Radiotelevisión Española volverá a vivir en 2016 un año de vacas flacas. Los 50 millones de euros a mayores que le otorgará el Estado no servirán para corregir su preocupante déficit estructural. Todo lo contrario, puesto que en el próximo ejercicio la corporación deberá afrontar algunos gastos extraordinarios que harán casi imposible que evite los números rojos. Esto le encaminará a una nueva reducción de su capital social (actualmente, de 1.122 millones) y le acercará de una forma muy peligrosa a entrar en causa de disolución.
Del borrador con el presupuesto para 2016 que se debatirá este miércoles en el Consejo de Administración de RTVE, se pueden extraer varias conclusiones: por un lado, que el Estado ha realizado un considerable esfuerzo para que la televisión pública pueda retransmitir los Juegos Olímpicos de Río Janeiro, aunque no el necesario para cubrir los costes que genera este evento. Por otro, que han fracasado las medidas de contención del gasto en personal que emprendió el anterior equipo directivo de la casa, encabezado por Leopoldo González-Echenique, puesto que esta partida no ha parado de aumentar. Y, la más importante de todas, que el actual modelo de financiación de RTVE no funciona, puesto que ni los patrocinios, ni las ‘telecos’, ni las televisiones privadas aportan el dinero suficiente para cuadrar las cuentas. De hecho, el propio presidente de la corporación, José Antonio Sánchez, así lo ha reconocido en el Congreso de los Diputados.
La aportación estatal a RTVE aumentará desde los 290 a los 340 millones de euros
Según ha podido saber Vozpópuli de fuentes internas, el proyecto de presupuesto para 2016 incluye un incremento de la aportación estatal de 50 millones de euros (de 290 a 340 millones), que se ha concebido para financiar la compra de los JJOO que se celebrarán el próximo verano. El coste estimado de la compra a Discovery -propietaria de los derechos- de este producto es de 60 millones de euros, a los que hay que sumar los gastos de producción, “que podrían ascender fácilmente a 10 millones”.
Esto generará un desequilibrio en las cuentas de RTVE de unos 40 millones de euros, que se prevé compensar con una contención del gasto en servicios (alquiler de equipos, de estudios, etc.). Fuentes del Consejo de Administración de la pública desconfían del éxito de esta medida de ahorro, puesto que implicaría renunciar a una serie de recursos cuya importancia es “fundamental” para la actividad de TVE. “Por eso, esta cifra es irreal y esos 40 millones de desfase se convertirán en déficit, con toda seguridad”, aseveran.
El límite de la recaudación de la tasa radioeléctrica
El borrador con las cuentas para 2016 también recoge un aumento de la partida correspondiente a la tasa radioeléctrica desde los 330 hasta los 380 millones de euros. El problema es que la ley fija en 330 millones de euros la cantidad máxima que se puede percibir por este concepto, por lo que, para que RTVE pueda ingresar esos 50 millones adicionales, hace falta un cambio de normativa que no está claro que dé tiempo a efectuar antes de que se presenten los Presupuestos Generales del Estado, precisan estos informantes.
Lo que volverá a subir el próximo año es el gasto en personal. Lo hará en 7 millones de euros que, según fuentes sindicales, se destinarán principalmente a la aportación al Plan de Pensiones que deberá volver a alimentar RTVE a partir de enero de 2016, así como a abonar complementos que reciben los empleados, como el de antigüedad. Cabe recordar que el coste de mantener a los trabajadores de la televisión pública es de 377 millones de euros y que su plantilla, de 6.400 miembros, es tres veces superior a la suma de las de Atresmedia y Mediaset.
Sobre la aportación que realizarán las empresas de telecomunicaciones y las televisiones privadas no hay nada claro, si bien los cálculos de RTVE han sido "más prudentes" que en ejercicios anteriores.
La plantilla de RTVE costará en 2016 alrededor de 385 millones de euros
Dudas sobre el IVA que perdonará Montoro
Las previsiones de los responsables de RTVE pasan porque a finales de 2015 el ente público declare unas pérdidas de unos 30 millones de euros. Para hacer este cálculo, excluyen el pago del IVA que soporta la corporación, puesto que Montoro ha prometido que se lo podrá desgravar. Aunque no ha confirmado en qué porcentaje, lo que inquieta en la casa.
Dando por buena esta cifra y tomándola como referencia para el año que viene, se dibuja una situación nada alentadora para la corporación. ¿Por qué? Básicamente, porque algunos de sus ingresos no están del todo asegurados, así como tampoco lo está el éxito de sus medidas de ahorro en partidas como la de Servicios, o el que sea capaz de recaudar 45 millones por la venta de programas. Por contra, tendrá que gastar más en la adquisición de los JJOO, en personal o en el consumo de productos que tiene en “la bodega” (12 millones, según estas fuentes).
Estas incertidumbres podrían traducirse en un incremento muy preocupante de su déficit, hasta el punto de poner en peligro los propios cimientos de la corporación. Porque, en 2014, Televisión Española se quedó al borde de tener que iniciar una nueva causa de reducción de su capital social y ni mucho menos está descartado que tenga que acometerla una vez se cierre el presente ejercicio.
Eso le acercaría peligrosamente a la entrada en causa de disolución. “Si no se corrige el déficit estructural de TVE, es cuestión de tiempo que se supere ese límite. De ahí que sea necesario que el Estado aumente su aportación anual a la corporación, que se modifique la ley presupuestaria o que se acometa una reducción del gasto que todo parece indicar que conllevaría una reducción de personal”, concluyen fuentes internas.