la vida, y esta medida no lo facilita" apunta San Román.

Eso sí, en cualquier caso es algo que hay que enseñar bien porque en ocasiones puede generar una competencia insana, en la que los alumnos se esfuercen únicamente por ser mejores que el resto. "Esto borra el nombre de cada uno de sus alumnos y lo sustituye por sus notas" defiende Pablo García.

La actitud de los alumnos

Un punto que ha generado dudas entre profesores, padres y madres es cuál va a ser la actitud de los alumnos tras este nuevo sistema de evaluación. Por una lado, consideran que relajar los métodos de valorar académicamente a los alumnos va a rebajar la tensión en una etapa que para ciertos niños y adolescentes puede ser muy estresante. Este aumento del alivio les permitirá a su vez centrarse de forma más tranquila en sus estudios.

Pero a su vez, tiene aspectos negativos, ya que "lo más probable es que decidan desde el principio qué asignatura dejar de lado, pasar de estudiar todas las materias, hacer sus cuentas e intentar ir a mínimos". Esta posible tendencia a la "holgazanería" provocaría a su vez faltas de autoridad a los profesores y una devaluación de las asignaturas.

San Román apunta que si existe mucho fracaso escolar lo que se debe hacer no es facilitar la promoción sin motivos sino analizar qué está fallando en la escuela para que los alumnos desconecten y abandonen a una edad temprana los estudios. "Para promover cambios que nos hagan recuperar la esperanza debemos acudir a los problemas y no a los efectos o indicadores finales que no nos salen bien. No podemos hacernos trampas en el solitario. Estamos jugando con el futuro de nuestros hijos".

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