Andrea Orcel ha ganado el juicio contra Santander por su fichaje frustrado como consejero delegado del primer banco español. El juez considera que hubo contrato entre las partes y condena a la entidad financiera a pagar 68 millones de euros al italiano, de los que 10 millones corresponden a indemnización por daños morales.
El Juez Javier Sánchez Beltrán, del Juzgado de Primera Instancia de Madrid, declara en su sentencia la perfección del contrato entre Santander y Orcel y condena a banco presidido por Ana Botín a abonar al actual consejero delegado de Unicredit 17 millones de euros en concepto de bonus de incorporación; 35 millones por incentivos a largo plazo; 5,8 millones por dos anualidades de Orcel; y 10 millones en concepto de indemnización por daños morales y reputacionales.
El magistrado condena también a Santander al pago de las costas; contra la resolución es posible la interposición de recurso de apelación. "El contrato fue resuelto de manera unilateral e injustificada por parte de Banco Santander", dice en la sentencia.
Se pone fin así, hasta la previsible presentación de recurso, del que se ha conocido como juicio financiero del año, que ha llevado a Ana Botín a tener que declarar en el proceso como testigo, y que ha puesto en duda la política de nombramientos y gobierno corporativo del Santander.
Santander comunicó el 25 de septiembre de 2018 a la CNMV y a los medios de comunicación el fichaje del banquero italiano como consejero delegado. El 15 de enero de 2019 el banco informó que no seguía con la contratación.
Orcel presentó demanda contra Santander el 27 de mayo de 2019, admitida a trámite el 25 de junio de ese mismo año; Santander ha defendido durante el proceso la existencia de "una carta oferta", y no de un contrato formal.
Andrea Orcel, designado consejero delegado de Unicredit el pasado mes de abril, acompañó su demanda contra el banco español con grabaciones y mensajes de conversaciones con la presidenta Ana Botín.
Durante el juicio, en el que se han celebrado dos sesiones -el 19 de mayo y el pasado 20 de octubre- han declarado como testigos Ana Botín; el exresponsable de Recursos Humanos de Santander, Roberto di Bernardini; y el Secretario del Consejo de Administración del banco, Jaime Pérez Renovales.
Andrea Orcel ha acudido a las dos sesiones del juicio celebrado en Madrid como público, siendo ya consejero delegado de Unicredit.
El juez indica en su sentencia que el "prestigio y formación" de Andrea Orcel "eran sumamente considerados en el ámbito bancario europeo" y que puede entenderse que la decisión del banco de no proseguir con su fichaje le produjera "una considerable frustración, desasosiego, incertidumbre y un cierto descrédito en el ámbito bancario, por lo que claramente se considera que la situación creada por Banco Santander produjo un evidente daño moral al Sr. Orcel".
El magistrado señala que, atendidas las referidas circunstancias y el nivel de retribución que Orcel venía percibiendo en la entidad UBS y que esperaba recibir en Banco Santander, "la cantidad reclamada en concepto de daño moral no se considera excesiva".
La decisión unilateral de Santander de rescindir sin justificación el contrato con Orcel trae consigo la consecuencia de indemnizarle por las siguientes causas:
Procede indemnización, en concepto de “Bonus de incorporación”, por la cantidad de 17 millones de euros puesto que se pactó el derecho de Orcel a recibir un bonus de incorporación (sign-on) no recurrente de 17 millones de euros brutos.
Procede indemnización, en concepto de “Asunción de incentivos a largo plazo”, por importe de 35 millones.
Procede indemnización, en concepto de “Retribución objetivo anual”, por las casi dos anualidades que Orcel estuvo en paro, entre el 1 de abril de 2019, hasta el 15 de abril de 2021, en que fue contratado para el mismo cargo por la entidad italiana Unicredit.
El juez indica que es "entendible" que el banquero italiano "aspirase a un puesto similar al que tenía expectativas sobradamente fundadas de hacerlo, dada su alta capacidad, formación y experiencia en el sector de la dirección bancaria, como, sin duda, reconoce la propia demandada".
Estando fijado el salario base anual en 2,9 millones de euros, el correspondiente a dos años ascendería a 5,8 millones. "Incluso podría haberse reclamado mayor cantidad, en cuanto el tiempo transcurrido entre esas dos fechas es de dos meses y medio", señala el Juez.
Sobre la indemnización de 10 millones por daños morales y reputacionales, el magistrado señala la "dificultad de acreditar el daño moral, y, en su caso, de valorar la cuantía de la indemnización que merezca, como ha reconocido reiteradamente la jurisprudencia, entendiendo tal indemnización como un método compensatorio o paliativo del mismo, y no lucrativo".
Y concluye que, atendiendo "a la evidencia de que el prestigio y formación de Orcel" eran sumamente considerados en el ámbito bancario europeo, y a las "elevadas expectativas que había albergado" el nombramiento, "puede entenderse que la decisión en contra por parte del Banco, tomada en fecha 15 de enero de 2019, le produjera una considerable frustración, desasosiego, incertidumbre y un cierto descrédito en el ámbito bancario, por lo que claramente se considera que la situación creada por Banco Santander produjo un evidente daño moral al Sr. Orcel, y que, atendidas las referidas circunstancias y el nivel de retribución que venía percibiendo en la entidad UBS y que esperaba recibir en Banco Santander, la cantidad reclamada en concepto de daño moral no se considera excesiva".