El presidente ruso, Vladímir Putin, cumple este viernes 70 años en su momento más bajo desde que asumiera el poder el último día del siglo XX. El mandatario lleva 22 años en el poder, cuatro de ellos como primer ministro. Cuando llegó al Kremlin tenía 47 años, un burócrata joven para los estándares de este país.
De los suburbios más oscuros de Leningrado al despacho principal del Kremlin, Vladímir Putin ha vivido una vida marcada por seis momentos cruciales que le ayudaron a dar forma a su pensamiento y explicaron su creciente alejamiento de Occidente.
Una infancia entre violencia callejera
La infancia del presidente ruso estuvo marcada por los coletazos de la Segunda Guerra Mundial y el asedio de Leningrado. Su padre resultó herido por una granada en combate, lo que quedara incapacitado y complicando más aún la precaria situación económica de la familia.
El pequeño Vladímir se crio en un apartamento compartido por tres familias en una ciudad invadida por las pandillas callejeras. Un ambiente marcado por la violencia callejera que le hizo siempre mantener una actitud combativa. A los 12 años empezó a recibir clases de sambo -un arte marcial ruso-, para poco después comenzar su andadura como jugador de judo.
A los 18, Putin ya era cinturón negro de judo y ocupaba el tercer puesto en la disciplina nacional de juveniles, tal y como ha informado la BBC. Su disciplina y destreza en este milenario arte japonés, hizo que el KGB (la agencia de inteligencia rusa) pusiera su mirada en él.
Su sueño de ser espía del KGB
En 1968, cuándo el líder ruso tan solo tenía 16 años, se dirigió al cuartel general de la policía política de la KGB en Leningrado para intentar unirse al cuerpo. Pero su sueño aún estaba lejos, necesitaba haber completado el servicio militar o tener un título universitario.
Putin se matriculó en derecho y tras terminar la carrera, fue reclutado. Una vez dentro del KGB, el joven matón de los barrios de Leningrado conseguía su sueño, propiciado por el fanatismo que había sentido desde adolescente por las películas de espías.
Incidente en Dresden (Alemania)
Su carrera en el KGB nunca llegó a despegar, en 1985 fue enviado a Dresden (una ciudad situada en la Alemania Oriental). Desde allí su trabajo consistía en controlar la lealtad de algunos diplomáticos soviéticos. En 1989, una multitud rodeó el edificio en el que trabajaba. Putin llamó desesperadamente a la guarnición del Ejército Rojo más cercana para solicitar protección, y la respuesta fue: "no podemos hacer nada sin las órdenes de Moscú. Y Moscú está en silencio".
Lejos de su tierra natal, el líder ruso vivió la caída de la Unión Soviética, hecho que le marcaría para siempre en su empeño por recuperar el poder imperial de Rusia. Tras la desintegración de la URSS, el presidente se pasó a la policía, desde donde comenzó su ascenso hacia el poder.
Invasión de Georgia
Vladímir Putin llegó a la presidencia en 2000 con la idea de impulsar una política exterior con la que construir una relación positiva con Occidente. Finalmente, su idea inicial fue cambiando hacia una posición más defensiva, basada en la premisa de que Occidente trataba de aislar y boicotear a Rusia.
Cuando el presidente georgiano Mikheil Saakashvili quiso que su país se uniera a la OTAN, Putin lo vio como una amenaza sobre la región separatista de Osetia del Sur, respaldada por Rusia. Esta fue la excusa que el Kremlin fomentó para dar comiendo a una operación militar.
Las fuerzas rusas aniquilaron al ejército georgiano, apenas en cinco días, y se pactó el alto al fuego, nada complaciente con las aspiraciones de Saakashvili.
Protestas de Moscú
Tras una década en el poder, el pueblo ruso tenía la creencia de que las elecciones parlamentarias de 2011 fueron manipuladas para que Putin volviera a salir como vencedor.
Conocidas como las "Protestas de Bolotnaya" por la plaza de Moscú que llenaron, esto representó la mayor expresión de oposición pública hacia el poder del líder ruso.
Putin culpó a Washington de orquestar las manifestaciones y culpó personalmente a la Secretaria de Estado de los Estados Unidos, Hillary Clinton.
Aislamiento durante la pandemia
Cuando el Covid-19 se convirtió en una pandemia mundial, Putin se aisló de manera inusual, incluso los autócratas personalistas y cualquiera que se encontrara con él quedó aislado durante quince días bajo vigilancia y luego tuvo que pasar por un corredor bañado en luz ultravioleta que mata gérmenes y empañado.
Las estrictas medidas sanitarias impuestas por el presidente propiciaron que el número de asesores que podían hablar con él cara a cara se limitara alarmantemente.
gwy
Lo de "jugador de judo" es una prueba bastante consistente de que el artículo es un copia/pega traducido por Google de algún original extranjero.
Rigoryresponsabilidad
Pierda usted la esperanza con esos mimbres, para muestras el actual intento de un partido que critica a otro pero que también lo ha intentado a escondidas (ya sabe usted a lo que me refiero), y que lo vienen haciendo desde el inicio. Como dice D. Alejo el sistema es piramidal, antes solo teníamos una pirámide, ahora queriendo imitarlo nos construido unas pocas más. A veces creo que alguno quiere ser enterrado en el hueco que quedó libre en aquella pirámide.