Los años 80 fueron de Sigourney Weaver: algunos de sus papeles se convirtieron en historia y otros reflejaron, directamente, la historia. Ese es el caso de su interpretación de la zoóloga Dian Fossey en Gorilas en la niebla. La película narra la lucha de una de las primatólogas más reconocidas de todos los tiempos por conservar el hábitat de nuestros parientes simios y por evitar su masacre. Su vida, truncada tras su asesinato por cazadores furtivos, llegó al gran público gracias a este filme, que sirvió también para concienciar sobre la importancia de la biodiversidad y el respeto a la vida animal. Y a Weaver le vino bien, además, para ganar un Globo de oro.
Sigourney Weaver también tiene una sólida formación como comediante y ha podido demostrarlo en varias de sus películas. En Cazafantasmas, el icónico filme de Ivan Reitman, interpretaba a una sexy violoncelista un tanto poseída con la que Bill Murray -¿quién si no?- entabla una relación. No es esta su única incursión en la comedia: en 2001, por ejemplo, protagonizó Heartbreakers con Jennifer Love Hewitt y en 2006 dio su voz a la nave espacial de Planet Express en la serie de animación para adultos Futurama.
Weaver participó en algunas de las más simbólicas películas de los años 80, como Armas de mujer (terrible traducción del título original, Working Girl). En ella daba vida a la ejecutiva Katharine Parker, némesis de la esforzada secretaria Tess McGill interpretada por Melanie Griffith. Este personaje le valió para obtener un Globo de oro y ser nominada como actriz de reparto en los Oscars.
Sigourney Weaver no parece tener el favor de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos. El Oscar no solo se le resistió en Armas de mujer: hasta en otras dos ocasiones se ha quedado al pie de la escalerilla sin recibir el galardón a pesar de haber sido nominada. Primero fue con Aliens en 1986 y después con Gorilas en la niebla (y la propia Armas de mujer) en 1988. Sin emargo, los periodistas internacionales destacados en Hollywood sí que reconocieron su interpretación en estas dos películas y le concedieron el Globo de Oro en 1988. En 1997 la Academia británica le concedió un BAFTA por su papel en La tormenta de hielo.
Sigourney Weaver vive en el Upper East Side de Nueva York con su familia, alejada del bullicio de Hollywood. Lleva más de dos décadas casada con el cineasta Jim Simpson, un récord nada habitual entre las parejas del showbiz. Juntos han tenido una hija, Charlotte, con la que Sigourney se siente muy unida. “Rodar Avatar en Nueva Zelanda mientras mi hija se encontraba solicitando plaza en la universidad casi me mata”, declaró en 2010.
Si hay un papel que ha marcado la carrera de Sigourney Weaver, ese es el de la esforzada teniente Ellen Ripley, siempre combatiendo con toda su fuerza a la terrible criatura espacial empeñada en reventar el tórax de todas sus víctimas a lo largo de las cuatro entregas de la franquicia cinematográfica Alien dirigida por Ridley Scott y James Cameron. El público ha confirmado, a lo largo de los años, su admiración por Weaver como heroína de acción: durante los 90 su nombre estaba incluido en el podio de los tres mejores intérpretes de este tipo de películas. Aunque no ha participado en las precuelas de Prometheus, sí que ha vuelto a dar voz a la teniente Ripley grabando locuciones para el videojuego Alien: Isolation.
Increíble, pero cierto: al igual que los grandes artistas, Sigourney Weaver también ha tenido su ‘etapa española’. Hace ya más de dos décadas interpretó a Isabel de Castilla en 1492: La conquista del paraíso, y ya entonces tuvo la oportunidad de rodar en Salamanca y Sevilla. Últimamente también ha vuelto a España: en 2012 participó en The Cold Light of Day, donde compartía cartel con Bruce Willis y Verónica Echegui, y un año antes se había puesto a las órdenes del español Rodrigo Cortés en Red Lights. Pero si hay un director español con el que quiere trabajar es –adivinen– Pedro Almodóvar. “¿Puedes avisarme, por favor, si necesita a una actriz estadounidense?” llegó a pedir una vez a un periodista.
Sigourney Weaver llevó una carrera errática a lo largo de la primera década del siglo XXI. En su filmografía se sucedieron películas como El Bosque o Mamá de alquiler. Sin embargo, a finales de la década se reconciliaba con Hollywood de la mano de James Cameron, con quien ya había participado en algunas de las entregas de Alien. El director confió en ella para dar vida en Avatar a la doctora Grace Augustine, una astrobióloga con una incontrolable adicción nicotínica que estudia a los na'vi en Pandora. La película se convirtió en un éxito sin precedentes de taquilla -no así de crítica- y ya se encuentra inmersa en sus secuelas.
Sigourney Weaver es todo un animal político, y no solo porque haya participado en una serie con ese título. Desde comienzos de los años 90 ha venido financiando las campañas electorales del Partido Demócrata y apoyó con ahínco la candidatura de Barack Obama en 2008 y 2012, aunque no ha dejado de criticar al inquilino de la Casa Blanca en asuntos relacionados con el medio ambiente, como el derrame de petróleo de la compañía BP en el golfo de México, o el cambio climático. En múltiples ocasiones se ha mostrado muy concienciada por los asuntos ambientales y ha llegado a comparecer ante una comisión del Congreso de Estados Unidos para hablar sobre la acidificación de las aguas oceánicas o calentamiento global.
Sigourney Weaver pasa la semana de su 65 cumpleaños trabajando en el condado inglés de West Yorkshire para rodar su última película, A Monsters Call, junto a Liam Neeson. Está confirmada su participación en las secuelas de Avatar y cuenta con otros dos filmes en proceso de postproducción. A pesar de haber llegado a esa edad que parece invitar a la jubilación, tendremos a Weaver durante rato en la pantalla. ¡Y eso nos alegra!
IMÁGENES: GTRESONLINE.