España

Gürtel ocultaba en cinco cajas de seguridad 8 M. de euros en billetes grandes para sobornar políticos

Un informe de la UDEF entregado recientemente al juez Ruz destaca que la trama de corrupción tuvo abiertos depósitos opacos en diferentes sucursales por los que hacía circular miles de euros para pagar "a cargos públicos" y cubrir otros "gastos corrientes" de la organización. 

  • El cabecilla de la trama Gürtel, Francisco Correa.

Cajas de seguridad en bancos con dinero, con mucho dinero en su interior. Uno de los últimos informes que la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía ha entregado al juez Pablo Ruz revela que la trama de corrupción presuntamente liderada por Francisco Correa llegó a mover sólo en cinco de estos depósitos opacos más de 8 millones de euros en "billetes de alta denominación". Dichas cajas registraron numerosos movimientos en los cerca de cuatro años que estuvieron abiertas, muchos de los cuales tenían como destino repartirlo "entre distintos cargos públicos", además de cubrir otros "gastos corrientes" de la red, según refleja el documento policial. Todos sus movimientos quedaron registrados en una pequeña memoria informática intervenida José Luis Izquierdo, considerado el contable de la Gürtel, en la que figuran recogidos metódicos documentos en 'excel' en los que que la red anotaba el dinero que entraba y salía de estas cajas de seguridad.

El informe policial destaca que el destino final de este dinero era repartirlo "entre distintos cargos públicos" y cubrir otros "gastos corrientes" de la organización

El informe de la UDEF recoge que en estos archivos se recogían "los movimientos de los fondos que han transitado" por dichos depósitos opacos, con detalle sobre las cantidades y las fechas de los mismos. El documento policial se centra en cinco cajas de las 14 que llegó a tener la red. Las cinco se encontraban repartidas en distintas sucusales madrileña de la misma entidad financiera, Caja Madrid (hoy absorbida por Bankia) y los titulares que hacía figurar en las mismas eran distintos: desde empresas de la trama, a trabajadores de la misma e, incluso, el número 2 de la propia red, Pablo Crespo. La mayoría de estos productos bancarios estuvieron operativos hasta el día en que se produjeron las primera detenciones del caso Gürtel, en febrero de 2009.

Así, el documento policial detalla la existencia en el pendrive de un archivo bautizado con el nombre "Box BM286" que se corresponde con la caja de seguridad número 5 de la sucursal que la entidad financiera madrileña tenía en el número 286 de la calle Bravo Murillo. En el documento informático, el contable de la red había anotado siete columnas en las que recogía entradas y salidas, el concepto de la misma, las fechas, el saldo y observaciones. Según dicha tabla, aquel depósito registró movimientos entre el 30 de julio de 2008 y el 13 de enero de 2009, sólo tres semanas antes de los arrestos. En la misma llegaron a entrar 635.000 euros y salieron 400.000. La UDEF señala que todo ese dinero procedia "de trasvases de otras cajas de seguridad o de la caja B" de la organización. El contable de la trama incluso anotó qué tipo de billetes ocultaba en la misma: todos de "alta denominación".

De 500.000 euros a 5,3 millones

El segundo depósito opaco recibía en la contabilidad secreta la denominación "Box GO150" y estaba en la sucursal que Caja Madrid tiene en el número 32 de la calle General Oráa, de la capital. Por ella pasaron 500.000 euros entre octubre de 2007 y agosto de 2008 y, según la interpretación de los agentes, sirvió de 'puente' entre otros depósitos opacos y la caja 'B' que la red tenía en las oficinas de la calle Serrano, 40, auténtico 'cuartel general' de la trama y desde la que se hacían los pagos en dinero negro. Esta caja de seguridad estuvo abierta a nombre de Pasadena Viajes, la empresa de la Gürtel que gestionaba los numerosos viajes que servían de dádivas para póliticos.

En uno de estos depósitos opacos abiertos en Caja Madrid, la Gürtel movió más de 5 millones de euros en menos de dos años

Idéntico saldo, medio millón de euros, tuvo la tercera caja de seguridad que figura en el reciente informe sobre el pendrive. Denominada "Box GV41", la misma estaba en la céntrica Gran Vía de la entidad madirleña. En ella, sin embargo, sólo figuraba una anotación, con fecha del 29 de octubre de 2007. Era el ingreso de la elevada cantidad de dinero por parte de Pablo Crespo. Sin embargo, el titular de la misma no era el número 2 de la red, sino Mónica Magariños, una empleada de empresas de la Gürtel que firmó numerosos documentos de la red valenciana de la Gürtel..

La caja de seguridad que llegó a registrar mayor cantidad de dinero fue la que recibió la denominación "Box V31" y que estaba abierta en la sucursal de Caja Madrid en la calle Velázquez. Sobre ella, los agentes de la UDEF localizaron dos documentos dentro de la pequeña memoria portatil. En uno de ellos, que comprende los movimientos registrados entre marzo de 2006 y diciembre de 2007, figuraban entradas y salidas de dinero por un total de 5,3 millones de euros. En el segundo, que iba de enero de 2008 a septiembre de ese mismo mes, entraron en la misma 215.000 euros y salieron 185.000.

"En estas tablas se realiza un control financiero de los fondos de la organización anotando las entradas que tienen su origen en comisiones y traspasos de otras cajas de seguridad", explica la Policía en el informe, en el que añade que las salidas estaban destinadas "al pago del gasto corriente de la organización, pago a cargos públicos y gastos de personal" de la propia trama. En concreto, de sus tres presuntos cabecillas, Francisco Correa, Álvaro Pérez 'el Bigotes' y Pablo Crespo. Este depósito opaco estaba abierto, precisamente, a nombre de este útlimo.

"Repartido entre cargos públicos"

También a su nombre y en esa misma sucursal, la Gürtel tenía otra caja de seguridad, la quinta del informe y que se denominaba "Box V51". Su saldo, 900.000 euros. En el archivo informático que detalla sus movimientos figuraba un única entrada por esta cantidad con fecha 22 de mayo de 2007, "la cual es repartida entre distintos cargos públicos", recalca el documento de la UDEF. En otro documento referido a la misma caja se refleja que en 2006 por esta caja de seguridad llegaron a pasar otros 1,3 millones de euros, lo que la conviritió en "una de las vías principales de alimentación de la caja 'B". La Policía, que ya había realizado en diciembre de 2010 un informe parcial sobre dichas cajas de seguridad, concluye este análisis afirmando que todo el dinero oculto en estas entidades bancarias formaban parte de una "caja única situada en las oficinas de la calle Serrano 40  desde donde personas de la organización realizaban depósitos de grandes cantidades de dinero en efectivo (fondos B) en las distintas cajas de seguridad", añaden.

La trama empezó a utilizar cajas de seguridad en bancos en 2005 a causa de la elevada cantidad de efectivo que empezaba a acumular en su 'cuartel general'

El informe policial añade que la organización empezó a utilizar estos productos bancarios de custodia de bienes en 2005, cuando ya llevaba operando cerca de seis años, dado el elevado volumen de los fondos en metálico que ya en esa fecha manejaba la trama desde las oficinas de la calle Serrano. De hecho, es a apartir de octubre de ese año cuando la organización empieza a registrar en su contabilidad secreta también el gasto que la apertura de estas cajas de seguridad le suponía: aproximadamente 600 euros cada una. Una minucia comparado con el dinero que, en billetes grandes, cobijaban. El documento policial llega a cuantificar en 25,5 millones de euros el dinero negró que movió la Gürtel entre 1996 y 2009, de los cuales una parte importante pasaba por estos depósitos opacos.

Además, otros miembros de la trama tenían sus propias cajas de seguridad personales. Era el caso, por ejemplo, de María del Carmen Rodríguez Quijano, esposa de Correa, quien poseía la suya en la sucursal de Unicaja en  Marbella (Málaga). Allí, dentro de un neceser, Rodríguez Quijano, también imputada en la causa, atesoraba 26 joyas. Un informe pericial detalla que el conjunto tenía un valor de “venta en el mercado de segunda mano” de 126.134 euros. De todas las piezas, destacaba una sortija de poco más de ocho gramos de peso y tasada en 68.000 euros, más de la mitad del total de este pequeño tesoro. También Pedro Crespo tenía su caja. En este caso en Pontevedra. Allí, el número 2 de la trama no guardaba sólo dinero, sino también documentos que finalmente permitieron a los investigadores descubrir buena parte de las prácticas presuntamente ilegales de la organización.

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