El 3 de agosto de 2024 se cumplió el décimo aniversario de uno de los mayores genocidios de la historia reciente: la masacre de Sinyar contra los yazidíes. El Estado Islámico (EI) emprendió una ofensiva sorpresa contra el Kurdistán iraquí y las minorías que habitaban en la zona, acabando con la vida de unos 5.000 yazidíes y el secuestro y violación de unas 7.000 mujeres y niños. Además, un total de 300.000 personas tuvieron que huir de sus hogares.
A día de hoy, aún hay yazadíes secuestrados por EI, así como más de 2.700 personas desaparecidas -según los últimos datos compartidos por la Organización Internacional de Migraciones (OIM)-. Según autoridades iraquíes, cerca de 3.500 de los retenidos han sido rescatados. Por otro lado, la OIM también ha manifestado que todavía en 2022 más de 200.000 personas se encontraban desplazadas en las inmediaciones de campamentos.
El Estado Islámico realizó ejecuciones masivas, conversiones forzosas, secuestros y reducción a esclavitud, violencia sexual sistemática y la lista continúa. A todo esto se le suma la destrucción de cerca del 80% de las infraestructuras públicas y el 70% de los hogares en Sinyar y alrededores. Además, también acabaron con la principal vía de subsistencia de la población. El 85% de los yazidíes vivía de la actividad agrícola, pero, en su ataque, EI acabó con los recursos naturales, los canales y manantiales de irrigación, el equipo para labrar la tierra y los terrenos de cultivo.
La masacre a la minoría yazidí apenas ha tenido repercusión mediática y reconocimiento y apoyo por parte de las organizaciones, especialmente en comparativa con otros atentados -como el atentado del 7 de octubre por Hamás-. El Gobierno iraquí ha sido una de las principales instituciones que ha otorgado ayuda a las víctimas a través del Directorio General de Asuntos de los Supervivientes.
De hecho, el Consejo de Representantes de Irak fue el primero en reconocer oficialmente el genocidio cometido por EI contra los yazidíes y otras minorías por medio de una ley promulgada en marzo de 2021. Asimismo, creó una marco de provisión de apoyo financiero y otros tipos de reparación para los supervivientes. La ONU también ha calificado de genocidio la matanza cometida por Estado Islámico de 2014 hasta su derrota territorial en 2017.
La premio Nobel de la Paz, Nadia Murad, en la conmemoración del 10º aniversario del genocidio yazidíep
Pese a la ayuda ofrecida por el Gobierno de Irak, los yazidíes refugiados se encuentran bajo su control. Es por esto que se creó una moratoria para devolverles sus campos y zona de construcción, así como unos 3.000 dólares a cada uno. Inicialmente iba a plantearse este pasado 31 de julio, pero la minoría afectada ha dicho que es "insuficiente" y que no aporta "garantías" para poder llevar a cabo esa reconstrucción, por lo que la moratoria se ha prolongado hasta finales de años.
Poca cobertura mediática del genocidio a los yazidíes
Este 'tardío reconocimiento' podría deberse a que "primero se han juntado los esfuerzos en eliminar la amenaza del ISIS", apunta David Villar Vegas, profesor de Estudios Hebreos en la Universidad Complutense de Madrid, a Vozpópuli. Asimismo, el experto señala también la situación de la región como consecuencia del retraso en la reconstrucción, ya que Kurdistán es una zona independiente del gobierno iraquí con su propia política exterior.
"Es lamentable, es triste esta situación", comenta David Villar frente al poco eco mediático que ha tenido la masacre de Sinyar. "Creo que se necesita un poco más de participación a nivel internacional y de cobertura internacional de esta cuestión", añade. El profesor de la Complutense explica que esto puede deberse a que durante esa época Estado Islámico estaba realizando atentados también en otros países del globo con mayor poder y repercusión mundial, ejemplifica con el ataque en Bataclán (París) en noviembre de 2015.
Por otra parte, "al fin y al cabo no fue un ataque a un país en concreto, como fueron los ataques del 7 de octubre, sino fue un atentado a una minoría dentro de otra minoría que está en el norte de Irak", comenta Villar. En esta línea, el experto en Estudios Hebreos compara la masacre contra los yazidíes con las guerras en Yemen o en Sudán y su poca cobertura mediática.