Ferrovial, Mercadona, Inditex, Iberdrola, El Corte Inglés o cualquiera de las grandes corporaciones españolas no tienen 54.000 delegados repartidos por Cataluña con un código de obediencia debida, más 34 sedes, un holding inmobiliario con más de 3.000 viviendas entregadas, un Servicio Lingüístico, cuatro publicaciones periódicas, un programa quincenal en la pública TV3, etcétera. De todo eso dispone UGT de Cataluña, heredera del sindicalismo cómplice de la Dictadura de Primo de Rivera que prohibió el catalán, hoy aliada del nacionalismo con la inmersión lingüística excluyente del español y, en su matriz nacional, uña y carne con Pedro Sánchez en la reforma de las pensiones y en el pacto de rentas.
“La UGT de Cataluña tiene el catalán como lengua de uso principal. Somos un sindicato que promovemos la lengua catalana (…) aportamos conversación y conocimiento en catalán (…) Además, corregimos todo tipo de documentos y materiales sindicales”. En medio de esa profesión de fe lingüística ante el Pacte Nacional per la Llengua que prepara el gobierno de Aragonés, el sindicato deja caer que para cumplir esa misión necesita más dinero del que recibe de organismos públicos. Fue explícita al respecto la vicesecretaria general del sindicato, Nuria Solé, al ponerse a disposición de la Generalitat para sacar adelante el pacto por el monolingüismo. El compromiso para fomentar el catalán como “lengua principal” de los trabajadores, dijo Solé, necesita un aumento de “las subvenciones mínimas que recibimos en los últimos años”.
La mimetización de la terminología ugetista con el lenguaje nacionalista asoma por el uso de expresiones como lengua propia, lengua de país o lengua minorizada, referidas al catalán. Quien dirigió durante veintiséis años (1990-2016) UGT Cataluña y hoy es secretario confederal de UGT, Pepe Álvarez, solo tarda 57 palabras en su biografía para destacar su feliz encuentro con la lengua catalana, interesándose “por aprender la lengua del país” desde que llegó a Barcelona procedente de Asturias. El dirigente sindical que frecuenta los salones de Madrid con fulares de vivos colores como seña de identidad, fue artífice del impulso de la UGT catalana en el sector inmobiliario y otros servicios, siempre con patrocinios y subvenciones de la Generalitat, diputaciones y ayuntamientos.
Un socio destacado de la actividad inmobiliaria de UGT es el Instituto Catalán del Suelo (Incasòl), sobre el que Pere Aragonés ha anunciado que va a promover 10.000 viviendas de alquiler social en tres años. Incasòl ocupa el primer lugar del listado de entidades públicas que tienen convenios con Qualitat Habitatge Social (QHS), el holding inmobiliario del sindicato socialista. El resto de convenios, hasta 21, para promoción de vivienda social, son con otros tantos ayuntamientos, quince de ellos gobernados por el PSC, solo o en coalición. De la estrecha relación de los ugetistas con las administraciones locales es muestra el reconocimiento, en forma de placa, otorgado recientemente por el ayuntamiento de Ada Colau al actual secretario general de UGT.cat, Camil Ros, por la vinculación centenaria de esa organización a la Ciudad Condal.
El holding QHS (Qualitat Habitatge Social o Calidad Vivienda Social) lo integran cuatro sociedades, QHS, Llar Unió Catalonia, Argepro y Aralia, que cubren compra de suelo, promoción, construcción, postventa y gestión de cooperativas de VPO. Con experiencia acreditada, QHS se desenvuelve en el mercado con recursos comerciales superiores a las de cualquier cooperativa, como el acto de presentación de su promoción La Muntanyeta, en Sant Boi, o el vídeo sobre el piso piloto de las próximas 56 viviendas en Cornellà de Llobregat. Esta empresa, de la que el secretario confederal del sindicato, Pepe Álvarez, presume como “la más antigua gestora de cooperativas de vivienda social vinculada a una organización sindical”, añade a su parque de viviendas -ahora tiene 268 en venta- la oferta de plazas de aparcamiento y locales comerciales, además de ser demandante de suelo.
El grupo QHS, al que la organización sindical nunca se refiere por su nombre español de Calidad Vivienda Social, es de las contadas proyecciones públicas de UGT que emplean las dos lenguas oficiales de Cataluña, ya que el perfil del sindicato en Twitter está en catalán y la web corporativa ofrece en su inicio versiones en las dos lenguas pero la castellana escasea hasta desaparecer conforme se avanza por secciones y páginas. De hecho, las federaciones sindicales de Servicios Públicos, Industria y Construcción, Movilidad y Consumo y la de Jubilados, carecen de versión española en internet.
La identificación de la UGT de Pepe Álvarez y Camil Ros con la política lingüística del nacionalismo es notoria, llegando a sumarse al rechazo al 25% de enseñanza en castellano y personándose, sin éxito, ante el TSJC para recurrir la sentencia. A las declaraciones de “pureza de sangre nacionalista” como la citada al comienzo de estas líneas, se suman actuaciones de parecido sesgo identitario, destacando las muestras de apoyo a los condenados por el 1-O. Son complicidades interiorizadas por un sindicato que en vida de su fundador, Pablo Iglesias, fue del brazo del general Primo de Rivera que en 1924 prohibió el uso del catalán en público. La misma UGT que ahora presume de haber contribuido al documento de la separatista Òmnium para hacer del catalán lengua de empresa y de trabajo con medidas como:
-Incorporar en las empresas la lengua catalana como parte de la Responsabilidad Social Corporativa.
-Extender la formación en catalán al Servicio Público de Empleo.
-Cada empresa debe dotarse de un plan de usos lingüísticos y las que no lo tengan no podrán acceder a la contratación pública.
-Ventajas fiscales para las empresas que tengan medidas de fomento del catalán.
Qualitat Habitatge Social marcha paralelo a una especie de holding identitario encabezado por el Servei Lingüístic de la UGT de Catalunya, creado para impulsar “el procés de normalització lingüística (…) i contribuir decididament al ple restabliment del català en el marc de la construcció d’una Europa plurinacional, solidària i participativa”. La referencia a la lengua catalana como vía para una Europa plurinacional sin aludir a España ni al Estado español es una constante en las publicaciones del sindicato hermano del PSC. La labor divulgadora de ese servicio lingüístico, que goza de subvención del Departamento de Cultura de la Generalitat y de ventajas fiscales para sus donantes por fomentar la lengua catalana, replica contenidos de la Secretaría de Política Lingüística y las ayudas económicas de las que se beneficia se extienden a la publicación semestral Les Notícies de llengua i treball, sostenida por el Departamento de Presidencia de la Generalitat.
La fidelidad del sindicato ugetista a los postulados nacionalistas, particularmente en la defensa identitaria lingüística, hace merecedor a ese sindicato, como a CC.OO., de un programa quincenal en la cadena pública TV3, de 10 a 15 minutos de duración, con intervenciones de representantes de sus federaciones. Siempre en catalán, aunque se dan circunstancias reveladoras de la realidad social catalana: en el reciente espacio dedicado al sector sanitario, de la media docena de intervinientes de diferentes categorías profesionales, solo se expresan en español la limpiadora y el celador.
Las ayudas económicas de las administraciones públicas catalanas aparecen por el entramado identitario de UGT en sus iniciativas y servicios. Un apoyo que, vía Diputación de Barcelona, alcanza incluso a un boletín de dos páginas de la Fundació Josep Comaposada-Sindicalistes Solidaris, entidad inscrita desde 2019 en el Registro de Grupos de Interés del Departament de Justícia, considerando como tales grupos los “que llevan a cabo actividades susceptibles de influir directa o indirectamente en la elaboración y aplicación de las políticas públicas, en la elaboración de propuestas normativas o en la toma de decisiones, en defensa de un interés propio o de terceros o de un interés general”.
Sindicalistes Solidaris, que solo emplea el catalán, presenta un balance de lo “que hace en el mundo”: 27 proyectos sobre dignificación de las condiciones laborales y empoderamiento femenino en El Salvador, 2 en Colombia y 10 en Marruecos. Su labor en Cataluña se limita a publicaciones editoriales y alguna exposición. El proyecto más reciente de Sindicalistes Solidaris es El rap de los derechos humanos, colección de quince videoclips para difundir “entre los y las más jóvenes” los derechos humanos y para sensibilizar “a los y las adolescentes” en la necesidad de defenderlos, titulándose Identidad el primero de los vídeos raperos.
La rama editorial del sindicato empoderado por Pepe Álvarez, integrada por cuatro revistas, tiene en común que son monolingües sin opción al español, salvo muy escasos artículos, y también reciben soporte económico oficial. Además de las ayudas citadas de la Presidencia de la Generalitat a Les Notícies de llengua i treball y de la Diputación de Barcelona a InfoCooperació, este organismo provincial es colaborador oficial de la revista Sud editada por Sindicalistes Solidaris. Es ésta una publicación que presta gran atención a Latinoamérica, con artículos benevolentes con los regímenes bolivarianos como el de Venezuela, añoranzas castristas o señalamiento de las perversiones de la OTAN.
Rompe parcialmente la regla ugetista del monolingüismo InfoServeis, dedicada a los servicios y descuentos para afiliados al sindicato. Esta publicación no tiene patrocinio ni subvención oficial pero sí una cartera de anunciantes con sus inserciones publicitarias. Se da la circunstancia de que siendo una revista editada en catalán, sin versión en español, la mayoría de los anuncios comerciales están redactados en castellano, ya sean de clínicas dentales, centros auditivos, venta de coches en renting, agencia de viajes, etc.
UGT Cataluña enarbola los rasgos de identidad catalana junto a los de diversidad sexual, de género, racial, etc., hasta el punto de autodenominarse “Unión General de Trabajadoras y Trabajadores”. Es patente su adhesión a las políticas que en esas materias despliegan el Gobierno de España y el catalán. El pasado 2 de marzo este sindicato de trabajadores saludó la entrada en vigor de la ley trans, contestada por las feministas clásicas socialistas, con estas palabras: “Desde la Unión General de Trabajadoras y Trabajadores de Cataluña (…) nos felicitamos por la inclusión en la norma de los Planes LGTBI, obligatorios para empresas de más de 50 trabajadoras y trabajadores”.
Norne Gaest
Estos son los " progresistas" Cataluña, chupando del erario público e identificándose con los nazionalistas No tienen un pelo de tontos; es más, son fabulosos viendo donde está el "progreso" (del poder y sus bolsillos) Por lo demás, de acuerdo con los otros comentarios: fin de subvenciones (si hay cambio real tras las elecciones)
Talleyrand
Ni un euro mas con mis impuestos Fin de las subvenciones a patronal y sindicatos
DANIROCIO
todas las noticias que nos cuentan desde Cataluña siempre van por el mismo camino o sea vividores a costa del resto de España,siguen creando vividores y seguimos pagando impuestos que se estan haciendo insoportables para gente que chupan de la vaca ESTADO
Guacamayo
PP y VOX deben terminar con esto, ni sindicatos, ni partidos ni patronal, deben recibir dinero de nuestros impuestos, deben mantenerse con la cuota de sus miembros, sean trabajadores, sean simpatizantes o sean empresarios. ¿ Porqué tenemos que pagar para mantener esas estructuras ? los autónomos no nos dan nada para mantener nuestras empresas y cuando nos conceden algo es un crédito a devolver con intereses. Señor Feijó me gustaría escuchar antes de las elecciones y en su programa que estas partidas presupuestarias serán eliminadas, ya por ahí es un ahorro muy grande en el gasto.