El actual Tribunal Constitucional (TC) está en el punto de mira. Desde su constitución, a principios de año, el foco se pone en su presidente, Cándido Conde-Pumpido, y en los nuevos magistrados que lo integran, a los que les persigue la sombra de la politización del órgano. La muestra de ello es el récord en petición de recusaciones que viene afrontando en los últimos meses y que no cesa.
Tanto es así que el Pleno que ha convocado el presidente para esta semana y que abordará asuntos especialmente importantes, dedicará parte de su sesión para estudiar las recusaciones. En total se han planteado hasta nueve incidentes contra el presidente Conde-Pumpido o el exministro de Justicia Juan Carlos Campo, a quien se pide que se aparte de tres causas.
Además, el Pleno abordará las recusaciones contra los también progresistas Ricardo Enríquez Sancho, que integra el TC desde 2014; María Luisa Segoviano, quien proviene de presidir la Sala Cuarta del Tribunal Supremo, y Laura Díez. Esta última aterrizó en el TC tras ejercer como directora general de Asuntos Constitucionales en el Ministerio que controla Bolaños.
El TC más recusado
Los magistrados conservadores tampoco se libran de estas peticiones, aunque les afecta en menor medida. El Pleno abordará igualmente la solicitud de Carles Puigdemont de que se aparten de la deliberación de varios recursos Concepción Espejel y César Tolosa.
Se trata de un movimiento que el líder independentista ha llevado a cabo en varias ocasiones en el Tribunal Constitucional y en el Supremo, donde recientemente intentó apartar sin éxito a Pablo Llarena de la causa del procés por unas declaraciones sobre la previsible ley de amnistía.
Con todo, el goteo de actuaciones contra los actuales integrantes del Tribunal Constitucional arrancó prácticamente desde su constitución a principios de año. Ya en enero, Vox pidió al TC que se apartaran Conde-Pumpido y otros tres magistrados progresistas de la deliberación del recurso contra la derogación de la sedición
El Constitucional admitió a trámite el recurso en marzo. El Pleno abordó también las recusaciones planteadas contra Juan Carlos Campo y otras dos magistradas progresistas en asuntos vinculados al Gobierno como la ley del 'solo sí es sí', la Ley de Memoria Democrática o el Real Decreto ley sobre las medidas de ahorro energético.
Los magistrados desestimaron las recusaciones por unanimidad y lanzaron ya un aviso a navegantes, en relación con la cascada de recusaciones que va llegando al tribunal de garantías. Al respecto, el Pleno expuso que las recusaciones masivas afectan al quórum del tribunal, lo que implica que no alcanzaría el número mínimo requerido para su constitución.
Una paralización inaceptable
En aquel momento avisaron de que dar luz verde a la cascada de peticiones terminaría conllevando una "paralización inaceptable de las funciones del tribunal". No obstante, algunos de sus miembros sí que se han apartado voluntariamente de debates que podrían poner en tela de juicio su implicación. Así, por ejemplo, Campo se abstuvo en los recursos de la ley por el 'sí es sí' o sobre la votación de Alberto Casero.
Del mismo modo, el exministro de Justicia se abstuvo en cuestiones de inconstitucionalidad contra resoluciones planteadas por la expresidenta del Congreso y pareja suya, Meritxell Batet.
Por su parte, la ex alto cargo de Moncloa, Laura Díez decidió abstenerse de la causa que heredó del magistrado saliente Antonio Narváez, relativa a los recursos de PP y Ciudadanos contra el decreto catalán que trata de evitar que se imparta el 25% del castellano en las aulas.
Pese a ello, la actuación de este Tribunal Constitucional se sigue especialmente con lupa. A la sospecha de politización del órgano se suma la palpable división entre magistrados conservadores y progresistas, que ha terminado por impulsar la creación de dos bloques significativamente opuestos en sus resoluciones.
Una de las sentencias que más ampollas ha levantado recientemente fue la conocida hace apenas unos días que avala la reforma de Moncloa para retirar las competencias al actual CGPJ en funciones. La ponencia salió adelante con el respaldo de los 7 miembros progresistas y contó con un duro voto particular que firmó la minoría conservadora.
Tensión en el Constitucional
La sentencia no se limitó a resolver sobre el recurso contra la reforma legal, sino que abordó también la forma de elección del CGPJ. El pronunciamiento se entendió como un aval previo del TC a una posible reforma del Consejo que estaría estudiando Moncloa y avivó también los ecos de la cercanía de Conde-Pumpido con el Ejecutivo de Pedro Sánchez.
En un movimiento insólito, el departamento de prensa del TC emitió un comunicado para desmentir que la sentencia abordara una renovación futura del órgano de gobierno de jueces. "Solo una lectura fuera de contexto de la sentencia y su divulgación han generado una falsa polémica", plasmaron en la nota.
Apenas 24 horas antes se pronunciaron también sobre la presunta existencia de un informe previo a la ponencia del recurso del caso de los ERE, que vendría a dar luz verde a los recursos planteados por José Antonio Griñán y el resto de condenados por esta macrocausa de corrupción. El tribunal desmintió dichas informaciones y dijo que no se correspondían con la realidad.
Fuentes del tribunal de garantías consultadas por este medio reconocen la tensión existente en el seno del órgano, así como la patente escisión entre los bloques. En ese contexto, esta semana que empieza se comenzarán a deliberar asuntos relevantes como el recurso de Alberto Rodríguez contra la condena del Tribunal Supremo.
Del mismo modo, también se abordará el recurso del PP contra la decisión de Batet de no solicitar al Ejecutivo los expedientes completos de los indultos a los líderes del procés. Se trata de ponencias que han recaído en manos de magistrados progresistas y que saldrán adelante con el apoyo de la mayoría progresista, según confirman fuentes del tribunal de garantías a este medio.
jopano
Todo muy bien expuesto y completamente de acuerdo doña Gema. Solo le ha faltado un 'pequeño detalle': Feijoooooo dio el visto bueno al Tribunal Constitucional actual. Es corresponsable en su politización y desprestigio y en las consecuencias que pueda tener para España.
Burckhardt7
Este articulo pone el dedo en la llaga. Las empresas del Ibex 35 estan participadas por grandes fondos de inversion cuya decision depende del nivel de seguridad juridica y prestigio de nuestros tribunales incluyendo el TC entre otras cosas. No solo el Ibex, empresas de capital riesgo ponen dinero en empresas privadas de todo tamaño confiando en que las reglas del juego no pueden cambiarse arbitrariamente. El credito internacional de nuestros bancos e instituciones financieras tambien dependen de esta seguridad juridica. Un Presidente o miembros del TC de los que se sospeche meramente colaboración o asesoramiento al Gobierno pueden dar al traste con esta imagen de seguridad juridica. No es lo mismo invertir en España que en Argentina, pero el comportamiento del TC puede nivelarnos con nuestro querido pais hermano y no para mejorar Argentina
sergeidu
De hecho, Sr. Cometa, yo creo que hasta la propia creación de Sumar es efecto directo de la vergüenza ajena de la que usted habla. No solo la de Irene Montero, sino la de la Sra. Belarra, cuya legislación solo puede obedecer al odio a los perros, y mucha gente transversalmente tiene uno. Y es que el cinismo en política tiene sus límites, y traspasado o avergüenza o mueve a risa.
Burckhardt7
La tecnica de recusar por recusar es una cosa, algo distinto es cuando miembros del mismo tiene un curriculum de participación en decisiones que afectan asuntos a ser juzgados o sus gestos y manifestaciones publicas o publicadas dan a entender que esten favoreciendo al Gobierno. Un magistrado del TC jamas puede aparecer como el señor Lobo de Pulp Fiction para solucionar los muertos del Gobierno t con un fondo de banda sonora de pelicula, pues esto puede ocurrir a plena luz del dia y en camara lenta. Esto supondria un desprestigio tan grande como el que ya sufre la independencia judicial en Polonia. El TC no puede emular a Polonia, ni siquiera la versión de TV3
NormaDin
Zumbado, el tío que no tenía ni chispa de vergüenza.