Tras el último acuerdo de recorte salarial y laboral en Unidad Editorial, un ‘armisticio’ que garantiza seis meses de paz en las redacciones de los periódicos que publica, se ha abierto un período de guerra fría en los despachos. En concreto, en los del diario ‘El Mundo’. Su director, el periodista Pedro J. Ramírez, se ha visto obligado a frenar la salida voluntaria de varios de sus hombres de confianza, según fuentes conocedoras del proceso que aseguran que el matrimonio de conveniencia entre Pedro J. y su presidente, Antonio Fernández Galiano, está roto.
En el último año, el primer ejecutivo de la compañía ha buscado a la desesperada una operación corporativa con la que aliviar, en parte, los males de su compañía. Las conversaciones con Vocento, editor de 'ABC', estuvieron muy avanzadas, pero varias chinas en el camino, entre otras la figura de Pedro J. Ramírez, dieron al traste con la operación. El equilibrio de poderes en el grupo resultante se antojó imposible y se llegó a insinuar la no continuidad del director fundador de 'El Mundo'.
Los dueños de Unidad Editorial, los italianos de RCS Mediagroup, presionan de nuevo ahora a Galiano para que consolide dicha operación. Esta vez, con los 400 millones que han tenido que inyectar a Unidad Editorial para evitar su quiebra, no están dispuestos a retrasar la fecha límite como sucediera en varias ocasiones a lo largo de 2012. La nueva fecha clave es el 31 de marzo, momento en el que acuerdo laboral expira, y la firma se prepara para llevar a cabo una drástica restructuración.
En las últimas semanas, el núcleo que configura el staff directivo de 'El Mundo' y que arropa a su director se ha visto tentado a abandonar el barco por las suculentas indemnizaciones ofrecidas por Fernández Galiano. Las indemnizaciones pactadas el pasado mes de julio entre la empresa y los sindicatos son superiores a las aplicadas en la gran mayoría de las empresas del sector. Este hecho, sumado al temor de que en unos meses el barco termine de hundirse, ha provocado que algunos de los pesos pesados de entre los coroneles de Pedro Jota (vicedirectores, directores adjuntos y adjuntos al director) se hayan planteado acogerse al plan de bajas voluntarias.
Las indemnizaciones más altas premian a los profesionales que más cobran y más tiempo llevan en la casa. Y toda la cúpula que arropa a Pedro J. (Casimiro García-Abadillo, Miguel Ángel Mellado, Iñaki Gil, John Muller, Juan Carlos Laviana, Victoria Prego, Fernando Baeta, Pedro García Cuartango, Eduardo Inda...) está en ese grupo privilegiado, que se llevaría una indemnización de 45 días por año sin límite, más 5.000 euros lineales y 15 días de preaviso. Es ésta la zanahoria que Galiano está ofreciendo al núcleo duro, de forma que la posible marcha de algunos de ellos debilitaría la posición del director de cara a los cambios que se avecina en el periódico en la primavera de 2014.
Fuentes de los trabajadores reconocen que se trata de unas compensaciones muy generosas, más aún si se tiene en cuenta que la alternativa es continuar trabajando en una redacción diezmada y sufrir una reducción del sueldo de hasta un 13,5% para los que ganan más de 100.000 euros anuales.
Caza de brujas
Fuera de los despachos, los periodistas y demás profesionales de la redacción han sufrido el acoso de una empresa obligada a adelgazar su estructura sí o sí. El plazo para sumarse a las bajas voluntarias en las mejores condiciones pactadas finalizó el pasado domingo, una fecha límite que los responsables de Recursos Humanos de la compañía se encargaron de recordar a algunos señalados el pasado viernes. En este sentido, fuentes de los trabajadores explican que son muchos los profesionales del diario generalista que recibieron llamadas de presión citado departamento invitando a acogerse al plan de bajas. O se sumaban ahora o su despido sería seguro a partir de abril bajo las condiciones más duras que permite la reforma laboral.