Internacional

Bayrou no espanta la sombra de la moción de censura a su primer Gobierno

El nombramiento de Valls y Rebsamen pueden interpretarse como dos guiños a la socialdemocracia, pero están muy lejos de representar la ideología actual del PS

  • François Bayrou. -

Un ministro con exsocialistas, pero sin el apoyo de los socialistas. El primer Gabinete del centrista, François Bayrou, ha nombrado a Manuel Valls ministro de Ultramar. El francoespañol, antiguo primer ministro y exresponsable de Interior bajo la presidencia de François Hollande, vuelve a integrar un Ejecutivo, pero no cuenta desde hace años con el apoyo de sus excamaradas del PS.

Otro de los antiguos socialistas que Bayrou ha recuperado para su equipo es François Rebsamen, de 73 años, que ya se había alejado del PS cuando en 2022 votó a Emmanuel Macron y no a la candidata socialista, Anne Hidalgo, que obtuvo apenas 1,7% de votos en las presidenciales de ese año.

El nombramiento de Valls y Rebsamen pueden interpretarse como dos guiños a la socialdemocracia, pero están muy lejos de representar la ideología actual del PS, unido en una alianza electoral a “La Francia Insumisa”, los comunistas y los ecologistas, aunque, aparte la formación de Jean-Luc Melenchón, los tres partidos decidieron aceptar negociaciones con Bayrou, contra la opinión del caudillo bolivariano que dirige LFI. 

La primera reacción del responsable de PS, Olivier Faure, muestra claramente su descontento con el Gabinete de Bayrou: “no es un Gobierno, es una provocación; la derecha extrema al poder con el apoyo de la extrema derecha”.  

Cuando Faure habla de derecha extrema se refiere a la permanencia en el Gobierno de Bruno Retailleau como responsable de Interior, el político de la derecha tradicional que representa la línea más exigente en asuntos como inseguridad e inmigración. La Justicia será responsabilidad de un exministro de Macron proveniente de la derecha sarkozista, Gerald Darmanin, autor de la última ley de inmigración, que sustituye en el puesto a Didier Migaud, considerado más cercano a los socialistas. Con Retailleau y Darmanin en Interior y Justicia, Bayrou envía una señal a los franceses sobre la continuación de una política dura en asuntos de seguridad e inmigración, como pide la mayoría de los ciudadanos.

La delicada cartera de Economía será dirigida por Eric Lombard, empresario con gran experiencia en entidades bancarias y de seguros que en su juventud fue consejero de ministros socialistas. Un “social-liberal” según la jerga de la extrema izquierda que servirá a Bayrou para tranquilizar al mundo de las finanzas. La deuda y los déficits de Francia son una de las prioridades del nuevo primer ministro, que desde hace décadas alerta sobre el agujero de las finanzas del Estado. 

La exprimera ministra, Elisabeth Borne, ha sido nombrada ministra de Educación. Conservan sus puestos los titulares de Asuntos Exteriores y Europa, Jean-Noel Barrot; Rachida Dati, en Cultura, y Sébastien Lecornu en la Defensa.

En opinión de Jordan Bardella, presidente de Reagrupación Nacional, el partido de Marine Le Pen, “por suerte el ridículo no mata; Bayrou ha reunido una coalición de fracaso”. La presión de Le Pen sobre el nuevo jefe de Gobierno habría quedado clara, según la izquierda, por el veto de RN al nombramiento de Xavier Bertrand como ministro de Justicia. Bertrand es un encarnizado rival de Le Pen en la región de Norte, que preside. 

El primer Consejo de Ministros del nuevo Gabinete se reunirá el 3 de enero. El 16, Bayrou debe presentar su plan de política general. Con la segura moción de censura de la extrema izquierda, Bayrou deberá hacer piruetas para evitar la no censura de los socialistas. En cuanto a Marine Le Pen, volverá a jugar un papel vital para la continuidad del Gobierno, pero la amenaza de tumbarle dependerá más de su estrategia personal preelectoral de cara a 2027 que de las medidas que François Bayrou pueda aplicar.

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