Hoy es 22 de diciembre, Día del sorteo de El Gordo, un nombre obsoleto en pleno 2023 que debería renombrarse como Premio Curvy, Plus Size o Premio de Tamaño No Normativo. El Gordo es el mayor impuesto voluntario del planeta. Los españoles se gastan prácticamente la totalidad de su paga extra en décimos. El Estado se queda el 30% y reparte el resto en premios. Una vez han repartido los premios aparece Hacienda y te dice que le corresponde la mitad de lo que has ganado, así que de ese 70% recaudado se queda la mitad que al final terminará en las arcas del Estado en forma de IVA y otros gravámenes. Efectivamente, estamos ante una estafa piramidal socialmente aceptada.
El Gordo tiene sus tradiciones. Los frikis que aparecen en el sorteo vestidos de gnomos y duendes sin explicar por qué, el que te cuenta que casi le toca y te enseña un décimo cuyo parecido con el premiado es estar compuesto por cinco números. Este año un diario deportivo ha entrevistado a un Doctor en Ciencias Matemáticas para preguntarle si todos los números tienen la misma probabilidad de tocar o el 8 tiene un peso atómico distinto que influye en la gravedad de la bola. No es broma. Está también el colega que te cuenta que no sabe cómo lo hace pero todos los años le toca algo. Te digo yo cómo lo haces: te has gastado 1.300€ en Lotería, llevas en el bolsillo media Doña Manolita. Lo improbable sería que no te tocase un reintegro.
Semejante obra de ingeniería social que ha conseguido que todos los ciudadanos donen voluntariamente sus ahorros al Estado sólo se ha conseguido en España, no ha podido exportarse a otros países. Una vez el Gobierno tiene el dinero en sus manos lo invierte en comprar empresas disruptivas y trascendentales para el futuro de este siglo, empresas como Telefónica. Dicen que lo ha hecho por miedo a que entrasen los árabes en el accionariado. Pero si hay que ir por ahí comprando todo lo que se encaprichan los árabes ahora mismo los españoles seríais dueños del Newcastle y de Neymar.
Otro clásico de la Lotería de Navidad son los memes de Twitter, que hoy dominan esta sección aunque también han caído en la pedrea el saludo viral del Rey Juan Carlos con su hija, el nuevo turbocapitalismo argentino