“La libertad no contagia”. “El Reino Unido asiste atónito al rápido descenso de nuevos contagios”. “El enigma del experimento británico: caen los contagios de covid tras eliminar todas las restricciones”, rezaban los titulares de hace pocos días. Hubo quien llegó a hablar de milagro. Ahora, apenas dos semanas después, los contagios y las muertes por coronavirus han vuelto a dispararse en uno de los países más azotados por la variante Delta.
Reino Unido levantó las restricciones el pasado 19 de julio; el conocido como ‘Freedom day’’ (Día de la Libertad) prometido por Boris Johnson después de un mes de retrasos como consecuencia del impacto de la cepa india del virus. Ni mascarilla obligatoria ni distanciamiento social ni limitación de reuniones. "Sentido común". Contra lo que esperaban los expertos, los casos de covid no se dispararon; al menos no instantáneamente. Durante los días posteriores se mantuvo un descenso de los contagios que ha sorprendido al mundo entero por su rapidez.
Así ha sido hasta prácticamente tres semanas después. Las cifras epidemiológicas en Reino Unido han vuelto a crecer en los últimos días, en especial la de los decesos. Aunque el incremento no sea equiparable al de las anteriores oleadas, los datos evidencian un significativo aumento dos semanas después del levantamiento de las restricciones. “Es una metedura de pata considerable”, asevera Joan Carles March, profesor de la escuela Andaluza de Salud Pública.
"Los ingleses empezaron fatal con respecto a la pandemia, con Boris Johnson negando su importancia... Lugo han implantado medidas muy interesantes, basadas en la evidencia científica, y cuando han decidido abrir se han equivocado", valora March: "No se puede ir por un lado y luego hacer otra cosa; lo que nos delata es un Gobierno que no sigue criterios científicos, porque esas posturas de que ya no hay restricciones, después de haberlas tomado de forma importante... Simplemente les va a perjudicar".
Todo a la vacunación en Reino Unido
El Gobierno británico justificó la decisión de levantar las restricciones por los elevados niveles de vacunación, según mantuvo Johnson, que pasó el Freedom Day aislado por el positivo en covid de su ministro de Salud. Joan Carles March recuerda a Vozpópuli que "la situación epidemiológica no solo depende de la vacunación": "Estamos en una situación excelente y las vacunas no son esterilizantes, por lo que no podemos bajar la guardia". Marcha pone de ejemplo las cifras en Baleares: "Era la comunidad con mejores cifras, pero se convirtió en una de las peores, porque se abrió al turismo sin tener en cuenta la variante Delta".
Y es precisamente con esta cepa con la que la vacuna de Astrazeneca, la más suministrada en Reino Unido, tiene una efectividad más baja. Por todo ello, el Gobierno británico ha sido uno de los primeros en abogar por una tercera dosis de la vacuna -a casi la mitad de la población- cuya compra ha comenzado a tramitarse de cara al próximo otoño: Reino Unido lo ha apostado todo a la vacunación. En este momento, más del 70% de la población total está vacunada con al menos una inyección y el 60% con dos. La intención es seguir vacunando diariamente a unos dos millones y medio de personas hasta Navidad.
A pesar de las elevadas cifras de vacunación, y teniendo en cuenta los todavía malos datos de covid, la autoridad sanitaria británica ha hecho un llamamiento a adoptar medidas individuales frente al virus. Ante la vuelta del público a los estadios de la Premier League de fútbol, la directora de Salud Pública de Inglaterra, Yvonne Doyle, ha aconsejado a los ciudadanos que tomen precauciones, como usar la mascarilla: "La covid-19 no ha desaparecido y hay cosas que todos podemos hacer para reducir riesgos".