Matemáticas, Lengua y Literatura, Geografía e Historia, Ciencias Sociales, Física y Química, Lengua extranjera, Tecnología… Con mayores o menores variaciones, éste podría ser un listado estándar de asignaturas típicas de estudios de la ESO o incluso de Educación Primaria. Sin embargo, hay una asignatura que, pese al consenso acerca de la utilidad de su impartición en edades tempranas, sigue sin aparecer en los programas de estudios oficiales de colegios e institutos: la educación financiera.
¿Por qué es imprescindible cambiar esta situación? “Con este tipo de formaciones los jóvenes empiezan a tener conciencia de lo importante que es gestionar la economía personal. Les ayuda a comprender cómo sus padres utilizan el dinero, en el caso de los niños de primaria; o a organizar mejor su economía personal, la “paga” que reciben, en el de los chicos de secundaria”, destaca Juan José González Cabrera, Santander Factoring y Confirming. Él es uno de los voluntarios de Banco Santander que ha participado en la edición de Finanzas para Mortales edición Junior, a través de la cual la entidad pretende ayudar a cubrir ese hueco que la educación formal todavía no está asumiendo en materia de formación financiera.
Pese al consenso existente acerca de la utilidad de su impartición en edades tempranas, la educación financiera sigue sin aparecer en los programas de estudios oficiales de colegios e institutos
Bajo el lema ‘Financieros del futuro’, este programa dirigido a estudiantes de primaria consiste en una serie de sesiones educativas, impartidas por empleados voluntarios de la entidad, divididas en tres niveles. Para los alumnos de primero y segundo de primaria se abordan conceptos como el dinero, las tarjetas o los gastos, a través de juegos. Para los de tercero y cuarto, se trata el trabajo y el sueldo, así como la función de las entidades financieras. Y para quinto y sexto se adentran en el presupuesto, el ahorro o cómo analizar los ingresos y los gastos.
Para llevar estos conocimientos a estas edades, los voluntarios de Banco Santander utilizan un lenguaje sencillo y recurren a ejemplos prácticos y juegos relacionados con su entorno. Además, este aprendizaje es más interactivo al contar con un kit con el que los más pequeños manejan monedas, billetes y tarjetas de crédito. “Los niños son muy receptivos con las formaciones, ya que intentamos hacer ejemplos muy prácticos y adaptar el mensaje a las diferentes edades. De esta manera, conseguimos que la lección sea divertida y, en la medida de lo posible, entendida”, explica Juan José.
Para llevar estos conocimientos a estas edades, los voluntarios de Banco Santander utilizan un lenguaje sencillo y recurren a ejemplos prácticos y juegos relacionados con su entorno
Durante las sesiones, los formadores tienen la oportunidad de resolver algunas cuestiones relacionadas con el dinero que a ciertas edades resultan bastante confusas. “Los alumnos de primaria no tienen filtros, van directos al grano y te hacen todo tipo de preguntas. Ellos saben que sus padres son los que consiguen el dinero en casa, y que gracias al trabajo que realizan ganan el dinero con el que pueden comprar alimentos, pagar la casa, la ropa que ellos visten, o ir al cine”.
Sin embargo, muchos de esos conceptos les resultan resbaladizos. “A los más pequeños lo que les resulta más difícil de asimilar es todo lo que tiene que ver con temas laborales. Por ejemplo, la forma en que una empresa puede ganar dinero o cómo un adulto pasa a formar parte de la plantilla de una empresa y a tener ingresos. Para que puedan entenderlo, les ponemos ejemplos básicos y les preguntamos, por ejemplo, a qué se dedican sus padres. Otro concepto que aún no dominan es qué es y para qué sirve un banco. Pero en general aprenden rápido y salen más concienciados de temas importantes como el ahorro, el control del gasto o qué es un presupuesto personal”, explica el formador voluntario de Banco Santander.
Adaptado a cada edad
Además, de este programa concreto, Banco Santander también cuenta con talleres formativos pensados para los estudiantes de ESO, Bachillerato y FP. Entre otros temas, se les enseña a cómo hacer un presupuesto, diferentes técnicas de ahorro o en qué consiste el endeudamiento inteligente entre muchos otros.
Y es que, a medida que se van cumpliendo años, las necesidades de conceptos financieros varían. “Los alumnos de secundaria suelen tener un concepto claro de lo que es el dinero y todo lo que pueden hacer con él, saben cómo se puede conseguir, pero quizás no tengan claro lo que el ahorro les puede ofrecer”, indica Juan José.
Un problema de alcance europeo
Este programa trata de cubrir un gap real y que preocupa mucho a la Unión Europea, que se ha fijado como objetivo integrar la educación financiera en los programas escolares de los países miembros para que niños y adolescentes empiecen a prepararse y tomar decisiones más informadas sobre sus propias finanzas en un futuro. “En mi época no tuvimos ningún tipo de educación financiera, si acaso el máximo contacto que teníamos era en bachillerato y sólo se refería los conceptos básicos de matemáticas financieras”, lamenta el especialista en factoring y confirming de Banco Santander.
Y es que, recuerda Juan José González Cabrera, estas materias son útiles a cualquier edad porque “les enseña a saber valorar el esfuerzo que conlleva ganar dinero y las posibilidades que les da el ahorro, les despierta la curiosidad y les hace sentirse dueños de su propio dinero”, subraya.
¿Le habría gustado tener ese tipo de información cuando él era estudiante? “Desde luego”, dice categórico. "Me habría ayudado a gestionar mejor mi época de universitario, cuando, una vez independizado, tuve que tomar realmente conciencia de que ese importe mensual que mis padres me daban tenía que servir para varias cosas (pagar piso de alquiler, bonobús, reprografía en una universidad, etc.). Y como niño, si hubiese sabido del poder del “ahorro”, quizás podría haberme permitido algún capricho como ese patinete o videoconsola que siempre quise”.
Finanzas para Mortales
En 2023, cerca de 91.000 personas han accedido a las iniciativas de educación financiera de Finanzas para Mortales en España y más de 440 profesionales voluntarios de la entidad han participado como formadores en los más de 1.000 talleres que se han ofrecido en todo el país.