El presidente suizo, Guy Parmelin, ha anunciado este miércoles la ruptura de las negociaciones para un nuevo acuerdo marco entre Suiza y la Unión Europea, que ambas partes debatían desde hace una década y con el que se quería actualizar las relaciones bilaterales entre Berna y Bruselas.
"El Consejo Federal (Ejecutivo) ha decidido poner fin a las negociaciones" tras someter el posible acuerdo a evaluación de los cantones suizos, interlocutores sociales y otras partes interesadas, señaló Parmelin en una rueda de prensa junto a otros miembros del Gobierno.
Según indicaron, las diferencias entre la UE y Suiza en torno al acuerdo siguen siendo demasiado grandes, lo que no permite reunir las condiciones necesarias para su discusión.
Las principales divergencias entre Berna y Bruselas giran en torno a cuestiones tales como las ayudas estatales o la directiva sobre los derechos de los ciudadanos de la UE, ya que Suiza reclamaba una definición más estricta de la libertad de movimientos, de la que dependen las políticas de inmigración.
Por otro lado, la aprobación de un acuerdo marco podría significar de facto que Suiza adoptara de manera automática legislaciones comunitarias que según los contrarios a las negociaciones afectarían al sistema nacional de democracia directa.
Se mantiene los acuerdos anteriores
Pese al fracaso en las negociaciones, el país helvético y los Veintisiete mantendrán los acuerdos bilaterales anteriores, ha aclarado el ministro de Asuntos Exteriores, Ignazio Cassis, quien afirmó que Suiza y la UE (su principal socio comercial, al que dirige la mitad de sus exportaciones) "siguen estrechamente vinculadas".
Por ahora, los lazos entre Suiza y la UE son regulados por cinco acuerdos (en materia de libre circulación de personas, transporte terrestre, y transporte aéreo, comercio y agricultura) que se buscaba unificar y actualizar con un acuerdo marco, ya que los textos se remontan a hace 20 años.
Alrededor de 1,4 millones de ciudadanos de la UE viven en Suiza, a lo que debe añadirse la gran cantidad de empleados que residen en zonas vecinas de Francia, Alemania, Italia y Austria, pero trabajan en territorio helvético.
El pasado septiembre, los ciudadanos suizos votaron en referéndum a favor de mantener la libertad de movimientos con la Unión Europea.
La ruptura de las negociaciones podría tener consecuencias negativas en sectores como la agricultura, el intercambio de suministro eléctrico, la seguridad alimentaria e incluso la salud pública, según reconocían recientemente informes internos del Gobierno suizo citados hoy por la televisión nacional RTS.