Felipe VI ha cumplido con una tradición familiar y casi un año después de ser proclamado como rey asistió este viernes, desde una entrada de barrera del tendido 1 de la plaza de toros de Las Ventas, a la primera corrida de la feria de San Isidro. El monarca estaba acompañado en las tres localidades que ha adquirido personalmente por el matador de toros sevillano Eduardo Dávila Miura y el jefe de la Casa Real, Jaime Alfonsín, según informa la agencia Efe.
Felipe, hijo de un gran aficionado a los toros y de una firme defensora de los derechos de los animales, siempre ha mantenido una actitud ambigua con respecto a las corridas. Por eso, su presencia en la barrera de Las Ventas fue entendida por el público presente en la plaza como un gesto de complicidad y a su llegada fue recibido con una fuerte ovación por parte de los asistentes.
En cualquier caso, aunque no sea un habitual de los toros tampoco se trata de la primera vez que Felipe visita las Ventas. En años anteriores se le pudo ver en el Palco Real en corridas de Beneficencia junto a su padre, y también se ha hecho acompañar por Letizia en alguna ocasión, aunque también en la barrera, como este viernes.