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COP27: ¿Qué han hecho las grandes potencias para frenar el cambio climático?

De cara a la cumbre del clima que arranca el próximo 6 de noviembre en Egipto, repasamos qué medidas han tomado los principales países para paliar los terribles avances del calentamiento global.

Los efectos del cambio climático.

El cambio climático ha obligado a todos los países del mundo a ponerse manos a la obra para paliar sus terribles efectos y frenar los avances. De este movimiento a favor del planeta surgieron las COP, cuyas siglas en inglés se traducen como Conferencia de las Partes de las Naciones Unidas sobre el Clima. Estas se celebran con carácter anual para analizar la situación medioambiental y establecer medidas contra el calentamiento global.

¿Cuándo y dónde se celebra la COP27?

La cumbre del clima de este 2022 se celebrará del 6 al 18 de noviembre en el balneario egipcio de Sharm el-Sheikh. No es casualidad que sea en el país africano, ya que Egipto revelará a Reino Unido en la presidencia de las conversaciones climáticas de la ONU.

Situación actual de las grandes potencias

Estados Unidos

Uno de los principales focos de esta COP27 es Estados Unidos. El país gobernado por Joe Biden llega a la cumbre de Egipto con parte de sus deberes climáticos hechos. Las nuevas medidas establecidas dentro del marco legal de la Ley de Reducción de la Inflación podrían lograr reducir las emisiones de gases de efecto invernadero un 40% para 2030, según estimaciones del gabinete demócrata.

En palabras de Dan Lashof, director del Instituto de Recursos Mundiales estadounidense, esta inversión es "la mayor en soluciones climáticas en la historia de los Estados Unidos". Además, el país americano apostará en un proyecto de ley a que la energía verde sea la primordial en grandes sectores económicos de la nación como las eléctricas, el transporte y la industria. Amén de un crédito fiscal para aquellos ciudadanos que quieran comprar un coche eléctrico.

Estas acciones chocan con el conflicto diplomático que tuvo E.E.U.U. con China, el cual provocó el fin de la cooperación entre ambos países en materia medioambiental. Por último, Estados Unidos ha incumplido su palabra al no financiar a los países en desarrollo más afectados por el cambio climático.

Reino Unido

La inestabilidad política reinante en Gran Bretaña ha debilitado todas sus acciones, incluidas las relacionadas con el cambio climático. Desde la pasada cumbre, donde Reino Unido fue anfitrión, a esta, todo ha cambiado bastante. Alyssa Gilbert, directora de políticas del Instituto Grantham del Imperial College de Londres, ha certificado que la nación anglosajona acude a la COP27 "más debilitada y con un liderazgo decepcionante".

Sin ir más lejos, este pasado miércoles, el primer ministro Rishi Sunak anunció su decisión de no acudir a Egipto por atender otros compromisos más importantes para su país. La crisis energética ha empujado a Reino Unido a echarse atrás en sus compromisos de poner fin a la extracción de petróleo y gas en el Mar del Norte, además de cerrar las estaciones actuales que funcionan con carbón. Si bien este viraje no hará cambiar el balance energético y medioambiental actual de Reino Unido, si manda señales equivocadas con respecto al futuro climático y su posición de cara a la ONU.

China

El gigante asiático es, en material medioambiental, una navaja de doble filo. Por un lado, es el país que más contamina en la actualidad. Quema la mitad del carbón a nivel mundial y no piensa reducir ni un gramo, apoyado siempre por su tesis de escasez energética. Aunque los científicos apuntan que no es responsable de las emisiones históricas de gases de efecto invernadero, el crecimiento brutal de las últimas décadas lo han puesto en el foco del calentamiento global.

Sin embargo, y a pesar de sus acciones contaminantes, es el país que más invierte en energías renovales. Un 25% de los coches recién matriculados en China son eléctricos. El Gobierno de Xi Jinping se ha comprometido a alcanzar un máximo de emisiones de carbono para 2030, así como la plantación de 70.000 millones de árboles a lo largo de esta década.

Australia

Otro de los países que pegado un acelerón en material climática es Australia. La elección de Anthony Albanese como primer ministro ha puesto en marcha planes contra el calentamiento global que llevan muchos años parados. El país oceánico presentó a la ONU sus objetivos de reducir las emisiones un 43% en 2030, todo un avance comparado con el 26% previo. Aunque pueda parecer una acción más liviana, las acciones de Australia en materia medioambiental eran casi nulas.

El país australiano ha decidido apostar de lleno por un aumento de las energías renovables, un compromiso casi obligado para dejar atrás su delicado ranking en el top-5 de principales productores de carbón del planeta. Otro punto donde debe mejorar con urgencia es la pérdida de biodiversidad. En la COP26 prometió atajar la deforestación, un problema acuciante en Australia. Actualmente, la mitad de los bosques en el este de Australia han sido destruidos.

India

La ambición de India por combatir el cambio climática ha quedado más que patente en los últimos tiempos. De hecho, es el único país de las grandes potencias que ha actualizado en 2022 sus objetivos medioambientales. Tiene encima de la mesa la reducción de las emisiones un 45% para 2030, así como una transformación del 50% de sus energías instaladas en renovables. No obstante, la crisis energética actual ha empujado a reabrir 100 centrales eléctricas movidas con carbón, lo que empaña de sobremanera estos planes anteriormente descritos.

Brasil

El todoterreno sudamericano afronta la elección de Lula el pasado domingo con optimismo en muchos frentes de su política nacional. En palabras del presidente electo, "Brasil está listo para retomar la lucha contra la crisis climática". Y es que el país tiene que solucionar el enorme problema de deforestación que vive la Amazonía. Los pulmones del planeta absorben una cantidad ingente de emisiones. En 2021, la deforestación aumentó un 48%. La nación, y el Gobierno de Bolsonaro, antepusieron la minería al planeta.

Esta COP27 debe ser clave para renovar objetivos y promesas incumplidas por parte de Brasil. Un aspecto positivo de su viraje hacia la inversión en petróleo y gas de 2021 en detrimento de la energía hidroeléctrica a causa de la enorme sequía de 2021, es que la Agencia Internacional de Energía ha vaticinado que la energía solar compensará la pérdida de energía hidroeléctrica del país.

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