"Amo Cataluña y me siento española. No estoy a favor de la independencia". Con estas palabras en boca de La Bruixa d'Or, la hechicera más famosa de España, el magnate de la lotería, Xavier Gabriel, daba un paso al frente para desmarcarse del procés independentista en su momento más álgido, cuando solo habían transcurrido 15 días del referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017 y antes de que se produjera la declaración unilateral de independencia.
Después de esta salida ideológica del armario, ya no hubo marcha atrás. La administración de lotería líder en España trasladó su sede fuera de Cataluña, Gabriel fue nombrado ministro de Hacienda de Tabarnia -la región ficticia gobernada por Albert Boadella que hace sátira del nacionalismo- y reivindicó su condición de catalán y español sin complejos. Todo ello sin moverse del pequeño municipio ilerdense de Sort, donde vive y reparte suerte cada 22 de diciembre. "Me siento muy satisfecho de haber dado a conocer mi precioso pueblo en los cinco continentes", explica en conversación con Vozpópuli.
Por su posicionamiento público recibió amenazas de muerte y campañas de boicot. Desde su entorno comentan que nunca han entendido esta animadversión hacia un emprendedor que empezó desde cero y que con su negocio ha revitalizado el tejido comercial y la actividad turística del municipio. "A él lo que le gusta es trabajar, crear empleo y riqueza. No hablar de política", relatan quienes le conocen. Y él asiente: "Prefiero independizarme del coronavirus".
Desde ahora mismo nombramos a Xavier Gabriel, el propietario de La Bruixa d’Or, como Ministro de Hacienda de #Tabarnia.
¡Bienvenido! +=+=
VISCA TABÀRNIA! VISCA ESPANYA! pic.twitter.com/N9uYcnxIZW
— Tabarnia Oficial - Plataforma por Tabarnia (@Bcnisnotcat_) February 14, 2018
En la actualidad, su administración sigue siendo la que más vende en toda España y la que más premios ha repartido desde su fundación en 1986. La Bruixa d'Or tiene aproximadamente el 0,7% del total de la lotería nacional española, una cifra que cuadruplica la facturación de la segunda administración, Doña Manolita. "La especialidad de La Bruja de Oro es repartir ilusión en el planeta Tierra. Vender Lotería creo que lo hacen los demás", apostilla.
El 'Dalí' de la Lotería
Su visión de negocio, la importancia que le otorga al marketing, y sus extravagancias le han convertido en una suerte de Salvador Dalí del sector del juego y las apuestas. Gabriel ha logrado crear un imperio con La Bruixa d'Or y fue pionero de la venta por internet. Junto a su mujer y su hijo, tiene un holding empresarial con un capital social de seis millones de euros. Todos sus negocios orbitan alrededor del mundo de la lotería. En su historia, la Bruixa d'Or ha repartido más de 600 millones.
Su modelo de negocio, así como la creación de una marca con sello propio y reconocible en medio mundo, ha sido objeto de estudio en la Universidad de Harvard y en escuelas de negocios como ESADE y IESE. En los últimos años han diversificado sus actividades a la promoción y comercialización de productos alimentarios y vitivinícolas. También ha patrocinado a equipos de baloncesto, como el Bàsquet Manresa.
Dios... ¿y suerte?
Gabriel trabajó en un banco hasta los 28 años, cuando decidió dejarlo para dedicarse a los negocios. Supo aprovechar el nombre del municipio Sort -que significa 'suerte' en catalán- para dar un empujón a su administración. Dos años antes de que le tocara el Niño, en 1992, Gabriel ideó esta bruja que convierte en oro todo lo que toca.
En 1999 ganó el premio Emprendedor del Año, pero nunca ha sido galardonado con la Cruz de Sant Jordi, el máximo distintivo que otorga el Gobierno catalán: "Tengo nombre de Santo y apellido de Arcángel, esto para mí más que una cruz es un gran orgullo. Doy gracias a mis padres", contesta para evitar entrar en conflicto con la Generalitat y la posibilidad de que no haya sido distinguido con dicha insignia por no comulgar con el separatismo.
Gabriel intenta ver el lado optimista de las cosas. Asegura que se "arruinó dos veces" antes de dar con La Bruixa d'Or. Curiosamente, no cree en la "suerte". Dice que si te toca la lotería es que "te lo has ganado".
En cambio, sí cree en Dios, tanto en los momentos en los que la vida le ha sonreído como cuando ha tenido que atravesar episodios difíciles. En la actualidad está en un proceso de quimioterapia por el cáncer que le diagnosticaron hace tres años. "Nunca he insultado a ese bicho que le llaman cáncer, no le tengo miedo, porque desde el primer día lo he considerado como un intruso", añade.
Además, explica que durante este tiempo ha encontrado "una grata distracción con la red Linkedin". En 10 meses ya lleva unos 32.000 seguidores. "Me siento con la misma energía y actitud de siempre. A las personas les aconsejo que no paren de reír", concluye. Su fe y buen humor le hacen tirar adelante para continuar repartiendo suerte en los hogares de toda España.