Vélez de la Gomera, Alhucemas e Islas Chafarinas; enclaves de soberanía española próximos a Marruecos que Rabat reivindica para sí y que, de forma puntual, suponen un punto de fricción entra el reino alauí y España. El último de ellos, a costa de una piscifactoría instalada en aguas en disputa. En el contexto de la reciente crisis diplomática que han atravesado ambos países se ha llegado a especular con una posible retirada de la fuerza que el Ejército de Tierra mantiene de forma constante en todos estos puntos. Pero los movimientos militares apuntan en el sentido opuesto, a un refuerzo de las capacidades materiales que dan soporte a los efectivos. Y mandos del Ejército los han visitado para comprobar su estado actual.
El general Enrique Millán Martínez, al frente de la Dirección de Acuartelamiento del Ejército, se trasladó a Alhucemas, Vélez de la Gomera y Chafarinas junto a otros mandos del cuerpo militar con el objetivo de “conocer y estudiar posibilidades de mejora de la calidad de vida” de los militares allí desplegados. Se trata de puntos estratégicos por su posición geográfica en los que se erigen antiguos edificios, pequeñas ‘ciudades’ que son reminiscencias de tiempos pasados en los que España tenía soberanía sobre Marruecos y que albergaban una activa vida civil.
La actualidad de estos enclaves dista mucho de aquella agitación, pero la presencia española es constante. Fuerzas militares salvaguardan su soberanía y mantienen las condiciones de habitabilidad de las instalaciones que resisten el paso de los años y el desgaste de las inclemencias meteorológicas. En algunos casos, no obstante, no es posible proteger las infraestructuras debido a su deterioro.
Es el caso de los cementerios de Vélez de la Gomera y Alhucemas, cuyos restos mortales corrían un grave riesgo de desprendimiento al mar. Por eso, el Ejército tomó la decisión de exhumar los cuerpos y trasladarlos a un camposanto de Melilla. El anuncio se hizo en plena crisis entre Marruecos y España, tras la entrada de miles de personas por vías irregulares a Ceuta, y desató los rumores de una posible retirada de los militares como guiño de la Moncloa para apaciguar el reino alauí.
Los peñones próximos a Marruecos
Pero nada más lejos de la realidad. Como contó Vozpópuli, el Ejército está inmerso en un plan para reforzar sus capacidades en los peñones y en las islas españolas que se sitúan cerca de la costa de Marruecos -incluso unido por un istmo en el caso de Alhucemas-. Así, instaló una batería de antenas para mejorar las comunicaciones en el escenario y evitar “problemas” en la “soberanía de dichos territorios”, tal y como figuraba en los informes redactados por la Jefatura de los Sistemas de Información, Telecomunicaciones y Asistencia Técnica.
Pero también se busca mejorar las condiciones de habitabilidad de los edificios en los que residen los militares, gravemente afectados con el paso de los años. Las fotografías de las instalaciones reflejan la amenaza de colapso en algunas de las dependencias, así como la presencia de hongos y humedades. Los informes militares admiten los “serios problemas estructurales que afectan a la seguridad de las personas”. Por eso se comprometió un presupuesto de 170.000 euros para su reforma inminente.
Y todas esas mejoras son las que el general Millán y otros mandos de la Subinspección General del Ejército y de la Comandancia de Melilla pudieron comprobar en su visita a Alhucemas, Vélez de la Gomera e Islas Chafarinas. Todo ello con el objetivo de "conocer y estudiar posibilidades de mejora en la calidad de vida" de los militares emplazados en los enclaves españoles, afirma la Dirección de Acuartelamiento del Ejército de Tierra en sus redes sociales.