Motor

Los aranceles al nuevo eléctrico de Cupra pone en peligro su producción y la de 100.000 Seat

La producción del nuevo Tavascan en China y la aplicación por ello de aranceles podría poner en duda su viabilidad y la producción de 100.000 Seat de combustión

Es uno de los proyectos que más dolores de cabeza está causando a los directivos de Seat, la producción del Cupra Tavascan, el nuevo eléctrico de la marca española que se produce en una de las plantas de Audi en China, y que en su momento no contemplaba la imposición de los arancele a su llegada a Europa.

Pero la guerra comercial con aquél país con la aplicación en el caso del Tavascan de unos aranceles suplementarios del 20,7% ha llevado que este nuevo eléctrico tenga que soportar una sobrecarga del 30,7%, disparando así su precio, aunque para evitarlo Cupra tomó la decisión de no aplicarlo y soportarlo, de momento, la propia marca.

Y es que si no hay cambios en las negociaciones y el Tavascan tuviera que convivir en el largo plazo con estos aranceles, el consejero delegado de Seat y Cupra, Wayne Griffiths, asegura que podría llegarse a tener que renunciar a producir el Tavascan al hacerlo insostenible, una decisión cuyos daños colaterales es que se dejarían de producir hasta 100.000 Seat de combustión al año para compensarlo.

Sobre si hay opciones de rebajar estos aranceles, Griffiths afirma en una antrevista que recoge Efe que "tiene que haber, porque si no, no podemos seguir con este coche. Es insostenible para nosotros. Estaremos perdiendo cientos de millones de euros este año por estos aranceles. Y la única manera de evitarlo sería parar esas ventas".

"Pero si lo hacemos, nos falta una gran parte de compensación del CO₂ de los coches de combustible que estamos haciendo en Martorell. Entonces habrá que bajar la producción de coches de combustión en la planta", añade.

Tres coches menos por cada eléctrico

Ya a finales de enero, el comité de empresa de Seat cifró el impacto en la producción de la planta de Martorell del problema derivado de los aranceles en unos 50.000 coches, es decir, en torno al 10% de la producción total de Seat. Sin embargo, Griffiths comenta que esa cifra resulta conservadora para compensarlo todo y argumenta que la pérdida de un vehículo eléctrico supondría "compensar con dos o tres coches de combustión menos".

Lógicamente, una repercusión que tendría consecuencias en el empleo, poniendo en riesgo unos 1.500 puestos de trabajo en la compañía y otros 10.000 empleos indirectos en el caso de que no se rebajen los actuales aranceles europeos al Tavascan, e insiste Griffiths en que debe hallarse una solución con la UE durante el primer trimestre de este año.

El máximo directivo de las dos marcas españolas lleva meses reivindicando que el Tavascán es un "coche español, con tecnología española", y que "no puede ser" que se le impongan aranceles muy superiores a los de marcas como Tesla.

Una posibilidad que preocupa a la patronal catalana Foment del Treball que, a través de su cuenta en X, ha mostrado su apoyo a Seat como "pilar estratégico de la industria en Cataluña y en España".

"Hay que escuchar a Wayne Griffiths cuando dice que el impacto de los aranceles a los vehículos eléctricos chinos pone en riesgo puestos de trabajo y la competitividad del sector", añade Foment, que urge a "adoptar soluciones ante esta situación de incertidumbre para Cupra y Seat".

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