La corriente de mujeres poderosas que se declaran antifeministas es cada vez más fuerte. Cantantes y actrices de éxito confirman, sin ningún pudor, que apoyan la causa de las mujeres pero que bajo ningún concepto se consideran feministas. Lady Gaga, Katy Perry o Taylor Swift, mujeres triunfadoras, independientes y con una voz influyente, prefieren que no se las mezcle con el movimiento feminista, no sea que terminen encasillándolas como rebeldes y acaben convertidas en algo parecido a Jane Fonda en los setenta. Pero no todas las estrellas son así. Beyoncé, la mujer más poderosa del planeta, presume orgullosa de su feminismo. No solo lo canta en sus canciones, sino que aprovecha cualquier momento para manifestarlo -de hecho, lo ha utilizado como presentación de sus conciertos, mostrando la palabra “feminista” en letras gigantes mientras aparece en el escenario-. Pero, ¿qué tipo de feminismo es éste? ¿Se trata de convicción o de puro marketing?
“Supongo que soy una feminista moderna”, asegura Beyoncé.
No deja de resultar llamativo que la cantante se considere feminista cuando decidió llamar a su penúltima gira The Mrs. Carter Show (“el show de la señora de Carter”), en alusión al apellido de su marido, el rapero Jay-Z. ¿Eres feminista y lo primero que haces, tras casarte, es adoptar la identidad de ‘señora de’? Comportamientos como éste no han pasado desapercibidos para las feministas -llamémoslas tradicionales-, que no han dudado en llevarse las manos a la cabeza y puntualizar que el feminismo va mucho más allá. Beyoncé, no obstante, continúa con su particular manifiesto. “Supongo que soy una feminista moderna”, ha declarado la cantante. “Creo en la igualdad. ¿Por qué tenemos que elegir qué tipo de mujer queremos ser? ¿Por qué hay que etiquetarse? Yo sólo soy una mujer y me encanta ser mujer”. La cantante aprovecha sus shows y sus composiciones para pedirles a las mujeres que se empoderen y que luchen por la igualdad, y lo hace de la forma más sexual posible y con la menor cantidad de ropa posible. Eso, suponemos, debe ser el “feminismo moderno”.
Annie Lennox: “Es feminismo light”
No obstante, el mensaje y la imagen que proyecta Beyoncé ha calado tanto entre el público que otras cantantes, como Annie Lennox, han salido a la palestra preocupadas por los derroteros que está tomando el feminismo. La que fuera vocalista de Eurythmics critica que algunas artistas tan sólo utilizan el feminismo para relanzar sus carreras. “Llamaría eso un feminismo light” ha declarado Lennox. “Es decir, es una artista fenomenal, adoro sus actuaciones, pero me gustaría sentarme con ella y con varias artistas y hablar con ellas. Me gustaría escucharlas, escuchar qué piensan de verdad”. La cantante, además, mostró su preocupación por los atuendos demasiado sexys que Beyoncé -y otras cantantes- suelen utilizar en el escenario. “Puede que para algunos pueda parecer radical, pero creo que es un golpe bajo. Creo que les hacen un flaco favor”, ha comentado la cantante.
¿Dónde termina el mensaje feminista y empieza el objeto sexual en manos de las discográficas?
Lennox no ha dudado en mostrarse crítica con los comportamientos de la cantante. “¿Qué te voy a decir? El sexo siempre vende. Y no hay nada malo, pero depende de tu público. Si hay niñas de siete años, no me parece bien”. ¿Pero dónde termina el mensaje feminista y empieza el sexismo? ¿Dónde debemos de dejar de ver a la cantante que lucha por la igualdad de las mujeres y les dice que pueden ponerse lo que quieran, sin preocuparse por el qué dirán, y dónde empieza el objeto sexual en manos de las grandes discográficas? Para Anna Holmes, una de las fundadoras de la web feminista Jezebel, se trata de “un show creado en beneficio de los hombres”, mientras que la profesora Brittney Cooper, especialista en feminismo, cree que “nos está pidiendo que pensemos sobre qué significa para las mujeres negras ser sexual a nuestro modo”. Con todo esto, no es de extrañar que algunas universidades americanas, como Harvard o la Universidad de Missouri, hayan decidido incluir a Beyoncé como objeto de estudio en sus investigaciones.
Por el momento, y pese a las décadas de movimiento feminista, parece que la lucha por la igualdad de las mujeres continúa siendo un tabú difícil de defender sin convertirse en una radical. ¿Se avecinan nuevos tiempos para el feminismo? ¿El rechazo frontal al feminismo de algunas de las mujeres más influyentes supone la necesidad de crear un feminismo light, algo que no ofenda a los cánones dictados por la sociedad machista? De ser así, Beyoncé, con su actitud fuerte, independiente y segura, mezclada con comportamientos sexualmente provocadores y predispuesta para excitar a los hombres, se convertirá en su máximo exponente. Pero, ¿y si Annie Lennox tiene razón y “el twerking no es feminismo”? Como en todo, parece que, al final, los valores siempre están sometidos al mercado. Y ahí no hay nadie que gane a la señora de Carter.