El primer ministro británico Boris Johnson se halla a un paso del abismo tras conocerse que las fiestas y reuniones sociales, siempre regadas con alcohol, no pararon en Downing Street ni siquiera en los momentos más lúgubres de la covid.
Una semana devastadora para Johnson lo ha dejado contra las cuerdas, incluso en sus propias filas. Si los últimos meses de 2021 ya habían sido complicados para él, con escándalos por corrupción y desgobierno, ha sido el llamado "Partygate" (el escándalo de las fiestas) lo que amenaza con derribar un gobierno que aún goza de una vasta mayoría parlamentaria y, hasta hace no tanto, del respaldo de buena parte de la población.
El primer ministro británico afronta fuertes presiones para dimitir, tanto de sus filas conservadoras como de la oposición.
¿Qué se sabe de las fiestas?
El diario 'The Guardian' publicó una imagen tomada el 15 de mayo de 2020, en pleno confinamiento, en la que el 'premier'aparece bebiendo vino en el jardín de la residencia oficial con su esposa y varios colaboradores.
En ese momento, las restricciones impuestas por el gobierno decían que las personas no podían salir de sus casas -o estar fuera del lugar donde viven- sin una excusa razonable. Eso incluía trabajo (si no podía trabajar desde casa), ejercicio y conseguir cosas como alimentos y medicinas. Se cree que en torno a 30 personas participaron en la fiesta en el jardín de Downing Street.
Cinco días más tarde, Johnson participaba junto a su pareja en fiesta en la sede de la jefatura de Gobierno, a la que acudieron unas 40 personas, aunque el ecretario de Johnson, Martin Reynolds, envió un correo electrónico invitando a un centenar, a las que además pedía que "trajeran su propio alcohol".
Esta reunión hizo que el primer ministro pidiera disculpas por los "errores de juicio que se cometieron" y dijo que no sabía que el evento al que asistió el 20 de mayo era una fiesta, pero que "creía implícitamente" que era un evento de trabajo.
También se han informado de otras reuniones celebradas a finales de 2020 y abril de 2021, incluidas dos fiestas que involucraron al personal de Johnson celebradas la noche anterior al funeral del príncipe Felipe, en un momento en que se prohibió las reuniones en interiores.
Informe de investigación
La alta funcionaria Sue Gray está realizando una investigación para establecer "una comprensión general de la naturaleza" de las reuniones de Downing Street y si se debe tomar alguna "acción disciplinaria individual".
Los miembros del Ejecutivo se aferran como un clavo ardiendo a ese informe, lo que ha permitido a Johnson ganar un tiempo precioso. Gray tiene fama de ser una investigadora dura e insobornable, pero cualquier conclusión que no apunte con el dedo al primer ministro podría servirle para difuminar responsabilidades.
La Policía ha dicho que tampoco indagará si se han cometido delitos hasta que no tenga el resultado de esa investigación, aunque la oposición no tiene dudas de que se violado la ley.
Oposición y varios 'tories' piden la dimisión
Aunque el "premier" ha pedido reiteradas disculpas, los partidos de la oposición y varios diputados conservadores exigen que Johnson presente la dimisión a la reina Isabel II, jefa de Estado. Starmer llegó a calificar de "increíbles excusas" las dadas por Johnson sobre si estaba o no al tanto de las fiestas, sobre todo porque había "botellas (de vino) y platos con bocadillos".
Ante estas fuertes presiones, Johnson buscó contrarrestar esta situación con el anuncio de la supresión de medidas restrictivas -conocidas como Plan B- fijadas a finales de 2021 en Inglaterra para frenar la rápida propagación de la variante ómicron.
Posible proceso para destituir a Johnson
No se descarta que el enfado en las filas conservadoras se traduzca en un proceso interno para destituir a Johnson como líder. Según los medios, el denominado Comité 1922, que agrupa a los parlamentarios conservadores sin cartera, ha recibido ya algunas cartas de diputados en las que manifiestan que no tienen confianza en el líder de su partido, pero se necesitan un total de 54 misivas para que el proceso que decida el futuro de Johnson salga adelante.
Un grupo de destacados 'tories', que representan los antiguos escaños de la llamada destrucción del 'muro rojo' en las elecciones de 2019, se han reunido este martes en la oficina de la diputada conservadora por Rutland y Melton, Alicia Kearns, para discutir sobre el futuro del primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson.
Los conservadores que destruyeron el llamado 'muro rojo' --distritos electorales en Midlands, el norte de Inglaterra y el noreste de Gales en los que históricamente ha ganado el Partido Laborista-- en las elecciones generales de 2019 que dieron como ganador a Johnson, han mantenido una reunión, aparentemente secreta, en una operación que se ha llamado el 'Complot del Pastel de Cerdo'.
Según recoge el diario inglés 'The Telegraph', varios de estos parlamentarios habrían discutido mandar cartas de censura al presidente del Comité de 1922, Graham Brady, que tiene el poder de cuestionar al poder conservador y resolver los conflictos que puedan surgir entre 'tories'.
En este sentido, Johnson sería invitado a marcharse por los propios 'tories' en una acción parlamentaria que tradicionalmente es conocida como la visita de "los hombres de traje gris", aunque para ello el 15 por cierto de los parlamentarios 'tories' tendrían que estar a favor, es decir, al menos 54 de los 360 diputados conservadores de la Cámara.