Las pasadas elecciones del 20D no sólo significaron el fin del bipartidismo. También se constató el hundimiento de Unión, Progreso y Democracia (UPyD), fundado en 2007. El partido liderado por Andrés Herzog cosechó el 0,6% de los votos (153.498) frente al 4,7% (más de un millón de sufragios y cinco diputados). El sueño magenta se diluía después de dos años de vaivenes.
Por comparar, el Partido Animalista contra el Maltrato Animal (PACMA) había conseguido 219.191 votos (0,87%). El declive de UPyD también se ha materializado en el progresivo descenso de militancia. Hoy en día cuenta con 2.300 afiliados y 5.100 simpatizantes, aunque la tendencia parece haber cambiado en los últimos tiempos.
Gorka Maneiro, coordinador de la gestora que ahora dirige el partido, analiza para Vozpópuli los motivos de la decadencia: “Podemos decir que durante estos cuatro años en el Congreso de los Diputados hemos puesto encima de la mesa grandes debates sobre los que ahora incluso el resto de los partidos están hablando aunque no vayan a hacer nada al respecto. Durante el último año y medio hemos tenido una serie de problemas internos que han sido lo que básicamente nos han lastrado. Es lo que queremos corregir a partir de ahora, sobre todo a partir del congreso extraordinario. Resolver que no se vuelvan a producir esos problemas internos y estar más cerca de la afiliación”.
Tras el desastre electoral del 20D, Rosa Díez y Carlos Martínez Gorriarán, fundadores de UPyD, apostaron por su disolución
Un mes después de la catástrofe Andrés Herzog abandonó la dirección de UPyD. Y los fundadores Carlos Martínez Gorriarán y Rosa Díez apostaban por la disolución del partido. Una gestora dirigida por Gorka Maneiro (diputado en el Parlamento del País Vasco) se hizo cargo de la situación y convocó un congreso extraordinario para el 2 de abril con el propósito de elegir una nueva dirección.
Esta llamada de los fundadores a la desaparición no es comprendida por Maneiro: “Una de las razones que daban en que el partido cayera en manos poco recomendables. No estoy de acuerdo porque UPyD está en manos de los afiliados y son gente extraordinaria. También decían que UPyd ya no tenía espacio político y tampoco lo comparto. Tiene espacio político de sobra para poder crecer. Y por otro lado decían que había que proteger el legado político de UPyD. Tampoco comparto que este legado esté en riesgo”.
Va a presentar Maneiro en el congreso extraordinario su candidatura a dirigir UPyD en unos tiempos que “interesa más hacer autocrítica, corregir todo lo que hayamos hecho mal y volver a ilusionar a la ciudadanía, siempre manteniendo nuestros principios y nuestra decencia política.
La no confluencia con Ciudadanos
En 2014, UPyD y Ciudadanos entablaron un proceso de negociación con vistas a una posible alianza electoral para las elecciones municipales y autonómicas de mayo de 2015. Las reuniones evidenciaron el desencuentro y la falta de sintonía entre sus principales dirigentes, Rosa Díez y Albert Rivera. Con los datos en la mano parece que quien salió perdiendo fue UPyD. Maneiro explica por qué no se produjo esa confluencia: “Somos partidos políticos distintos más allá de que haya determinadas propuestas que podamos compartir. Somos un partido distinto al resto. Nos gusta la pluralidad, pero nosotros reivindicamos nuestro trabajo y nuestras ideas y creo que en el pacto firmado recientemente entre Ciudadanos y el Partido Socialista se puede ver perfectamente que somos partidos políticos distintos”.
El fracasado pacto con Ciudadanos dejó bastante maltrecho a UPyD
“UPyD es un partido que defiende una verdadera despolitización de la justicia –sostiene Maneiro-, una profunda reforma de la ley electoral, defendemos la supresión del Senado, la supresión de los privilegios fiscales en Euskadi y Navarra, luchamos a favor de la libertad de elección lingüística. Yo creo que todo eso nos hace muy distintos y sobre todo mantenemos el mismo discurso en cualquier parte de España. A día de hoy ningún otro partido político lo cumple”.
Ese flirteo que no acabó en boda dejó bastante herido al partido. Las elecciones autonómicas andaluzas del 22 de marzo de 2015 dinamitaron UPyD. No obtuvo representación parlamentaria y perdió un 42% de los votos con respecto a los comicios regionales de 2012. El sector crítico, al que pertenecían Irene Lozano y Toni Cantó, alzó su voz contra Rosa Díez. Cantó dejó su acta de diputado. Irene Lozano aguantó un poco más.
Hubo desbandada. Destacados dirigentes buscaron acomodo en otras formaciones. ¿Transfuguismo o fichajes? Maneiro lo tiene bastante claro: “Nos ha pasado durante los últimos dos años. Ha habido algunos otros partidos políticos que han ‘tocado’ a militantes de UPyD, a cargos públicos y han fomentado el transfuguismo, cosa que nos parece muy grave y lamentable. Lo que pretendemos en volver a recuperar a personas valiosas que se fueron en su momento. Y no me refiero a las personas que actuaron de forma poco recomendable”.
La puntilla fueron las elecciones autonómicas y municipales del pasado mes de mayo. UPyD no entró en ningún parlamento autónomo y mantuvo una escasa representación en los ayuntamientos. La misma noche electoral, el 24 de mayo, Rosa Díez anunció que no concurriría como candidata a la reelección como presidenta del partido. Los problemas económicos de la formación colaboraban al desastre. El 25 de mayo Díez comunica que UPyD se retira de las 16 personaciones judiciales que tenía en temas de corrupción, incluida Bankia. Una de las banderas del partido, la lucha contra la corrupción, también caía. El congreso extraordinario de julio servía para elegir nuevo portavoz. Andrés Herzog compitió con Irene Lozano. Finalmente Herzog fue el señalado. Lozano fue fichaje estrella de Pedro Sánchez para las elecciones del 20D, decisión que fue duramente criticada en amplios sectores socialistas.
UPyD no ha tenido el mismo apoyo mediático que otros partidos emergentes
Una queja recurrente de los líderes de la formación es el maltrato recibido por algunos medios de comunicación. Maneiro también es de la misma opinión: “UPyD ha sido un partido político muy incómodo para los poderes establecidos y como consecuencia de eso no hemos tenido ayuda, por decirlo suavemente. Por eso no hemos recibido un buen trato mediático a pesar de las propuestas tan importantes para España que hemos venido defendiendo. Otros partidos sí que han sido apoyados mediáticamente. Los hemos visto en los platós de televisión, en las tertulias, en las radios, a todas las horas y todos los días. Eso es muy importante para explicar las razones por las cuales otros partidos han tenido muchos más votos. Nosotros lo que pretendemos es dar la vuelta a la situación, ganar presencia mediática y estar más cerca de la ciudadanía. Recuperar su confianza, en definitiva”.