La tracción trasera y la deportividad que respiran casi todos los modelos de BMW han sido desde siempre argumentos que definían el carácter de la marca. Un carácter que poco a poco va evolucionando y adecuándose a los tiempos actuales, en los que la eficiencia energética y la racionalidad de compra que invade cada vez más entre los usuarios ha llevado a BMW a lanzar al mercado modelos como este novedoso Active Tourer que, aunque englobado dentro de la Serie 2, lo cierto es que nada tiene que ver con el coupé deportivo desarrollado sobre el Serie 1.
Y es que el Active Tourer es el único modelo de la marca alemana que recurre a un sistema de tracción delantera, sin duda el más extendido en todo el mercado del automóvil. Una pequeña renuncia a sus principios en aras de ofrecer un modelo más cercano a lo que pide el cliente, mucho espacio y versatlidad, algo difícil de lograr con un sistema de tracción trasera en un modelo de poco más de 4,3 metros de longitud. Un práctico monovolumen de tracción delantera para hacerse hueco en uno de los segmentos, junto al de los SUV o todocaminos, que mayores perspectivas de crecimiento tienen a corto y medio plazo, y que ha crecido desde el años 2000 más de un 18%, el segmento que más lo ha hecho en este período de tiempo. Hasta Merceces-Benz puso sus ojos en este tipo de modelos con su Clase B, también de tracción delantera, y será por tanto uno de los más directos rivales del Active Tourer de BMW.
Eso sí, como BMW que es, la tecnología que puede llegar a ofrecer está un paso por delante de los modelos de marcas generalistas, aportando toda la experiencia de la marca en sus modelos de muy alta gama para ofrecer en un formato mucho más convencional sistemas no siempre disponibles. Uno de ellos es el asistente de conducción en atascos capaz no solo de mantener la distancia con el vehículo precedente, sino también de actuar por sí mismo sobre la dirección para circular sin salirse del carril. Necesita, para ello, estar equipado con el sistema de navegación que es capaz de diferenciar el recorrido por el que circula. Una función denominada «Traffic Jam assist» que está operativa entre 0 y 40 km/h y que funciona gracias a las imágenes que capta una cámara.
Pero más que por su tecnología, lo que el cliente podrá buscar en el Active Tourer es una carrocería más funcional que cualquiera de los BMW de gama baja, como el Serie 1 o el Serie 2. Sus 4,3 metros de longitud es prácticamente la misma que aquellos, pero con 1,55 metros de altura ofrece casi 15 centímetros más para conformar un interior de dimensiones notablemente más amplias y, sobre todo, funcionalmente más interesante. La banqueta trasera, como otros monovolúmenes, cuenta con regulación longitudinal para adaptar el interior a distintas configuraciones, con un maletero que llega hasta casi 468 litros, más de 100 litros extras en relación al Serie 1.
Por dentro, además de un diseño elegante y mucha calidad aparente, el Active Tourer se siente amplio, tanto en las plazas delanteras como en las traseras, en las que tres adultos pueden acomodarse sin problemas gracias a la mucha anchura disponible, limitando el confort sólo por un diseño de la banqueta que deja una plaza central demasiado estrecha en relación a las dos laterales.
Y en marcha, el motor diésel de cuatro cilindros de esta versión 218d permite que nos movamos con el Active Toure con mucha soltura, con unas sensaciones a los mandos que dejan sentir que no estamos ante un turismo de carácter tan deportivo como el propio Serie 2 Coupé, pero tampoco ante un monovolumen convencional. Más movimientos de carrocería fruto de la mayor altura de la misma y del mayor recorrido de suspensión así lo hacen sentir, aunque luego la eficacia en curva y a alto ritmo sí está a la altura de un BMW. Sobre todo por una rapidísima dirección, de reacciones más vivas que, por ejemplo, el Mercedes Clase B, su más directo rival, haciendo la conduccion muy dinámica.
GAMA Y PRECIOS DESDE:
218i 136 CV: 28.500 euros
225i 231 CV: 38.600 euros
218d 150 CV: 30.300 euros