Internacional

La reportera que zancadilleó a los refugiados se enfrenta a una pena de hasta 7 años de cárcel

La periodista húngara reconoce su acción pero no pide perdón. Varios partidos ya han manifestado su intención de denunciarla.

  • Petra László, exreportera del canal húngaro N1.

La reportera húngara, Petra László, que pateó y puso zancadillas a refugiados sirios que llegaban al país desde Serbia ha reconocido este miércoles su acción, pero no ha querido dar explicaciones ni ha pedido perdón. El Comité Helsinki -defensor de los derechos humanos en Europa- ha informado de que podría enfrentarse a una pena de entre uno y siete años de prisión.

László -trabajadora de la cadena de televisión N1, cercana al partido de extrema derecha Jobbik- puso la zancadilla a un hombre que corría con su hijo en brazos en su huida de un control policial en Röszke, tras pasar allí la noche en condiciones precarias. Igualmente, en otras imágenes se la ve pateando a varios refugiados, incluida una niña. Por estos actos el canal privado húngaro N1 ha despedido a la periodista y ha asegurado que "ha reconocido su acción, aunque no ha dado más explicaciones" sobre su comportamiento.

La prisión podría producirse, según el Comité Helsinki, porque los hechos están agravados al dirigirse contra miembros de un colectivo

El Comité Helsinki por los derechos humanos ha señalado que, como la reportera pateó a varias personas, podría enfrentarse a una pena de cárcel de entre 1 y 7 años, ya que los hechos están agravados porque la violencia está dirigida contra miembros de un colectivo. Asimismo, la formación de izquierda Coalición Democrática, del ex primer ministro socialdemócrata Ferenc Gyurcsány, y el partido Együtt-PM han manifestado su intención de denunciarla por agredir a los refugiados.

Según el portal informativo Hvg, László ha desconectado su teléfono móvil y es imposible dar con ella. En Facebook se ha abierto la página Muro de la vergüenza Petra László, que cuenta ya con más de 15.000 "me gusta", donde se recogen las notas publicadas sobre el caso en el mundo, desde Estados Unidos hasta España y los países árabes, en las que los usuarios critican el comportamiento de la reportera. Algunas opiniones tachan el caso en húngaro, inglés, árabe y portugués, entre otros idiomas, como una vergüenza y afirman que la periodista representa lo peor de la humanidad.

En la localidad húngara de Röszke, ya se produjeron intentos de fuga y protestas en días anteriores por parte de los refugiados, quienes se quejan de que deben esperar mucho tiempo allí y pasar noches a la intemperie. A este punto es a donde llegan primero los que cruzan la frontera y donde tienen que esperar, antes de ser trasladados a los centros de registro. 

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