Pedro Sánchez encuentra los dos contrapuntos ideológicos de su Gobierno en Pablo Iglesias y Margarita Robles. En las últimas semanas, la ministra de Defensa ha desautorizado en varias ocasiones al vicepresidente segundo: residencias de ancianos, inversión de Defensa y la Guardia Civil, principales puntos de fricción. La fractura en sus posiciones ya trascienden el ámbito de lo privado y se suceden los cruces de declaraciones en espacios públicos o medios de comunicación. Desavenencias que reflejan la fractura de posiciones en el Ejecutivo de coalición.
La última de ellas, a costa del Instituto Armado. En rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, Iglesias abogó por la "desmilitarización" del cuerpo. Llovía sobre mojado. Poco antes había alertado de querencias golpistas de un sector de la derecha y la intención de ésta de atraer a las fuerzas de seguridad. Su compañero Alberto Garzón dio un paso más y habló de supuestos "elementos reaccionarios" en las filas policiales. En toda esa vorágine, PSOE y Podemos recuperaron la etiqueta de "policía patriótica" para defender la gestión de Fernando Grande-Marlaska al frente de Interior.
Los calificativos provocaron un alud de quejas de sindicatos y asociaciones de la Policía Nacional y de la Guardia Civil. Robles no tardó en desautorizar tales palabras. Rechazó la "desmilitarización" del Instituto Armado planteada por Iglesias -"no está en discusión"- y manifestó su "orgullo" por el trabajo que se desempeña desde el cuerpo. También criticó que la Guardia Civil estuviera en el foco de los reproches políticos: "Es un debate que no interesa a la mayoría de los ciudadanos".
De los "tanques" a las residencias
La crisis del coronavirus ha dejado más encontronazos entre los dos miembros del Ejecutivo. Basta recordar las críticas de Pablo Iglesias sobre el acuerdo que firmó Defensa para el desarrollo de los nuevos blindados del Ejército de Tierra. "No toca gastar en tanques", afirmó el vicepresidente segundo. Y Robles no tardó ni 24 horas en censurar al líder de Podemos.
"Aquí no se sale al mercado y se gastan 2.400 millones", afirmó la titular de Defensa. A su juicio, "algunos" pueden hablar "desde la mejor intención", pero "quizá sin conocimiento", en clara alusión a Iglesias. La ministra defendió el programa apelando a la "reactivación económica" que supondrá para la industria armamentística española y a la necesidad de reforzar las condiciones de seguridad de los militares.
Las residencias de ancianos, otro punto en discordia. La Unidad Militar de Emergencias (UME) fue la que descubrió el desolador escenario que se vivía en algunas de ellas, donde se acumulaban los cadáveres en los peores compases de la pandemia. Pablo Iglesias e Isabel Díaz Ayuso se culpan el uno al otro. Por su parte, Robles apela a dejar la "crispación" a un lado: "La Fiscalía está actuando, pero donde no me van a encontrar es echándome a los muertos".
"El PSOE respeta nuestra posición"
En los equilibrios de Gobierno, Podemos intenta ser el eje más izquierdista. De ahí las frases de Iglesias de la semana pasada sobre la desmilitarización de la Guardia Civil, y también la “comprensión” de que los socialistas -y Robles- quieren aparecer como el ala moderada. El propio Pablo Echenique hizo alusión a esta situación en su última intervención con la prensa en el Congreso, cuando dijo que los socialistas no coinciden con algunas posturas de Unidas Podemos. Pero apostilló: “El PSOE respeta nuestra posición”.
Para Podemos, además, Robles representa algo parecido a un “verso suelto” en el Gobierno. Una ministra que busca un perfil propio y que, recuerdan, también se desmarcó de Fernando Grande-Marlaska. La ministra de defensa además manifestó sus reticencias ante el concepto de “policía patriótica”, que Iglesias y el propio Sánchez esgrimieron en el Congreso de los Diputados.
El líder de Podemos fomenta un esquema de la confrontación con el PP y Vox. En opinión del líder morado (y también de los estrategas de la Moncloa), la supervivencia del Ejecutivo depende de la división entre áreas políticas como si fueron compartimentos estancos. Robles es considerada una ministra que fomenta el entendimiento hacia el centro, mientras que Podemos considera que este movimiento es peligroso para su continuidad en el Ejecutivo.
Aun así, fuentes gubernamentales rebajan la intensidad de la confrontación. Admiten que hubo malestar de ministros del PSOE por sentirse ninguneados por Sánchez. Pero Robles siempre ha aparecido como una dirigente muy vinculada al Presidente. Y aunque Iglesias no es un político que deja pasar por alto las desautorizaciones de sus homólogos, en este caso todo apunta a que evitará el choque. La grieta existe, admiten fuentes del Ejecutivo, pero tanto en Moncloa como en el cuartel morado la orden es parecida: minimizar los rifirrafes y centrarse en el alejamiento de la oposición.