España

Moncloa quiere atajar la crisis del 'sí es sí' antes del 8-M y robarle la bandera feminista a UP

Los socialistas tramitan el cambio en la ley de Igualdad como proposición en el Congreso para acelerar al máximo los plazos, convencidos de que han ganado marco de debate

  • La ministra de Igualdad, Irene Montero (centro), en la manifestación del 8-M de 2020, antes de la ley del 'sí es sí'. -

Queda un mes para el 8 de marzo, la gran jornada de reivindicación feminista. Y este año se cumplirán cinco de la histórica movilización que inundó las calles de España para exigir igualdad real entre hombres y mujeres. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, llegó a Moncloa ese 2018 subido a la ola morada. Y ahora, más de una legislatura después, el PSOE quiere robarle a Unidas Podemos la bandera del feminismo en plena guerra por el 'sí es sí'.

Según ha sabido Vozpópuli de fuentes gubernamentales socialistas, el núcleo duro de Moncloa quiere atajar la crisis del 'sí es sí' antes de la fecha de marras y, de paso, erigir al PSOE en el auténtico defensor de los derechos de las mujeres. Los socios de Gobierno están en modo campaña cuando faltan poco más de tres meses para las elecciones municipales y autonómicas. Y eso lo condiciona todo. El problema es que, previsiblemente, las divisiones políticas agitarán al movimiento feminista, que ya está tomando partido. Cabe recordar que el año pasado también hubo ¡dos manifestaciones'. En verdad, los tiempos de debate en ambas cámaras para la contrarreforma del 'sí es sí' se pueden solapar con el 8 de marzo. Y es que la proposición puede terminar su tramitación el mismo martes 7 de marzo.

"Exigimos que el consentimiento siga siendo el eje vertebrador de esta Ley, evitando que las mujeres tengan que demostrar que ha habido violencia y/o intimidación. Por todo ello, no permitiremos ni un paso atrás en esta Ley", zanjaron en un manifiesto hasta 117 asociaciones feministas, la mayoría precursoras del 8-M de 2018 y las principales en cuanto a relevancia y capacidad de influencia.

En Unidas Podemos, no obstante, creen que es misión imposible que Ferraz les quite el foco el 8-M. "El feminismo no está en la cancha del PSOE hoy", concede una fuente morada de peso en Moncloa. Pero lo cierto es que la guerra de relatos está abierta a cuenta de la reforma de la Ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual. El PSOE, seguro de que está conectando con una mayoría que quiere que se retoque la norma para cerrar el grifo de las rebajas de penas a los condenados por abuso sexual (casi 400 y una treintena de excarcelaciones), está tramitando el cambio en la ley como proposición en el Congreso para acelerar al máximo los plazos.

Moncloa cree que ha ganado el marco

Moncloa está convencida de que ha ganado marco de debate; que la ley era una chapuza jurídica por la insolvencia legal de Igualdad pese a lo "bueno" de su espíritu (el consentimiento de la mujer en el centro). El PSOE no se podía permitir que los agresores sexuales se vieran beneficiados de una norma que perseguía justo lo contrario. "Donde había un problema hay que ofrecer una solución y en eso estamos trabajando", espetó este martes la ministra portavoz, Isabel Rodríguez. Podemos, por su parte, ya ha contratacado.

La contrarreforma de Justicia, que vuelve al esquema de penas anterior a la ley del 'sí es sí', es para Irene Montero regresar al Código Penal de 'La Manada'. Todo un misil con el que bombardear el feminismo del PSOE, al que ya sitúan junto al PP por el ofrecimiento de los populares a apoyar el cambio. La guerra está abierta y se recrudece casi a diario. Ahora, el campo de batalla es el Congreso.

En la Cámara Baja se suceden ahora las negociaciones para sacar adelante la proposición. Socialistas y morados tratan de llevar a su terreno a los aliados de la mayoría parlamentaria. El PSOE, como ya contó este diario, busca dividir a Unidas Podemos para que dos de los tres grupos que conforman la galaxia morada (Izquierda Unida y los 'comunes') dejen sola a Irene Montero.

Moncloa elude responder políticamente

Aunque los morados tienen una postura conjunta y a su líder, Yolanda Díaz, ejerciendo de moderadora y cuidadora de la coalición. Mientras, la proposición de ley del PSOE será calificada por la Mesa de la Cámara "siguiendo el procedimiento habitual", es decir, "el martes de la semana que viene", según aclaran fuentes parlamentarias socialistas. En verdad, esta crisis es la primera entre ambos socios con capacidad para dejar a la coalición seriamente tocada, casi en parada irreversible.

Pero al presidente, Pedro Sánchez, le importa poco. Eso sí, asume que es un suicidio volar la coalición antes del 28-M y también acepta aunque a regañadientes, su incapacidad para echar del Ejecutivo a Montero pese a haberla desautorizado. El Ejecutivo no tiene previsto asumir responsabilidades políticas por el lío. Es más, lo sangrante del asunto es que por el caso de los trenes se han consumado dos ceses, mientras que por haber beneficiado a más de 400 agresores por un "efecto indeseado" en una ley, nadie piensa responder.

Pese a todo, fuentes de un lado y otro del Gobierno apuestan a que habrá fumata blanca en el Congreso En el PSOE, además, achacan a un interés electoral por parte de Podemos su necesidad de mostrar públicamente un desacuerdo de manera tan contundente. "Vienen elecciones y ya estamos en campaña. El Gobierno no corre peligro", zanjan. Pero de la escenificación a la ruptura hay un trecho.

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