El poder destructivo de la crisis de la prensa es enorme. En 2006, El Diario Vasco fue el decimotercero más leído de España, con una difusión media de 86.056 ejemplares (OJD). Actualmente, sólo El País supera esa cantidad, con 116.808 periódicos diarios en circulación. Mientras hoy es líder, hace 10 años hubiera ocupado la décima posición con ese dato, por detrás de regionales como El Correo. Lejos de atenuarse, la decadencia del negocio del papel se ha acrecentado durante los últimos años; y en el último ejercicio la difusión media de los cuatro principales periódicos editados en Madrid ha caído el 18,93%.
Durante el pasado agosto, El País, El Mundo, ABC y La Razón difundieron 321.828 ejemplares diarios, frente a los 397.014 del mismo mes de 2017. La caída interanual fue de casi el 19%, frente al 12,15% del año anterior.
Los datos de la Oficina para la Justificación de la Difusión –adelantados por El Español- recogen que El País tuvo una media de 116.808 lectores en agosto, es decir, 53.600 menos que el año anterior. Una caída muy elevada que se debe, principalmente, a que se han descontado los ejemplares que hasta hace unos meses se ponían en circulación en Latinoamérica. En este período, El Mundo lanzó 87.558 periódicos (-7.758), ABC, 72.036 (-5.978) y La Razón, 45.426 (-7.849). Hace 10 años, El Diario de Navarra (54.254) colocaba más ejemplares que el rotativo de Planeta actualmente.
Como decía el exdirector de El País, Antonio Caño, uno de los grandes problemas del sector es que los ciudadanos han perdido la costumbre de acudir al quiosco para comprar el periódico. Los datos de los cuatro diarios madrileños en el último año ratifican esa afirmación, pues sólo vendieron 219.575 ejemplares de media. Es decir, 37.856 menos, al día, que el ejercicio anterior.
Todos estos cambios, tuvieron lugar en un contexto en el que los anunciantes demuestran cierta apatía para con los medios convencionales.
Sus editores volcaron sus esperanzas en el ámbito digital, ante la decadencia de la prensa escrita, pero en los últimos años han comprobado que en internet -un entorno altamente competitivo- es muy complejo obtener los ingresos suficientes para sufragar todos los costes que implica mantener un medio tradicional.
Traducido a números
En sus cuentas semestrales (enero-junio 2018), el Grupo Prisa incidía en que “el incremento de la publicidad digital” de su división de prensa le permitió compensar “parcialmente” la caída de los anunciantes en los formatos tradicionales, de la circulación y de las promociones. Dicho de otra forma, el golpe que sufrió el papel fue mayor que el aumento de lo digital.
En concreto, la facturación por ventas cayó el 12%, la de las promociones, el 32% y la publicidad impresa, el 12%. El negocio digital aumentó el 9% y ya aporta el 46% de los ingresos totales de esta división. Pero el papel sigue lastrando sus cuentas.
En lo que respecta a Unidad Editorial, las dificultades en las que se encuentran las ediciones impresas de sus diarios provocaron una caída de sus "ingresos editoriales" de 6 millones de euros en el primer semestre. Su negocio digital aumentaron el 27,5% con respecto a 2017, aunque sólo suponen el 25% del total.
El caso de Vocento es algo diferente, dado que una parte importante de sus ingresos proceden de la prensa regional; y ahí el 85% de la facturación procede del negocio tradicional. De cualquier modo, ABC es un buen ejemplo para poder observar las dificultades a las que están sometidas las empresas editoras para remontar el vuelo, ante la falta de empuje de internet. En el primer semestre, su publicidad online creció el 3,7%, mientras que la offline descendió el 6,2%.
Todos estos cambios, tuvieron lugar en un contexto en el que los anunciantes demuestran cierta apatía para con los medios convencionales, como se demuestra en que el mercado creció el 0,6%, es decir, menos de la mitad del PIB, cuando tradicionalmente ambas variables han sido parejas.
Según la consultora Infoadex, entre enero y junio la publicidad en los diarios cayó el 6,2%, en las revistas, el 4,5% y en los suplementos y dominicales, el 6,2%. En internet, aumentó el 11,7%, lo que da una idea del lugar hacia el que se deben dirigir estas empresas. El problema es que el dinero que obtienen online es muy inferior al que conseguían en los buenos tiempos del papel.