1041 litros de queroseno por hora y dos toneladas de CO2. El Falcon 900B que Pedro Sánchez utilizó 6 veces en apenas 72 horas en el mes de julio se ha convertido en la mayor contradicción del actual presidente del Gobierno, que hace apología del ecologismo y de la reducción de la huella de carbono, pero sin que eso afecte a su manera de trasladarse a los actos. La ficha técnica de la aeronave desvela qué supone, a nivel energético, el uso de este avión en lugar de otros medios de transporte como el tren o un vuelo regular.
Cada hora de vuelo que realiza Sánchez a bordo del Falcon implica un gasto de combustible superior al que realiza un español en coche a lo largo de un año: 1041 litros de keroseno por 774 litros de gasolina o diésel. Teniendo en cuenta que ningún destino nacional -salvo Canarias- está a más de una hora de vuelo y que para viajes internacionales utiliza el Airbus presidencial, podemos estimar que esos 1041 litros es el gasto aproximado de combustible que realiza el líder del ejecutivo cada vez que moviliza el Falcon.
Teniendo en cuenta esta misma cifra de consumo, también podemos trazar lo que gastó Irene Montero para trasladarse a Estados Unidos para reunirse con distintas asociaciones proaborto. Un vuelo a Estados Unidos, en una nave de este tipo, tarda lo mismo que un vuelo convencional: unas 8 horas. Esto implica que ir y volver a Nueva York implicó un consumo de 16.656 litros de keroseno, lo que equivale al gasto medio de 21 españoles al año en combustible para turismos.
Si nos fijamos en las emisiones de CO2 que tanto preocupan al Ejecutivo -de ahí las prisas por fomentar la transición al coche eléctrico con planes como el MOVES-, observamos que las cifras también son apabullantes. Un Falcon 900B emite 2 toneladas de CO2 por cada hora de vuelo. Esa cifra se corresponde a un 25% de lo que emite un ciudadano de la Unión Europea en todo un año.
¿Qué implica esto? Que entre el lunes 19 de julio y el miércoles 21, periodo de tres días en el que Sánchez movilizó el Falcon en seis ocasiones, emitió a la atmósfera el mismo CO2 que un ciudadano en 365 días y otro adicional en medio año. También supone que Irene Montero, en las 16 horas que utilizó para su viaje de ida y vuelta a Estados Unidos, emitió 32 toneladas de CO2, lo mismo que cuatro ciudadanos de la Unión Europea en todo un año
La diferencia es todavía más sangrante si nos fijamos en la 'lista negra' de turismos en España: todos aquellos que no tengan etiqueta, no podrán circular a partir del 1 de enero de 2023 por las zonas de bajas emisiones que el Gobierno ha exigido imponer a los 148 municipios que superan los 50.000 habitantes.
Si cogemos como ejemplo un Seat Ibiza del año 2000, cuyas emisiones con un motor 1.4 gasolina son de 161 g/km, obtenemos como resultado que necesita hacer 13.000 kilómetros para gastar lo mismo que el Falcon en una hora. Teniendo en cuenta que un español recorre, de media, 12.000 km al año, es posible determinar que Sánchez emite, en una hora, prácticamente el mismo CO2 que el conductor medio de un turismo sin etiqueta en todo un año.
Si volvemos a tomar como ejemplo estos tres días en los que Sánchez movilizó el Falcon en seis ocasiones -sin tener en cuenta las 18 veces que utilizó el Super Puma-, el presidente contaminó lo mismo que seis Seat Ibiza sin etiqueta durante todo un año.
Moncloa rechazó 11 veces dar información a Transparencia sobre los viajes en Falcon, tal y como publicó Vozpópuli el pasado julio, de modo que es imposible calcular cual ha sido el total del gasto de combustible y emisiones de CO2 que Pedro Sánchez ha realizado desde que llegó a La Moncloa.
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Pues tengámoslo en cuenta a la hora de votar.