Los activistas climáticos han vuelto a atentar contra una pintura histórica, esta vez, en Lisboa. La víctima ha sido un cuadro de Pablo Picasso, el Femme dans un fauteuil (métamorphose) del Museo de Arte Contemporáneo MAC/CCB. A la obra de arte, de 1929 y protegida por un vidrio, la alcanzó una ráfaga de pintura roja lanzada por los dos activistas, que después se sentaron en el suelo y pegaron una de sus manos a la pared.
"No hay arte en un planeta muerto", ha sido el lema enarbolado por los dos activistas del colectivo Climáximo. El colectivo ha señalado que "los Gobiernos y las empresas declararon la guerra contra las personas y el planeta". Asimismo, han justificado la elección del cuadro del pintor español a causa de una anécdota de este mismo durante la Segunda Guerra Mundial.
"Cuando soldados alemanes entraron en el estudio de Picasso en París, donde vivía durante la Segunda Guerra Mundial, y vieron el Guernica, la famosa obra que retrata los horrores de la guerra, le preguntaron '¿hiciste esto?'. Él respondió 'no, lo hiciste tú'", han recalcado los activistas en su publicación.
El colectivo de activistas climáticos ha actuado varias veces en las últimas semanas
Los jóvenes, que aprovecharon un momento que la sala del cuadro no tenía visitantes, fueron detenidos por la Policía.
Activistas de Climáximo han protagonizado en las últimas semanas varias acciones de protesta, como cortar calles y carreteras o arrojar pintura sobre las sedes de empresas del sector de la energía.
Otros activistas lanzaron pintura verde al ministro de Medioambiente, Duarte Cordeiro, el pasado septiembre, durante un acto público organizado por la cadena de televisión CNN al grito de "este es el último invierno con gas".