La reunión de este viernes entre el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero y Carles Puigdemont en Suiza, con todo el foco mediático-político centrado en Santander, donde este viernes se ha reunido la Conferencia de Presidentes Autonómicos, no se ha disputado con palabras suaves. Durante el encuentro, enfocado en que Junts apoye los presupuestos generales del Estado de Pedro Sánchez, el partido independentista ha trasladado al PSOE que “esto se ha acabado, hasta aquí”, según fuentes presentes han dicho a Vozpópuli, doblegando los ánimos de los presentes.
Es decir, mientras Sánchez trataba de engatusar a los presidentes autonómicos, prometiéndoles una condonación de la deuda sin calendario, su emisario prometía en Ginebra más concesiones al prófugo Puigdemont, para así asegurarse los votos de Junts en el Congreso.
La reunión de este viernes, de la que no habían informado ni el PSOE ni JxCat, llega en pleno debate sobre un posible encuentro en Bélgica entre el presidente Sánchez y Puigdemont. Los separatistas catalanes, por orden del fugado, facilitaron esta semana la suspensión de un impuesto eléctrico en connivencia con el PP.
Algo que resquebraja de nuevo las costuras del Gobierno de coalición y entre este y sus socios. Hasta el punto de que este miércoles, en los pasillos del Congreso, la vicepresidenta María Jesús Montero admitía la imposibilidad de tan siquiera negociar las cuentas.
Todo esto ocurría mientras la conferencia concluía con un ambiente de decepción por parte de los presidentes del PP. No es la primera vez que Zapatero y Puigdemont se ven por decisión de Pedro Sánchez en un contexto en el que el presidente tiene bloqueada la negociación de los presupuestos y sobrevuela la amenaza de Junts expuesta el miércoles en el congreso de que "mueva el culo" para satisfacerles.
Santos Cerdán, también en Suiza
Además del expresidente del Gobierno, el hombre de Sánchez desde hace unos meses para la negociación con Junts, que tuvo que evitar de madrugada la derrota parlamentaria en la comisión de Hacienda con una reunión telemática con Puigdemont, por parte del PSOE también han acudido el secretario de organización y su adjunto, Santos Cerdán y Juanfran Serrano. La delegación de JxCat, encabezada por el expresident, la han completado Jordi Turull y Míriam Nogueras.
Entre las cuestiones tratadas, según fuentes conocedoras del encuentro, las dos delegaciones han hablado de las cuentas de 2025, de la cuestión de confianza que registró Junts y de los impuestos a las energéticas y a las eléctricas.
Respecto a los presupuestos, según las mismas fuentes, “seguimos muy lejos” de un posible apoyo de Junts a los PGE. Los socialistas también les han pedido “más confianza, que estamos cumpliendo”, disgustados por la petición de la moción de confianza, a lo que los junteros les han trasladado su enfado por “el menosprecio al que nos habéis sometido una vez más”.
“La confianza hay que ganársela y no perderla”, les han espetado los separatistas. Sobre los impuestos, la cuestión que ahora más quebraderos de cabeza genera al Gobierno, Junts no prevé moverse de donde está. Y así se lo han hecho saber al PSOE.
No es el primer encuentro Zapatero-Puigdemont
Como ya adelantamos en Vozpópuli hace varias semanas, no es la primera vez que José Luis Rodríguez Zapatero viaja a Suiza por encargo de Pedro Sánchez y se reúne con Puigdemont.
A estar reuniones previas, como a la de hoy, por parte del PSOE sí se sabe que han acudido en alguna ocasión tanto Zapatero como Cerdán. En nombre de Junts es habitual que quienes viajen desde Bélgica y Barcelona sean Carles Puigdemont, Jordi Turull y Míriam Nogueras. En principio, hasta ahora, se iba analizando el cumplimiento de unos acuerdos que rara vez se acaban de materializar.
El PSOE, por su parte, está utilizando este tipo de encuentros para meter en carril a sus socios. La última cita, por ejemplo, sirvió para alcanzar un acuerdo con Junts de cara a que no bloquearan la próxima votación de la senda de déficit, paso imprescindible para la aprobación de los futuros Presupuestos Generales del Estado (PGE). Los de Puigdemont ya rechazaron el techo de gasto en julio y obligaron al Gobierno a retirar la votación en septiembre por riesgo a perderla de nuevo.