El Ministerio de Sanidad desvela parte del 'megacontrato' que anunció hace varios meses para la compra de stock en la lucha contra el coronavirus. La adjudicación sólo contempla una resolución parcial. En concreto, se desvelan las adjudicaciones para la adquisición de batas, tests moleculares y kits de extracción. El departamento dirigido por Salvador Illa aún no ha resuelto la compra de mascarillas, guantes y gafas de protección.
El megacontrato de 2.500 millones de euros servía de puente para que las comunidades autónomas -excepto la Comunidad Valenciana-, el Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (INGESA) y los Ministerios de Defensa e Interior adquiriesen el stock necesario para hacer frente a una segunda escalada pandémica. Tras varios meses de retraso -Salvador Illa tenía previsto cerrar el concurso público el pasado mes de agosto-, Sanidad adjudica ahora, de forma parcial, la gran licitación.
De acuerdo a la información publicada en la Plataforma de Contratación, Sanidad adjudica el grueso de sus contratos a empresas de origen español. En el pliego se encuentra también alguna compañía de origen surcoreano y otra portuguesa. Así resuelve la adquisición de batas con distinto nivel de protección, tests moleculares para la detección de casos de coronavirus y kits de extracción. El valor aproximado de todo este stock roza la mitad de esos 2.500 millones de euros con los que se había dotado a la partida total.
En total, Sanidad ha puesto encima de la mesa los elegidos para seis de los once lotes en los que se divide este acuerdo marco para la compra de material sanitaria. Su valor estimado es de 1.176 millones de euros, que suponen un 47% del total del contrato, por 300 millones de batas y 14 millones de tests/kits de extracción. Estos proveedores ahora se ofrecerán su suministro a todas las comunidades, excepto la Comunidad Valenciana que rechazó entrar en este compra, Ministerio de Interior, Defensa y el propio Ministerio de Sanidad.
Tests, la mayor emergencia
Sanidad y los gobiernos regionales han insistido a este medio desde el 17 de agosto, la última novedad que había de este contrato, que no existía escasez de material sanitario en sus centros. Aunque las asociaciones sanitarias empezaron en septiembre a alertar de problemas de escasez de material, sobre todo, en los que a test se refiere. El aumento de las pruebas en esta segunda ola ha hecho que muchas comunidades hayan que tenido que negociar y comprar de forma independiente para controlar la pandemia en su región.
Y no sólo tests. La Comunidad de Madrid anunció el pasado 28 de octubre la compra de equipos de protección individual (EPI) y otro stock sanitario por valor de 21,4 millones de euros. El propio Ministerio de Defensa ha abierto un concurso público para la compra de 12 lotes de material sanitario -guantes, mascarillas con distinto nivel de protección, batas- con un valor total de 1,4 millones de euros.
Unas compras que se han realizado mientras los expertos de comunidades, Ingesa, Carlos III y más organismos analizaban las ofertas de las 155 empresas que se presentaron en plazo a la megalicitación de Sanidad, con 475 ofertas para cubrir la demanda de 4.200 millones de unidades de equipos de protección, mascarillas, batas o guantes, entre otros.
La intención inicial del Ministerio de Sanidad era cerrar el megacontrato antes del mes de octubre, que es cuando el equipo de Salvador Illa esperaba que llegase la nueva oleada del coronavirus. Pero la pandemia se disparó antes de tiempo y ahora, con la amenaza del colapso sanitario, empiezan a conocerse los primeros elegidos para esta necesaria compra.